EN 1929 la calle Leyre distaba mucho de estar plenamente configurada, y existían aún amplios tramos sin urbanizar, así como algunos chalets, situados especialmente en el extremo más cercano a la Media Luna. Entre ellos se encontraba el de la imagen, perteneciente a la familia Machinena, que estaba señalado con el número 2 de la calle, y que iniciaba la vía en la acera de los números pares, junto a la citada Media Luna. La casa de la familia Machinena era un precioso e imaginativo chalet de estilo neo-vasco. Como puede verse, los elementos portantes como zócalo, pilares, arcos y contrafuertes iban en piedra, mientras que los paños iban enlucidos en blanco, y en la parte alta se simulaba un entramado de vigas de madera, imitando la estética de los caseríos vascos. Los airosos balcones y la mansarda que se abre en el tejado eran concesiones hechas tanto a la habitabilidad como a la estética.
La fotografía muestra además un buen número de niños y niñas, que juegan o charlan divididos en dos grupos, aunque parece que tan solo una de las niñas se ha apercibido de la presencia del fotógrafo, y por eso se vuelve para mirarnos.

HOY EN DÍA el mismo lugar de la calle ha cambiado hasta el punto de no haber ningún elemento común a las dos imágenes. La casa que ostenta hoy el número 2 de la calle Leyre es un bloque de pisos de 6 alturas, muy similar a otros edificios de este tramo de la calle, como los dos edificios que siguen, mientras que al fondo de la calle adivinamos el inmueble del colegio de los Escolapios. Desconocemos cuándo desapareció el chalet de la familia Machinena, como el resto de casitas unifamiliares de la misma calle, aunque debemos reconocer que en la cercana Media Luna quedan todavía muchos de aquellos preciosos chalets de los años 20 y 30.
En cuanto al nombre de la calle, proviene del celebre monasterio de Leyre, probablemente el cenobio más conocido de los muchos que existen en Navarra. Las primeras noticias referidas a Leyre se remontan al siglo IX, y jugó un papel destacado en los primeros siglos de existencia del reino pirenaico. En su interior, además, se dice que están enterrados algunos de los primeros monarcas navarros, como Iñigo Arista, García Íñiguez, Fortún I Garcés, Sancho I Garcés, García Sánchez I y el célebre Sancho II Garcés, llamado Abarka.