La Dirección General de Tráfico (DGT) ha realizado una serie de cambios en el reconocimiento médico para renovar el carné de conducir en los centros homologados por este organismo.

Los baremos para pasar superar con éxito esta revisión médica no cambiaban desde el año 2007, pero desde 2022, con la aprobación de la Nueva Ley de tráfico, la DGT modificó este examen y las pruebas a las que tienen que someterse los conductores desde este años son más exigentes y más completas. Con la nueva normativa, los médicos tienen que hacer un informe más exhaustivo en el que también deben incluir datos sobre el aspecto físico, aseo, forma de caminar o el uso de ayudas. A esto se le suma la obligación que tiene el conductor de someterse a pruebas cardiovasculares, respiratorias, psicológicas, auditivas y de visión. 

Estos cambios avanzan las modificaciones previstas por la DGT, que llegarán a lo largo de 2023, y que afectarán a la renovación del carné para los mayores de 65 años. Entre estos cambios se contempla baraja acortar los plazos actuales de vigencia del carné de conducir para los mayores de dicha edad pero también una examen médico y psicotécnico específico para los conductores de avanzada edad.

El nuevo protocolo busca aunar criterios en toda España y mejorar las herramientas de los centros. La finalidad última es unificar criterios para que la valoración de las aptitudes psicofísicas de los conductores sea igual de certera en todo el territorio español. A su vez, se actualiza un sistema anticuado, teniendo en cuenta los nuevos avances médicos y la evolución de la tecnología en la conducción. Los avances automovilísticos permiten que la conducción resulte más segura en situaciones comprometidas de salud en las que antes no era posible. Por eso los informes médicos que se realizarán en los centros de conductores son mucho más amplios que antes.

Para poder renovarte el carnet de conducir deberás acudir a un centro médico homologado por las DGT. Allí un médico te realizará una reconocimiento general basado en la exploración y la realización de preguntas para conocer el estado de salud actual del paciente.

Los profesionales deberán hacer un informe mucho más completo que el que se requería en esa norma de 2007. Tendrán que incluir datos sobre el aspecto físico, aseo, forma de caminar, uso de ayudas o percepción de riesgo, por ejemplo… Además el conductor tendrá que someterse a pruebas de tipo cardiovascular, respiratorias, psicológicas, auditivas y de visión. Se realizará un examen completo para conocer exactamente la situación de salud del conductor, y si se supera los estándares requeridos para poder conducir un coche con seguridad se le renovará la licencia.

El nuevo protocolo posibilita la obtención de fórmulas para aunar criterios, poner límites a la conducción o usar códigos de restricción según el nivel y el tipo de discapacidad. Aparte se sumarán diversas adaptaciones que se pueden encontrar en un vehículo adaptado, como prótesis y elementos de ayuda para suplir las limitaciones del conductor.