Rusia reunió este martes a sus aliados chino, norcoreano y bielorruso en Moscú para estrechar lazos militares como contrapeso a Occidente, mientras Ucrania asegura estar venciendo la resistencia rusa en el sur.

“Rusia tiene la intención de incrementar la interacción multilateral tanto con nuestros socios tradicionales como con todos los que abogan por la creación de centros de poder independientes en el mundo multipolar”, afirmó el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, durante la XI Conferencia de Seguridad Internacional de Moscú.

Al evento asistieron alrededor de 800 delegados de 76 países incluyendo China, India, Sudáfrica, Turquía y Corea del Norte, que siguen manteniendo buenas relaciones con el Kremlin pese a la guerra

China, que ha presentado una iniciativa de paz para una solución en Ucrania, también estuvo entre quienes acudieron a darle un espaldarazo a Rusia.

El ministro de Defensa chino, Li Shangfu, destacó durante su intervención las relaciones estratégicas con Moscú, al señalar que la cooperación militar entre ambos países es “un ejemplo de no alineación y no confrontación”.

Su homólogo bielorruso, Víctor Jrenin, aprovechó esta tribuna para alertar de que “Occidente se prepara intensamente desde el punto de vista militar” por lo que “se torna evidente la posibilidad futura de un enfrentamiento militar directo con la OTAN”. “No es casual por ello que Bielorrusia vea el retorno de las armas nucleares tácticas a su territorio como un factor eficaz de disuasión estratégica”, argumentó.

Por su parte, el titular de Defensa norcoreano, Kang Sun-nam, acusó a Washington de poner a la península coreana al borde de una guerra nuclear. “La cuestión no es cuándo empezará una guerra nuclear en la península de Corea, sino quién, cómo y cuándo la empezará”, dijo.

Al evento también asistieron representantes latinoamericanos de países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, a los cuales Shoigú agradeció “el apoyo a la operación especial militar (en Ucrania) desde el principio”.

UCRANIA GANA TERRENO EN EL SUR

Sin embargo, las noticias que llegan del frente no son buenas par Moscú, como es el caso de los recientes avances ucranianos en el sur, donde fuerzas del ejército de Ucrania ganaron terreno en las regiones de Donetsk y Zaporiyia, según informó la viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Maliar.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, visitó ayer la sureña Zaporiyia, donde combaten las unidades implicadas en la contraofensiva hacia Melitopol, después de visitar la víspera las trincheras en Donetsk.

El estadounidense Instituto de Estudios de la Guerra (ISW) constató que las fuerzas rusas carecen en este sector del frente “de reservas operativas que les permitan realizar rotaciones o traer refuerzos adicionales”, por lo que “las líneas defensivas rusas pueden ser frágiles”.

El comandante del batallón ruso Vostok, Alexandr Jodakovski, que opera en esa zona reconoció la pérdida de Urozháinoye, aunque afirmó que las fuerzas ucranianas sufrieron graves pérdidas. “Urozháinoye parecía una trituradora de carne”, dijo.

En esta línea , Shoigú afirmó en Moscú que “pese a la ayuda de Occidente, el Ejército ucraniano no logra resultados” y que “la capacidad militar de Ucrania está casi agotada”.