Pocos dudaban de que ayer era el día en el que Novak Djokovic igualaría las leyendas de Roger Federer y Rafael Nadal y, si quedaba alguna incertidumbre, el serbio, con todos los argumentos ya a favor de ser el mejor de la historia, desarmó al aguerrido y luchador Matteo Berrettini (6-7 (4), 6-4, 6-4 y 6-3) y sumó su sexto Wimbledon, elevando a 20 su marca de títulos del Grand Slam.

Era el día para que el de Belgrado, el número uno del mundo, diera un paso más en su mordisco a la historia. El día para ser el primer hombre, desde Rod Laver en 1969, en ganar los tres primeros Grand Slam del año, y el primero desde Nadal en 2010, en hacer el Canal Slam, es decir, el doblete Roland Garros y Wimbledon, para quedarse a solo un título de igualar los siete de Pete Sampras y William Renshaw.

Fue el día para que Djokovic demostrara que está listo para asumir el cetro. Enfrente, un Berrettini inexperto en esta clase de finales, pero dispuesto a dar guerra. En cuanto el romano abrió la puerta de las oportunidades, Djokovic se comió la pista. El primer break era mortal para un italiano cuyas opciones pasaban por hacer el partido perfecto y rezar. Tuvo unos inicios dubitativos. No era tanto fruto de sus nervios, sino de la superioridad del que se sabe mejor. Diecinueve Grand Slams a un lado, cero al otro.

Djokovic había tenido bola para 6-2 y de repente Berrettini estaba set abajo. Reaccionó y se llevó el segundo set por 6-4. El italiano era una lapa en la pista, un hombre que tenía fe, que creía que podía dar la gran sorpresa. Con las espadas en todo lo alto, el italiano comenzaba a ceder ante la oportunidad de su vida.

En el tercer set, Djokovic volvió a coger ventaja. Se puso 3-2 con saque a favor y ahí se fueron las últimas opciones de Berrettini. Por mucho que la hinchada estuviera a su favor y que un cartel de “It’s Coming Rome” apareciera en uno de los fondos, Djokovic ya lo tenía.

Cuando la presión es máxima, es imposible derribar al serbio. Aceleró lo justo para quebrar, llevarse los últimos cuatro juegos y reinar en Londres, por sexta vez.

“Federer y Nadal son los dos jugadores más importantes de mi carrera, los que han hecho que haya llegado hasta aquí”, reveló el serbio tras su gran victoria.

El número uno del mundo recordó que cuando alcanzó el “top 10” pasó unos años en los que perdía casi siempre que jugaba contra el suizo y el español, pero que “algo cambió a finales de 2010 y comienzos de 2011”. “Aquello fue el comienzo de un viaje que no acaba aquí”, agregó, en medio de la ovación cerrada de Wimbledon.

“Estoy en una gran forma y jugando bien. Sacar mi mejor tenis en los Grand Slam es la prioridad en mi carrera, así que lo intentaré”, dijo. Djokovic reconoció que el partido contra Berrettini, fue “más que una batalla”, y felicitó al joven jugador italiano, a quien auguró una carrera “llena de éxitos”.

20 Grand Slams. El serbio empata a Roger Federer y Rafa Nadal.

36 Masters 1000. También empatado con el de Manacor. Y es el único en haber ganado los 9 torneos de Masters 1000.