La transición del deporte al mundo empresarial
Enrique Martín, Mikel Idoate y Yolanda Soler abordaron este tema desde su experiencia
Durante la 8ª Jornada de Deporte y Salud, Mikel Idoate, expelotari, Enrique Martín, que fue jugador y entrenador de Osasuna, y Yolanda Soler, judoka y medallista olímpica, compartieron cómo han llevado sus aprendizajes en el paso de la alta competición al éxito empresarial. El expelotari Mikel Idoate explicó que “muchas veces el personaje del deportista se come a la persona” por lo que luego es más difícil tener proyectos de vida tras el retiro profesional. Es uno de los temas que se htrataron durante la 8ª Jornada de Deporte y Salud organizada por la Asociación de Entidades Deportivas y de Ocio de Navarra (AEDONA) en el Navarra Arena. Idoate se tuvo que retirar de la pelota profesional con tan solo 24 años debido a una lesión en la mano que le impidió seguir al máximo nivel, aunque al principio parecía una lesión temporal. A raíz de su pronta retirada, Idoate contó cómo se “reinventó”. “Yo tenía otras inquietudes, muchas veces la vida del deportista es solo el deporte y el personaje se come a la persona. Al principio fue difícil”, señaló. Ahora cuenta con dos proyectos, una empresa de funerarias y el canal El Txoko de Idoate, donde entrevista, junto con su hermano, a deportistas y pelotaris, principalmente.
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Además, el exfutbolista y exentrenador de Osasuna Enrique Martín explicó que su forma de entender el fútbol y especialmente al club rojillo es como un “ultra de la cantera”. Comentó que, si tuviera que elegir, se queda con los momentos como futbolista, aunque “ver feliz a toda una Comunidad cuando el equipo ha logrado su objetivo con todo chicos de casa, no tiene precio”. Enrique Martín ha salvado en más de una ocasión a Osasuna de descensos e incluso lo ha ascendido a Primera División: “Cuando ascendimos, ver a la gente disfrutar no tiene precio”. “Cuando cogí al equipo y parecía imposible salvarse, hasta mi mujer me dijo que estaba loco. Me lo pasé fenomenal porque opté por todos los tipos que tenían ilusión. No me interesa los que tienen hipoteca, me interesan los que tienen una ilusión de la leche por jugar en su equipo de la tierra. Tengo aseguradas la pasión y la entrega. Pensar mucho es muy malo, que fluya”, apuntó.
Además, la judoka olímpica que logró medalla de bronce en Atlanta 1996, Yolanda Soler, contó que “la retirada de un deportista es un duelo” porque deja de hacer “la actividad que más le gusta”, aunque “ves que la vida continúa”. “Yo siempre he estado rodeada de buenos entrenadores y psicólogos y sabía que iba a pasar. Yo todavía lo echo de menos, pero ves que la vida continúa, con otro plan. Es verdad que no he vuelto a vibrar igual que cuando salía al tatami”, explicó. Desde pequeña, lo que más le gustaba era hacer deporte. Formó parte del primer equipo olímpico femenino de judo y fue en Barcelona. Tras su retirada, fue entrenadora del equipo nacional en 2012 y en París compitió su hija. De todas las experiencias, ha recalcado que en el deporte, “el fracaso no existe, perder es una circunstancia”.