Única en Navarra
La che ha encontrado en el ebro, entre castejón y cortes, un ejemplar de ‘margaritífera auricularia’, especie que se creía extinta
El primer ejemplar vivo de margaritífera auricularia conocido en Navarra se ha descubierto en el río Ebro. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) realizó una serie de prospecciones de náyades en el curso medio del Ebro, base para un estudio sobre su composición, distribución y abundancia, que constató la supervivencia de la margaritífera auricularia en Aragón y Navarra. La presencia de este ejemplar vivo en Navarra sirve para certificar que esta especie es todavía viable en el cauce principal del Ebro, a pesar de las amenazas y de seguir considerándose en peligro de extinción, más aún teniendo en cuenta que el ejemplar hallado es relativamente joven, se estima de unos 15 años, para una especie muy longeva que puede alcanzar los 100 años.
El estudio ha descubierto también nuevas poblaciones de otras de las principales náyades, también amenazadas, en concreto, las cuatro especies de grandes bivalvos de agua dulce margaritifera auricularia, unio mancus, potomida littoralis y anodonta anatina. Los ejemplares que se localizaron de margaritifera auricularia, especie catalogada en peligro de extinción, se identifican siempre tras el hallazgo con un número con el que pasan a formar parte de los inventarios de las comunidades, lo que permite reconocer nuevos ejemplares y colonias.
Las prospecciones se centraron en 55 tramos entre Novillas y Escatrón (Aragón) y 12 entre Castejón y Cortes (Navarra), seleccionados por su alto valor ecológico e idoneidad como hábitat para las náyades.
Hace varios años el Gobierno de Navarra movilizó a su departamento de Medio Ambiente para trasladar a 13 ejemplares de margaritífera que habían sido colocados en el canal de Tauste para su cría dado que se iban a hacer obras en el canal.
particularidades Las labores, autorizadas por los gobiernos de Aragón y de Navarra, las ha ejecutado un equipo técnico que incluye especialistas en biología y actividades subacuáticas, con gran experiencia en esta materia.
En el tramo navarro del río Ebro de Castejón a Cortes, que se ha prospectado en agosto de 2014, los primeros resultados avanzan que las poblaciones de náyades no son más numerosas que en Aragón y están compuestas principalmente por potomida littoralis y anodonta anatina, siendo muy escasas las unio mancus y margaritífera auricularia. A esto se suma el hallazgo del ejemplar de Navarra.
No obstante, todas estas especies cuentan con una amenaza añadida a su delicado ciclo biológico, ya que requiere de un pez hospedador de sus larvas, como los son la presencia del mejillón cebra y de la almeja asiática, especies exóticas invasoras. Su coexistencia está acabando con la supervivencia de las margaritíferas, especie autóctona que está perdiendo terreno frente a las alóctonas, contra las que aún no se sabe bien cómo luchar.
De hecho, buena parte de las náyades localizadas tenían adherido a sus conchas uno o más mejillones cebra, a pesar de que no había colonias densas de éstos en las cercanías. Además la almeja asiática tapiza el lecho fluvial en la mayoría de los tramos con náyades, alterando así el ecosistema fluvial natural.
Con respecto al pez huésped, la casi desaparición del esturión entre los años 20 y 30 del siglo XX afectó a esta especie hasta llegar hasta su casi total desaparición. No en vano las que se encuentran es raro que tengan menos de 30 años, como la protagonista del hallazgo. En ausencia del esturión parece que encontraron otros tipos de peces que pudieran ser huéspedes.