lAS radiaciones y su influencia sobre la salud humana ha centrado la última edición del Noviembre Ecológico Azaro Ekologikoa que ha organizado Ekologistak Martxan y que ha incluido numerosas charlas con especialistas en la materia y un paseo por Estella para realizar mediciones de contaminación electromagnética de altas frecuencias, la generada por los sistemas de comunicación.

El paseo por Estella realizando mediciones constituyó el nexo de unión entre la teoría aportada en las charlas y la realidad de la contaminación electromagnética que existe en Estella. Como explican desde este colectivo, el paseo comenzó con la presentación de los aparatos y una primera medición en la plaza de La Coronación. La medición se realizó únicamente en el espectro de las altas frecuencias no ionizantes (radiofrecuencias y microondas), con un aparato HF59B, complementado con un filtro FF6E y dos antenas: isotrópica (para obtención de valores contrastables) y logarítmica (ubicación de fuentes).

Lo primero que hicieron los presentes fue apagar sus teléfonos móviles. “Esta primera medición dio como resultado unos valores de 340µW/m2 (microvatios por metro cuadrado), principalmente del tipo de radiación emitida por antenas de telefonía móvil, con unos picos periódicos más elevados, correspondientes a un sistema wifi” existente en esa zona.

Posteriormente, los presentes se dirigieron a Los Llanos, en busca de una zona con menor radiación, donde realizaron unas pruebas con los móviles. “Pudimos constatar las elevadas intensidades de campo producidas en los momentos de encendido y apagado, recepción de llamadas o sms y durante la conversación. También nos sorprendió la elevada intensidad de campo que supone la conexión UTMS (3G, tercera generación de datos de internet en el móvil), principalmente porque constituye una radiación continuada, incluso en exteriores y sin movimiento”, explican.

Desde ahí, el grupo formado por más de una docena de personas, se desplazó con los móviles apagados por diferentes puntos de la ciudad. A la hora de analizar los datos, cabe destacar que, como indican desde este colectivo, 1.000 microvatios por metro cuadrado es el límite recomendado para zonas interiores de exposición continuada por la Resolución 1815 de 27 de mayo de 2011 sobre Peligros potenciales de los campos electromagnéticos y sus efectos sobre el Medio Ambiente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. “No obstante, existen evidencias científicas de efectos biológicos ya por encima de valores de 10µW/m2 (Congreso de Salzburgo, 2002)”.

variantes De esta forma, la intensidad medida osciló desde los 50 microvatios por metro cuadrado que había en la puerta de la casa de la juventud hasta los 2.500 que se midieron en la plaza que hay en la calle Sancho el Fuerte o los 1.700 del patio de los maestros en la trasera del ayuntamiento y 1.400 en el monumento al auroro. “También se pudo comprobar el tipo de radiación dominante, producida por antenas de telefonía móvil y su origen en una torre de antenas existente en un edificio cerca del ayuntamiento”. El grupo pudo comprobar que la existencia de valores más bajos en zonas próximas de sombra, es decir protegidas de las antenas por los edificios, “confirmaría la detección de las antenas por medio de nuestros aparatos de medición”, explican. Este colectivo aclara que las mediciones que realizaron eran en exteriores. “A pesar de no haber realizado mediciones en interiores, sospechamos sobre la existencia de viviendas irradiadas con valores superiores a los 1.000µW/m2”, indican.

afecciones Desde Ekologistak Martxan explican que según el informe BioInitiative, que es una compilación de estudios científicos sobre contaminación electromagnética y reconocido por la Resolución del Parlamento Europeo del 4 de septiembre de 2008, “esta situación podría suponer afecciones a la salud de las personas que permanecen en ese entorno. Los primeros síntomas pueden ser la fatiga, dolores de cabeza, tendencia depresiva, desórdenes del sueño, problemas cardiovasculares, dificultades de concentración o pérdida de apetito”, indican.

En cuanto a la ubicación de las antenas, este colectivo explica que su instalación en una zona urbana “lógicamente no está en la línea del Principio de Precaución recomendado por la mencionada Resolución 1815 del Consejo de Europa. El estudio Naila, estudio epidemiológico realizado en Alemania, recomienda una distancia mínima de 400 metros de una antena de telefonía móvil a las viviendas más próximas”.

En definitiva, este colectivo concluye que “la influencia de las antenas de telefonía móvil determina el panorama de campos electromagnéticos en el centro de Estella, llegando una intensidad de campo moderada incluso al parque de Los Llanos”.

En una última parte del paseo, los asistentes pudieron “medir valores mayores a 1.000µW/m2 en el entorno de las antenas de la ladera de Peñaguda, San Pol. Y es que según la información facilitada por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo estas son las ubicaciones de las antenas de telefonía móvil legalizadas en el entorno urbano de Estella”.

Como se ha comentado, el paseo por Estella fue una muestra práctica de los datos aportados en las charlas. En ellas se abordaron temas como la contaminación electromagnética en las viviendas y se dieron soluciones prácticas; otra versó sobre los factores que alteran la salud en el hogar y la bioconstrucción; otra, de la protección de bebés y no nacidos frente a las radiaciones y tóxicos; también se abordó el informe sobre soberanía energética en Navarra y hubo una tertulia sobre la contaminación electromagnética y el consumo eléctrico. También participaron en las sesiones que hubo en Lerín sobre el regadío.

Además, Ekologistak Martxan entregó dos premios. El que llamaron Txaparrada que correspondió a la Plataforma contra la Línea de Alta Tensión Castejón-Itsaso, “por los duros y esforzados años de trabajo y lucha para evitar la realización de este nefasto proyecto y el modelo energético que representa”. El galardón lo recogió Arantxa Asiain, vecina de Oteiza. El premio consistió en una delicada figura de la niña de la flor roja, imagen que ha ilustrado el ecologismo en Estella realizada en barro por Sandra Nuin.

Por otra parte, el premio Txandrio recayó en la Mancomunidad de Montejurra “por la gestión de las aguas al servicio de un modelo antisocial e insostenible, principalmente por los criterios de extracción de aguas en los acuíferos de Ancin-Antzin”, explican.