Los estadounidenses vuelven a las urnas este martes 8 de noviembre para votar en las elecciones legislativas de mitad de legislatura ('midterm elections'). Estos comicios son un termómetro para medir el apoyo del Gobierno de Joe Biden y se presentan como una guerra abierta del actual ocupante de la Casa Blanca frente a Donald Trump de cara a las presidenciales de 2024, a las que el expresidente tiene toda la intención de presentarse. Repasamos las claves de esta cita electoral.

¿Qué se vota?

Los electores eligen a los representantes de su estado en el Congreso, que incluye a la Cámara de Representantes y al Senado. Las elecciones legislativas determinan qué partido político, el Demócrata o el Republicano, será el que controle cada una de las cámaras del Congreso durante los dos años siguientes, hasta las presidenciales de 2024.

¿Cómo funcionan?

Estas elecciones deciden 35 escaños (la tercera parte aproximadamente) de un Senado en el que los demócratas necesitan al menos 50 asientos para mantener el control y garantizar su agenda política. Los republicanos necesitan 51 porque la vicepresidenta demócrata Kamala Harris puede imponer un decisivo voto de desempate.

La situación es la siguiente en la cámara alta: los demócratas necesitan 14 escaños para mantener su mayoría. Los republicanos, 22 para arrebatársela. De los 35 escaños en liza, los republicanos, favoritos ganarían 20 asientos por 12 de los demócratas, y tres quedarían en el aire.

En la Cámara de Representantes, donde están en juego todos los 435 escaños, los republicanos lo tienen más fácil: de momento se harían con 216 asientos, a solo dos de obtener el control del hemiciclo, mientras que los demócratas ganarían 199 escaños. Un total de 20 escaños quedan por decidir.

A diferencia de las elecciones presidenciales, en las que se usa el Colegio Electoral para decidir quién será el próximo presidente, en las elecciones legislativas se utiliza el voto directo de los ciudadanos de un estado para elegir a los ganadores.

¿Por qué son tan importantes?

Sirven para trazar un ajustado mapa político y, a nivel local, marcan el derrotero entero de un país, porque también se elige a gobernadores estatales y a secretarios estatales con gran influencia en futuras elecciones presidenciales, al ser quienes ratifican el recuento de votos. Además, de su resultado dependerá que Biden pueda mantener su actual agenda política.

¿Qué dicen las encuestas?

La práctica totalidad de las encuestas dan a los republicanos como favoritos para arrebatar a sus rivales demócratas el control de la Cámara de Representantes. Según el portal especializado FiveThirtyEight, el Partido Republicano tiene un 83% de posibilidades de hacerse con el control de la cámara baja.

En lo que respecta al Senado, FiveThirtyEight apunta también a una victoria del partido de Trump. Los republicanos lograrían 54 senadores frente a los 46 de los demócratas.

¿Cuáles son los Estados clave?

Arizona, Georgia, Michigan, Pensilvania, Wisconsin y Nevada ocuparán buena parte de la atención en la noche electoral del 8 de noviembre. La carrera en Arizona, Georgia o Pensilvania será particularmente dura. En Georgia, Raphael Warnock (D) y Herschel Walker (R) están empatados a intención de voto al 48 por ciento en su carrera al Senado. Si ninguno rebasa el 50 por ciento, habrá segunda vuelta en diciembre. Lo mismo se aplica en Arizona, donde el demócrata Mark Kelly saca ventajas de entre uno y dos puntos porcentuales al republicano Blake Masters.

En Pensilvania, una de las carreras al Senado más inusuales por el carácter alejado de la política tradicional que demuestran sus contendientes, todo apunta a que el "gigante" John Fetterman, demócrata, obtendrá la victoria sobre el candidato republicano, el cirujano y presentador televisivo Mehmet Oz, pero este último, como Walker, han emergido a la luz del Trumpismo y podría heredar de él la afición de esta corriente por dar vuelcos electorales a última hora.

Nevada parte como el gran Estado "experimento" para demostrar si las campaña republicana para estas elecciones, basada en las críticas a Biden por su incapacidad para contener la inflación, ha surtido el efecto esperado. El candidato republicano Adam Laxalt está haciendo campaña contra la actual senadora demócrata Catherine Cortez Masto, a quien ha acusado de "complicidad en las políticas inflacionistas de Washington".

Wisconsin, por otro lado, representa el talón de Aquiles de la campaña de los republicanos. Allí, su senador Ron Johnson busca un tercer mandato como el único republicano que se postula para la reelección en un estado ganado por Biden en 2020. Sin embargo, sus posturas conspiranoicas, sobre todo en relación a la pandemia, podrían alejar al sector moderado de los republicanos y provocar su derrota a manos de una estrella ascendente del Partido Demócrata como es el vicegobernador Mandela Barnes, quien podría convertirse en el primer senador negro de la historia del estado.

El caso de Michigan, por último, será un claro ejemplo de política local y una valoración general de la doctrina Biden desde su llegada a la Casa Blanca. Todo parece indicar victorias demócratas en las carreras a las Cámaras de Representantes y al Senado, pero los ojos estarán puestos en la lucha por la Gobernación entre la demócrata Gretchen Whitmer y el analista conservador y trumpista Tudor Dixon, dos posturas diametralmente opuestas sobre cómo gobernar un estado norteamericano.