NAVARRA, desde la dilatada extensión de sus territorios con Sancho III el Mayor, hasta los límites autonómicos actuales, pasando por la Navarra total y marítima, estableció por voluntad propia y tratados, y por su sangrienta y desmochadora conquista, su moldura; mas esta dejó fuera de su fielato desde el siglo XIII una salpicadura de historia; dos goterones, el mayor de nombre Petilla y el otro, Bastanes, enclaves navarros en territorio aragonés.

Petilla de Aragón, a 843 metros de altitud, y Bastanes se hallan en los confines de las tierras medias prepirenaicas, siguiendo la línea de las cumbres de Sangüesa, que, desde los montes de Peña hasta los aragoneses de Santo Domingo, dividen en interfluvio los 3 kilómetros que separan ambos enclaves. Su cota más alta se eleva hasta los 1.159 m. Llegado a este linde foral de Petilla, donde acaba la bien cuidada carretera, muchos podrían alucinar al descubrir que las fincas petillesa y bastanesa no son secarrales y lugares hueros de geográfica belleza; al contrario, el lugar sorprende por su altiva personalidad y una bucólica puesta en escena, enmarcada entre frondosa vegetación y empinadas laderas rayadas por verticales estratos calcáreos. El lugar te invita, casi te obliga, a ser conocido a través de las preciosas vistas del recorrido SL NA 2002 -Val de la Onsella (8 km y 150 m de desnivel) que sale desde la villa, sube a un mirador donde se disfruta de los Pirineos a muy corto golpe de vista, baja por los barrancos de La Rinconera y Vado y pasa, luego, antes de regresar a la histórica villa, por un restaurado lavadero y por la ermita de la Virgen de la Caridad. Recorrido discutiblemente presidido por medio centenar de molinos de viento, 25 de ellos en terreno petillés.

Petilla se relaciona íntimamente con dos hombres: Santiago Ramón y Cajal y Amadeo Marco. El segundo, presidente de la Diputación de Navarra, fue el inspirador de la reconversión de Petilla y promotor de regímenes especiales de tutela para con la villa. Derechos que hoy, y desde hace 7 años, también sufren de los recortes. Marco es distinguido con una calle de la localidad, que lleva su nombre. Por su parte, Ramón y Cajal nació en 1852 y vivió en Petilla de Aragón hasta los dos años y medio de edad. Este petillés y navarro de nacimiento, y aragonés universal llegó a ser un coloso científico, investigador, descubridor y teórico de la histología y del sistema nervioso, hasta el punto de, entre otros muchos galardones, ser reconocido con el Premio Nobel de Medicina en 1906.

museo ramón y cajal Esta exposición permanente o museo de Ramón y Cajal está instalado en la propia casa petillesa en la que nació. En la primera planta se recrea el ambiente científico de su época. En la segunda se distribuyen cuatro salas: en la 1ª, la vida familiar en Petilla; en la 2ª, su devenir adolescente por el Alto Aragón; en la 3ª, su formación en investigación; y en la 4ª, sus grandes logros. Para visitarlo hay que contactar con el ayuntamiento en el teléfono 948 888 107.

iglesia de san millán La iglesia de San Millán es el centro neurálgico de la villa. Se trata de una obra de principios del siglo XIII. En el XVI se añadió la sacristía. Su construcción de piedra dibuja una nave única dividida en dos tramos y cabecera poligonal. Se cubre con bóvedas sexpartitas y la cabecera con paños nervados. Las claves aparecen labradas con águilas y agnus dei (cordero de Dios). Las ménsulas de cabecera y nave lucen esculpidos rostros humanos y animales. Del retablo mayor, desaparecido, se conservan varias tallas: una virgen erguida con el niño y otra del titular San Millán, dos paneles con altorrelieves de San Pedro y San Pablo, y un crucificado que procedía del calvario. Mas lo más llamativo del templo son una imagen gótica de Nuestra Señora de la Caridad sedente con el niño sobre su rodilla izquierda, que es la titular de una ermita próxima, y una bellísima pila bautismal renacentista datada en su piedra de 1586. Esta pila, en la que fue bautizado Santiago Ramón y Cajal, luce su copa con gallones y su pie es poligonal y está decorado con puntas de diamante. También es particular, por rico y armonioso, el coro alto, que conserva una barandilla gótica con paneles decorados con tracería flamígera que se abrochan con ménsulas talladas con rostros humanos y animales. La entrada (s. XIII) al templo es curiosa porque la puerta de arco de medio punto abocinada y decorada con arquivoltas decoradas con motivos geométricos queda cortada al exterior en un tercio de su anchura por su lado izquierdo por un tan necesario como rotundo contrafuerte de época posterior.

origen y presente Petilla de Aragón y Bastanes aparecen ya documentalmente en el siglo X relacionados con el Mº de Leyre. Petilla y su fortaleza, emplazada en La Torreta y de la que apenas quedan vestigios, quedaron en manos navarras desde 1232 como pago de un préstamo concedido a Aragón por parte del rey navarro Sancho VII el Fuerte. Llegó a tener más de 600 habitantes a finales del siglo XIX. Hoy cuenta con 42 empadronados, pero solo 11 personas viven de forma continuada. Ha sufrido casi 130 años de despoblación. Se ha convertido en pueblo de fin de semana. Ya no se trabajan apenas sus montes y solo se cultivan unas 180 ha. Sus términos, de 28 km2 (21 Petilla y 7, Bastanes), se sitúan a 71 km al SE de Pamplona y a 27 de Sangüesa. Los habitantes de Petilla se sienten "navarros a tope", según asevera su alcalde, Miguel Ángel Rodríguez, un ragués metido a fondo en el cuidado de Petilla, cuya atención por parte del Gobierno de Navarra dice que "es mejorable". La fiestas señaladas son el 11 de noviembre (San Millán) y el 8 de septiembre (Virgen de la Caridad). En Bastanes no vive nadie y solo encontramos una ermita, la de San Antonio. Además del caserío petillés, su iglesia y museo, está el Hostal Ramón y Cajal donde se encuentra un cómodo y caluroso alojamiento, bar y una buena mesa donde, por encargo, se puede disfrutar de excelentes chuletas de vaca. El establecimiento lo regenta con generosidad y apego José Soteras Miral, natural de la vecina localidad aragonesa de Lobera de Onsella, y su familia. Contacto: 948 925 060.

Si nuestro Viejo Reyno de Navarra es rico por su heterogeneidad física y cultural, el complemento de Petilla de Aragón es un lustre tan interesante como distinto y sorprendente. Aunque solo una vez en la vida, merece la pena disfrutar de estos singulares enclaves navarros y de su histórica villa.