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El corazón de

El corazón de

si no existiera habría que inventarlo. El cerro de Santa Bárbara reúne en un pequeño montículo sobre Tudela toda la simbología de la ciudad. Ebro, Queiles, Mejana, viviendas celtas, muralla musulmana, castillo del Reino de Navarra, restos judíos, fortín de la guerra carlista, atalaya defensiva contra los franceses y un enorme símbolo religioso herencia de la dictadura y que se ha convertido en emblema del perfil de la ciudad, junto a la catedral y el puente. Toda la historia de Tudela bajo la tierra arcillosa de un pequeño cerro.

Como si se tratara de desvelar y preservar los secretos y misterios que se guardan en una caja de galletas, la elaboración de un plan director para musealizar y recuperar los restos arqueológicos del cerro de Santa Bárbara pretende cubrir un olvido al que ha sido sometido este lugar durante décadas. Hubo un tiempo, ya pasado, en que el Corazón de Jesús era poco más que un lugar arrinconado del Casco Viejo donde se acumulaba basura y abandono. La ventana del pasado parece abrirse para mirar al futuro, pero es sólo un proyecto que pasará, de nuevo, al cajón de los proyectos olvidados.

El proyecto

Por partes

La restauración del paseo de ronda, la potenciación del antiguo fortín carlista (en el interior del Corazón de Jesús) y la creación de un museo donde se expliquen las diversas civilizaciones que han pasado por el cerro de Santa Bárbara y la ubicación del antiguo castillo, son las principales novedades de la oferta del arquitecto tudelano José Ignacio Zuazu, que ha ganado el concurso para realizar un parque arqueológico en esta emblemática loma de Tudela. El proyecto se ha impuesto sobre otros siete licitadores con una oferta de 210.000 euros, lo que supone un 30% de reducción sobre los 300.000 euros iniciales, pese a que desde la concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento se anunció el pasado mes de noviembre que no se adjudicaría ningún proyecto por debajo del 20%.

Tras su adjudicación a la propuesta técnica de esta UTE (Zuazu, Daniel López y José Antonio Llorente, como arquitectos, y Runa Arqueología) el nuevo Ayuntamiento deberá decidir qué se acometerá y qué no, teniendo en cuenta que el proyecto, ante la falta de dinero del Consistorio, se va a guardar hasta que mejore la situación económica de las arcas municipales.

La memoria técnica que más ha gustado a la mesa de contratación, y que deberá especificarse en un plan director, se centra en siete zonas principales: área de acogida y entrada, centro de interpretación, fortín carlista y terraza del Corazón de Jesús, yacimiento del cerro, paseo de ronda, recorridos por el parque arqueológico y, por último, recreaciones virtuales del entorno y sus infraestructuras.

El área de acogida se ubicará en la parte baja donde actualmente aparcan los coches para subir andando y servirá para recoger información e iniciar la visita, además de contar con una maqueta que reconstruya cómo era el cerro. Desde ahí se podrán dirigir al centro de interpretación (de 550 metros cuadrados), ubicado en la ladera sobre la línea férrea, y que tratará de ser un edificio que no desentone con el entorno para que desde el exterior simule a la antigua muralla. El edificio estará dividido en tres áreas, una muestra permanente de objetos, una sala interactiva y multimedia y aulas, además de otros espacios.

Una de las innovaciones es la intención de rescatar el antiguo fortín carlista (usado por los liberales en la guerra de 1872-1876 y ubicado en el interior del Corazón de Jesús) y musealizarlo con textos explicativos. Como propuesta, esta UTE apuesta por tratar de integrarlo en la recién creada Ruta del Carlismo, potenciada por Príncipe de Viana. Además, se apuesta por instalar un mirador en la terraza de este monumento. En lo que se refiere a los yacimientos, este proyecto apuesta por "no realizar ninguna excavación arqueológica por el momento" para añadirlas a las ya existentes. Su intención es mantener, conservar y mostrar lo descubierto durante casi 15 años de excavaciones del arqueólogo Juanjo Bienes. Precisamente la recreación del antiguo paseo de ronda, que tendrá una longitud de 1,7 kilómetros y una anchura de 3 metros, buscará no sólo realizar un trazado por los límites medievales del antiguo castillo sino también llevar al visitante por los lienzos de las murallas existentes y discurrirá colgada sobre las laderas.

Además, en la parte superior del parque se apuesta por mantener las trazas de muralla del fuerte carlista y reurbanizar el entorno, manteniendo el arbolado y algunas zonas sin pavimentar.

Aunque todos estos detalles habrán de confirmarse con la opinión del Ayuntamiento entrante, la intención es que la ascensión a pie a través del itinerario natural proporcione una lectura histórica y narrativa cronológica de Tudela y, al mismo tiempo, permita ver la ciudad actual, el Moncayo y el Ebro pensado tanto para el visitante ocasional y local como para el turista que desee visitar los yacimientos.