pamplona. Este inicio de los trabajos chocó con la protesta del grupo Arantzadi Auzolanean, que desde hace dos semanas desarrolla en la zona un proyecto de auzolan trabajando las huertas. Desde este colectivo se oponen frontalmente a este proyecto y, aunque ayer no se produjeron incidentes, censuran la fecha elegida por el Ayuntamiento para comenzar los trabajos. Lo tienen claro, el objetivo era silenciar la oposición al nuevo parque.
Según informaron desde Arantzadi Auzolanean, la excavadora entró a las huertas ayer a las 9.30 de la mañana para derribar la casa Aldaya. En ese momento tan solo dos miembros de este colectivo se encontraban dentro, y a pesar de su intento por evitar el derribo, fueron finalmente expulsados de las instalaciones. "Nos han echado y nos han cerrado el acceso con una valla, pero o nos ponen tanques o algo así o seguiremos viniendo a plantar todo lo que nos queda", explicó Alberto, miembro de Arantzadi Auzolanean. Y es que la intención del grupo es, precisamente, seguir trabajando como lo han estado haciendo hasta ahora y plantar todo lo que les queda, a pesar de las "trabas", dicen, les pone el Ayuntamiento.
Desde Arantzadi Auzolanean consideran que la elección del día para derribar la casa no es casual y que la empresa ha aprovechado la coyuntura de San Fermín para hacerlo. "Han tenido toda la semana para hacerlo y lo han hecho justamente hoy (por ayer). Está claro que es el mejor día para que lo que han hecho pase desapercibido, mañana nadie pensará en otra cosa que no sea San Fermín, ni leerá mucho los periódicos", comentó Alberto.
Pero ni el derribo de la casa, ni los impedimentos que denuncian para acceder a las huertas son un freno para este grupo. Y como muestra, la concentración que convocaron ayer a las 19.00 horas en la entrada del camino que bordea el meandro. Allí reunidos se manifestaron en disposición de seguir cuidando lo que tenían plantado hasta ahora y preparar el terreno para plantar los 10.000 puerros, 400 lechugas y 400 berzas que les quedaban. "Nos quedaremos aquí hasta que acabemos, o más bien hasta que podamos, esperemos que nadie vuelva para echarnos de nuevo", expresó Alberto.
el proyecto La intervención en el meandro de Arantzadi busca convertir en un parque urbano no del todo convencional la actual zona de huertas. En el año 2006 se produjo la reparcelación con Lezkairu y los suelos pasaron a ser municipales. De esta manera, mientras se determinaba que la Magdalena fuese la zona de huertas, se decidía que los suelos del meandro se convirtiesen en zonas verdes y se prohibieron los usos lucrativos.
Las obras se dividen en dos fases. En la primera se intervendrá en la zona más próxima al río, mientras que la segunda se centrará en la zona interior. El coste de la primera fase de las obras es de 4,5 millones de euros, aunque cuenta con una subvención europea del 80%. La segunda fase costaría unos cinco millones de euros y, por el momento, no hay subvención alguna. El parque preservaría una tercera parte de las huertas actualmente existentes. Aunque el proyecto fue apoyado mayoritariamente por el pleno, cuenta con una significativa oposición. Quienes se oponen al proyecto critican, entre otros aspectos, la destrucción de las huertas, un gasto que consideran desmesurado en época de crisis o la falta de participación ciudadana en el proyecto. Según entienden, el parque de Arantzadi "ya existe" y estiman que, en todo caso, sería oportuna una intervención "mínima" en la zona.