LESAKA - Cuando hablamos de levantamiento de piedra, de harrijasotzailes, la mayoría de las veces nos viene a la memoria la imagen de los Perurena o de Mieltxo Saralegi, levantando moles de más de 300 kilos, o del pequeño Aimar Irigoien, elevando piedras mas pequeñas en explosivas tandas de 5 minutos. Pero la piedra, harria, se escribe también en femenino. Aunque son pocas las practicantes, este domingo se celebró en Aia (Gipuzkoa) el campeonato de Euskadi, tras cuatro años sin poder disputarse por falta de deportistas. De hecho, era la tercera edición de un campeonato que sólo se había celebrado antes en el año 2008 y en el 2010. Resultó vencedora Idoia Etxeberria de Orio, por delante de la primera navarra que ha participado nunca en un campeonato, la lesakarra Estitxu Almandoz Maia.
Nacida hace 29 años en el caserío Arantxene del barrio Zala, Almandoz se inició en el deporte rural hace unos cinco años, y ha practicado sokatira, txinga eramatea y giza-proba. Pero hace tres años, entrenando en el Gure Kirolen Kluba de Oronoz-Mugairi, observó a los harrijasotzailes Unai Bertiz de Sunbilla, (campeón en las siete últimas ediciones del campeonato de Navarra), y Xabier Ariztegi Santxin de Etxalar, y decidió probar con la piedra. “La verdad es que los primeros intentos fueron decepcionantes -señala Estitxu Almandoz-, porque no sabes cómo coger la piedra, cómo alzarla? Lo ves todo muy negro, todo negativo, pero con el tiempo vas cogiendo la técnica y le pillas el gusto, ves que vas progresando, añadiendo kilos y adelante”. Y es que aunque desde fuera pueda parecer que el alzado de la piedra es una cuestión de fuerza bruta, la técnica es una parte determinante de este deporte.
Ahora, prácticamente se ha especializado como harrijasotzaile y realiza un entrenamiento a la semana, aunque para preparar el campeonato también ha duplicado su preparación con Patxi Larretxea y Javier Etxeberria, de Astigarraga.
Aunque ha realizado muchas exhibiciones en fiestas locales y festivales, la del domingo fue la primera competición oficial para la lesakarra y reconoce que es muy diferente: “En las exhibiciones estoy mas tranquila, aunque en las primeras también estaba nerviosilla, pero no tiene nada que ver con el campeonato. La competición genera mucho mas estrés, tienes a los jueces controlando y te da más respeto”. A pesar de ello, se muestra satisfecha con el trabajo realizado, ya que dio 12 alzadas a la piedra cilíndrica de 87,5 kilos, 10 alzadas a la cúbica de 75 kilos y 21 alzadas a la bola de 62,5 kilos, en sendas tandas de tres minutos. Un total de 3.112 kilos y medio. “Con la cúbica esperaba hacer algo más, ya que me señalaron dos nulos, pero con la cilíndrica y la bola realicé incluso alguna alzada mas que en los entrenamientos”, señala la harrijasotzaile, que ve difícil conseguir la txapela, ya que la campeona alzó 1.500 kilos mas que ella. Hay que tener en cuenta que, a pesar de que tiene sólo 22 años, Idoia Etxeberria ya levantaba la piedra de 100 kilos con 15 años y fue también campeona en el año 2010, con sólo 18 años. A pesar de la diferencia, Estitxu Almandoz afirma con ilusión que seguirá “entrenando para mejorar, que es lo que más me gusta; mientras el cuerpo aguante y las lesiones me respeten, ahí estaré”.
Normalmente, son necesarios tres participantes para celebrar el campeonato, pero este año han sido sólo dos. “Espero que en años venideros pueda seguir celebrándose y que no sea como las Olimpiadas, algo que sólo se hace cada cuatro años. Si no hay competición, la motivación tampoco es la misma”, comenta. Para ello, Almandoz anima a las chicas a las que les guste el deporte y no sepan cómo empezar a que acudan a Gure Kirolen Kluba, en Oronoz-Mugairi, donde les asesorarán sobre los deportes que más se adecuen a las características de cada persona y podrán entrenar con más deportistas que practican diversas modalidades de herri kirolak. Y en un futuro, por qué no, a la lesakarra le gustaría que también se disputara el campeonato navarro femenino de harrijasotzailes. “A ver si se animan las chicas”, señala confiada. “Las mujeres se animan a otros deportes rurales, pero parece que la piedra impone más respeto, les parece imposible mover la piedra, o sienten vergüenza, o no saben dónde acudir, no sé por qué, pero es verdad que somos muy pocas”, añade.
Estitxu Almandoz no tiene dudas. Le gusta la piedra y piensa continuar trabajando en este deporte. De hecho, prepara un intento de marca personal para ferias de Lesaka, en noviembre, en el que intentará alzar la piedra copa de 100 kilos, una piedra que ya tiene fabricada en Bergara y que ya ha levantado en dos ocasiones en casa. Según refiere, “con las piedras pequeñas necesitas mas fondo, trabajar intensamente en tandas de tres minutos. Con las piedras grandes, si consigues una alzada en cinco minutos te das por satisfecha, pero no en nada sencillo. Cada especialidad tiene su dificultad”. Pero Almandoz se crece con esas dificultades, “que hay que superar para mejorar”.