Islamabad - Los colegios electorales paquistaníes cerraban ayer sus puertas tras una jornada marcada por un atentado suicida que causó la muerte a 31 personas, muchos de ellos votantes, en la ciudad occidental de Quetta. Unos 105 millones de votantes estaban ayer llamados a las urnas en 85.000 colegios electorales para elegir -entre cerca de 11.000 candidatos- a los 272 diputados que ocuparán el Parlamento.
En el Instituto Modelo para Niñas de Islamabad, situado en el centro de la capital, los votantes acudían a votar a cuenta gotas, lo que evitó las colas en un edificio vigilado por ocho soldados y cinco policías. Allí, el joven Shaheer Hussain afirmó que había votado por el exjugador de críquet Imran Khan, del Pakistán Tehreek-i-Insaf (PTI), uno de los favoritos para alzarse con la victoria. “Creo que el PTI es mejor que los otros partidos”, dijo Hussain, de 21 años y becario en una compañía de auditorías.
El joven criticó que la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N) de Shahbaz Sharif, partido que acaba de finalizar un mandato, sea una formación dirigida por una familia y la corrupción, por la que han sido condenados algunos de sus miembros. El hermano de Shahbaz, Nawaz Sharif, se encuentra en prisión tras ser condenado a 10 años de cárcel por corrupción a principios de este mes, después de haber sido inhabilitado como primer ministro por parte del Tribunal Supremo en julio de 2017.
Al igual que el PML-N, otros partidos políticos, grupos de derechos humanos y medios de comunicación han lanzado acusaciones de “amaño” para favorecer al PTI por parte de los “poderes establecidos”, término con el que se hace referencia a los militares en el país asiático.
El desarrollo de los comicios fue monitorizado por un equipo de un centenar de observadores electorales de la Unión Europea (UE). “Nuestra presencia se ha reducido un poco debido a procedimientos burocráticos y no hemos estado sobre el terreno tanto tiempo como nos hubiese gustado”, reconoció en un colegio electoral el jefe de la misión de observadores de la UE en Pakistán, Michael Gahler.
Violencia La jornada se vio ensombrecida con al menos un atentado de relevancia en la ciudad de Quetta, en la provincia de Baluchistán, en el que un terrorista detonó los explosivos que portaba cerca de un colegio electoral, causando la muerte de al menos 31 personas. Ese ataque se une a otros durante la campaña electoral, entre ellos uno de los más sangrientos en la historia de Pakistán, en el que 153 personas perdieron la vida en un atentado suicida en un mitin electoral el pasado 13 de julio, también en Baluchistán, que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Irregularidades La Comisión Electoral de Pakistán (ECP) detalló en un comunicado que el recuento comenzó inmediatamente después del cierre de los colegios electorales.
Los favoritos para las elecciones son Shahbaz Sharif, líder de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), partido que acaba de finalizar un mandato, y que ayer denunció el amaño del proceso de recuento electoral, mientras que el Pakistán Tehreek-i-Insaf (PTI) del exjugador de críquet Imran Khan encabezaba el escrutinio no oficial.
La portavoz del PML-N, Maryam Aurangzeb, afirmó en una rueda de prensa, horas después del cierre de los colegios, que representantes de su partido estaban siendo expulsados de algunos centro electorales durante el recuento de los votos para cambiar el resultado. Otras formaciones, entre ellas el Partido Popular de Pakistán (PPP) de Bilawal Bhutto, se sumaron a las denuncias y amenazaron con no aceptar el resultado de los comicios.
Estas elecciones celebradas son las segundas en la historia del país en las que un Gobierno acaba todo un mandato completo y da paso a un nuevo Ejecutivo, tras haber sido gobernado por dictaduras militares más de la mitad de sus 71 años de historia desde su fundación en 1947. - Efe
Disposición discriminatoria. Dos expertos independientes de la ONU en derechos humanos instaron ayer al Gobierno de Pakistán a eliminar las disposiciones discriminatorias en su ley electoral que fomentan la “persecución” de la minoría musulmana ahmadiya y ataques violentos contra esta comunidad. “Teniendo en cuenta la celebración de las elecciones, el marco legal actual que exige una lista electoral separada para los ahmadiya, que tienen que declararse no musulmanes para poder votar, nos preocupa en particular”, señalaron en un comunicado los relatores especiales sobre la libertad de religión y credo, Ahmed Shaheed, y sobre cuestiones de las minorías, Fernand de Varennes. Aunque los ahmadiya se identifican a sí mismos como musulmanes, una enmienda a la Constitución de Pakistán en 1974 les declaró no musulmanes y esta provisión está incluida en la actual Constitución.