- La conexión a internet móvil en Cuba sigue cortada cuatro días después de unas protestas que, tal como reconoció el Gobierno de Díaz-Canel, de momento se han saldado con un fallecido. Las autoridades confirmaron el martes la muerte de un ciudadano de 36 años que falleció el lunes durante un enfrentamiento con agentes en el Consejo Popular Güinera del municipio de Arroyo Naranjo, un barrio marginal en el sur de La Habana. Además del fallecido, varias personas fueron detenidas y otras sufrieron lesiones, entre ellos agentes de la autoridad, en el suceso de Güinera, que el Gobierno atribuyó a un acto de vandalismo del grupo de vecinos, al que acusó de agredir primero a los policías.

Por lo que supone al acceso a las redes, la mayoría de los cubanos seguía ayer sin acceso a internet en sus móviles, lo que en la práctica supone un apagón casi total, ya que en la isla son una pequeña minoría los hogares que se pueden permitir una conexión wifi.

Ciudadanos -sobre todo jóvenes- recurren a servicios de VPN y trucos para burlar la censura y acceder a las redes de datos móviles 3G y 4G, controladas por el monopolio estatal de telecomunicaciones.

El ministro cubano de Exteriores, Bruno Rodríguez, calificó las protestas masivas antigubernamentales del domingo como “disturbios”, insistió en que las financió Estados Unidos y atribuyó el apagón de internet móvil en toda la isla a los problemas financieros que vive su país. “El país está viviendo estos días una situación compleja, el acceso a la información de nuestro pueblo es un derecho, está claro que hay condiciones complejas que se reflejan no solo en el derecho a la información, se reflejan en el derecho a la alimentación, estamos pasando dificultades”, argumentó en una conferencia de prensa en La Habana.

Rodríguez insistió en que Washington es responsable de las protestas que el domingo llevaron a las calles de varias ciudades y pueblos de Cuba a miles de personas pidiendo “libertad” y las tachó de “disturbios a escala muy limitada, desórdenes y vandalismo”, negando que se tratara de “un estallido social”.

Asimismo, el ministro aseguró que EEUU ha hecho un uso “obsceno” de la manipulación de datos y de su “monopolio” de las herramientas de alta tecnología en una “operación comunicacional de alta envergadura” y de “desinformación” para desacreditar al Gobierno cubano y lograr un cambio de régimen.