Un barrio con 55 años de historia

EL barrio de La Merced nació hace 55 años, momento en el que su primera vecina, Concepción Romero, fue a vivir allí con su marido y su hija. En 1955, su esposo y otros 23 cabezas de familia finalizaron la construcción de su vivienda. "Los terrenos nos los cedió el Ayuntamiento y el material para hacer la casa nos lo dio el régimen franquista. La construcción ya dependía de cada uno y en este caso lo que hicieron los hombres fue colaborar unos con otros y construir así las 24 casas". Esta señora, de 80 años, no vive en ninguno de los dos bloques que ahora se van a derruir, sino que reside en las llamadas Casas Bajas, que fueron las primeras que se construyeron en el barrio y que en su mayoría hoy se encuentran en muy buen estado.

Tras ella, fueron llegando al barrio el resto de las familias. "Los primeros seis meses no teníamos ni luz ni agua. La luz nos la daba el Verbo Divino y el agua la sacábamos de un pozo. Después, cuando el barrio ya se fue llenando, llegaron los servicios", recuerda esta señora.

En 1964 se inauguraron también los cuatro bloques de viviendas sobre los que ahora está actuando el Ayuntamiento. Estos pisos también fueron de protección oficial, pero en este caso la construcción no la tuvieron que hacer los vecinos. "Los hicieron y luego los sortearon", señala Romero.

Conforme el barrio iba creciendo, aumentó también el número de establecimientos e incluso llegó a acoger la fábrica de Agni, una de las mayores empresas de Estella hoy convertida en la BOSCH de Villatuerta. "La fábrica comenzó siendo una nave. Después, dado que funcionaba muy bien, fue creciendo poco a poco hasta ser Agni. Esta fábrica trajo mucho trabajo a Estella. Después se llevó a Villatuerta y se derribaron las naves. Hoy esa zona es un descampado, que por cierto deberían venir a limpiar más a menudo", explica Romera.

En esa zona también hubo otros negocios, como una tienda de ultramarinos o una carnicería. Hasta los niños podían ir a la escuela en el propio barrio.

un bar emblemático Sin embargo, si ha habido un negocio que ha perdurado en el barrio y de hecho es el único que está hoy en pie es el bar San Cristóbal, propiedad precisamente de la que fue la primera vecina de La Merced. "Era el patio de las casas, aquí empecé a vender un poco de vino, porque en aquel entonces venían los hombres a trabajar y lo hacían andando. Aquí les llenaba la bota. Como cocina utilizaba la de mi propia casa y poco a poco fue cuajando el negocio. Hasta hoy, que lo llevan mis hijos", explica Romero.

Una anécdota de este emblemático bar es que el 11 de abril del año 2007 tocó el primer premio del Sorteo Especial de Primavera de la Lotería Nacional. En aquel momento, el premio dejó en Estella un total de cuatro millones de euros, al venderse cuatro series del número 59.726 en la Administración Nº 1 de la ciudad del Ega. No obstante, la mayor parte de los décimos los habían repartido en el bar San Cristóbal, cuyos clientes jugaban a la terminación en seis desde hace décadas.