Sólo uno de cada tres conductores (33%) que realiza un adelantamiento y retorna a su carril lo señaliza con los intermitentes. Un porcentaje bajísimo que no tiene ninguna justificación, ya que el esfuerzo de mover una palanca mientras se gira el volante es nulo. Incluso ahora es más fácil que hace décadas, porque en muchos coches basta un ligero contacto para que el intermitente dé tres destellos y se desactive automáticamente sin necesidad de volver a tocar la palanca.
Pero cualquiera que conduzca de forma habitual verá que el no uso de estas luces naranjas es una constante en muchos usuarios de las carreteras, con una alergia especial hacia ellas por parte de los poseedores de vehículos de marcas premium.
Sí, son obligatorios
La Dirección General de Tráfico (DGT) no se cansa de recordar que “es obligatorio señalizar las maniobras”, algo que resulta vital para advertir a los demás conductores y evitar así problemas de seguridad vial, como choques por alcance, frenazos bruscos o incluso atropellos.
“Es muy importante usar los indicadores de dirección cuando conducimos. Las advertencias ópticas son el principal medio para comunicarnos con el usuario de la vía. Sin ellos, la convivencia es complicada”, señalan desde la DGT, y calculan que durante la vida útil de un vehículo un conductor responsable, de los que los acciona siempre, los puede usar más de 200.000 veces.
Esa es la teoría, pero en la práctica hay quien nunca los acciona o sólo en determinadas maniobras, de ahí que la DGT se haya visto obligada a realizar una nueva campaña. “No están de adorno”, escribe en un hashtag, y recuerda algo que muchos conductores no tienen en cuenta: señalizar supone sólo una declaración de intenciones que no implica que nos otorgue la prioridad.
¿Cuándo hay que accionarlos?
Así, refresca la memoria de los conductores advirtiéndoles de que deben ponerlos en los:
- cambios de carril, tras comprobar en los retrovisores que es posible moverse con seguridad;
- giros y cambios de sentido, haciéndolo antes de frenar para no sorprender a quien viene por detrás;
- adelantamientos, activándolos con antelación;
- incorporación a la circulación (desde el estacionamiento o a otra vía);
- estacionamientos, ya sea una parada, una detención o un aparcamiento;
- y en las rotondas, en las que hay que usarlos para indicar un cambio de carril o la decisión de tomar la salida, pero no si vamos a seguir circulando dentro de la glorieta.
Una vez conocidas las maniobras en las que deben utilizarse, también hay que saber cómo hay que hacerlo. “Siempre hay que usarlos con suficiente antelación, en función de la situación y la velocidad del vehículo y del tipo de maniobra. Y respetar la regla fundamental de seguridad RSM (Retrovisor-Señalizar-Maniobra, en ese orden): de nada sirve poner el intermitente a la vez que giramos o cambiamos de carril. Lo único que haremos será sorprender, provocar situaciones de riesgo o incluso desencadenar un accidente”, explican desde la DGT.
Multas por no utilizarlos o por usarlos de forma incorrecta
Es tan importante la señalización de las maniobras con los intermitentes que el Reglamento General de Circulación considera como infracción grave no utilizarlos cuando se debe. En España, no usarlos puede suponer una sanción de 200 euros e incluso la pérdida de puntos del carné en determinados casos. Pero también se prevén multas si se usan de una manera incorrecta, como serían los casos de hacerlo tarde o mal. Ya no se trataría de una infracción grave, y es cierto que estas multas no suelen ser habituales, pero podrían acarrear sanciones de 80 euros.
¿Y los BMW?
Se suele bromear con que los BMW no tienen intermitentes porque hay muchos conductores de coches de esta prestigiosa marca alemana que no los utilizan, pese a que realizan más adelantamientos que cualquiera gracias a la potencia y velocidad de esos vehículos y que algunos de sus dueños suelen practicar una conducción agresiva o deportiva. Pero todos los vehículos, también las motos, tienen la obligación de contar con intermitentes y, por lo tanto de usarlos cuando sea necesario para no crear problemas de seguridad vial que serían fácilmente evitables.