pamplona - Vecinos de Mutilva Alta denuncian la indefensión que vienen sufriendo desde hace varios años por el ruido que emite una empresa de estampaciones metálicas situada a apenas veinte metros de distancia de las viviendas afectadas.
Piden una solución definitiva y consideran que sus derechos fundamentales como el descanso, la salud y la intimidad están siendo “totalmente vulnerados”, mientras que “los organismos competentes no hacen nada”, en alusión a Gobierno y ayuntamiento. De hecho, subrayan que “muchos de nosotros estamos bajo tratamiento psicológico para poder dormir y hay niños”.
Los inquilinos de las calles Sanguín y Avenida de Zugardía, lindante con el polígono de Mutilva, se quejan del “sufrimiento” que vienen padeciendo con la actividad de Estampaciones Mayo ante la “pasividad y falta de soluciones del Ayuntamiento del Valle de Aranguren y de los organismos competentes”, señala Ana de la Cal, en representación de una veintena de propietarios. La situación originada por el “persistente, molesto y constante ruido de la fábrica”, las 24 horas al día y “prácticamente todos los días de la semana”, en horario diurno y nocturno, se inició en 2011 cuando los vecinos entraron a vivir a unas viviendas “inhabitables”, a las que el Ayuntamiento concedió “las licencias y cédulas pertinentes, a una distancia ridícula de la industria pesada”.
Las denuncias han dado lugar a la elaboración de “múltiples” sonometrías por parte de la Policía Foral, cuyos resultados han determinado que Estampaciones Mayo superaba los límites de ruido permitidos, “en algunos casos cuadruplicando lo establecido”. “La Policía Foral cuenta con un amplio dossier de informes que acredita el incumplimiento sistemático de la normativa de ruidos por la empresa mucho antes de iniciar nuestras reclamaciones”, abundan. Los demandantes han acudido al Defensor del Pueblo en varias ocasiones, institución que ha exigido al Ayuntamiento de Aranguren que adopte las medidas oportunas para acabar con el problema. Incluso, recuerdan, hubo una reunión con el Gobierno foral para reclamar nuevas mediciones a cargo de empresas acreditadas ya que las llevadas a cabo por la Policía foral “tampoco se daban por buenas, hecho que nos parece gravísimo”. Sin embargo, hasta la fecha “no se han llevado a cabo esas mediciones”.
“La intensidad varía pero a las seis de la mañana no hay quien resista los golpes”, reitera Ana de la Cal que admite que ni las viviendas ni la urbanización fueron reforzadas con medidas de protección pese a la proximidad de los usos industriales a los residenciales. Recuerdan que han presentado alrededor de cien instancias al Ayuntamiento y un informe “exhaustivo” de mediciones realizado por una empresa privada el cual evidenció que el ruido soportado por los vecinos “es absolutamente desproporcionado e ilegal, y en todos los horarios, especialmente en el nocturno”. Los residentes de la Avenida de Zugardía 12 fueron los primeros en movilizarse por el uso de “prensas muy ruidosas”.
Por su parte, desde el Ayuntamiento de Aranguren la ingeniera Montse Guillén aseguró ayer que el Ayuntamiento ha tomado cartas en el asunto y está a la espera de que se lleven a cabo nuevas sonometrías después de que el Gobierno de Navarra detectara errores , hasta en dos ocasiones, en las pruebas realizadas por el anterior organismo de control autorizado (OCA) que fue contratado por el Consistorio. Recuerda que el Ejecutivo tampoco dio por buenas las mediciones de Policía Foral. Tras las conversaciones mantenidas con el departamento de Medio Ambiente, Aranguren solicitó un nuevo estudio entre las empresas sugeridas por el Gobierno y que éste avaló por su competencia en la materia. Así, el proyecto recayó en la firma Applus que, en una primera fase, llevó a cabo un plan de muestreo estableciendo los puntos de mediciones y condiciones de funcionamiento de la empresa (ciclo productivo) que trabaja a tres turnos (cada uno de ellos con unos límites legales, y con una determinada maquinaria). En este momento se está pendiente de una nueva reunión con Medio Ambiente antes de poner en marcha la segunda fase de mediciones acústicas. Para esta actuación es necesario contar con la autorización de la empresa y de los vecinos ya que las mediciones se llevarán a cabo dentro y fuera de las viviendas, y en el exterior de la empresa, indicó. A partir de ahí se tomarán las medidas oportunas, abunda.
normativa Una de las cuestiones que preocupan a los vecinos es la falta de consenso sobre la normativa a aplicar al haber hasta ahora dos baremos, uno foral y otro estatal, más restrictivo sobre los umbrales de contaminación acústica. Así, 65 decibelios (55 a la noche) es el nivel sonoro máximo establecido por normativa estatal. En Navarra en cambio, según el Decreto foral de 1989, es de 70 decibelios el tope de día y 60 de noche. Al parecer, a partir de mayo de 2014 el Gobierno foral ha cambiado el sistema de medición protocolizado que utiliza la Policía Foral (instrucción técnica) y que se guía por la normativa estatal, exponen los vecinos.
batalla vecinal
denuncias hasta el juzgado
Las planchas metálicas. Un informe elaborado por la Policía Foral detalla las diferentes denuncias atendidas desde que en 2011 se entregaron todas las viviendas, principalmente por el “ruido repetitivo de planchas metálicas”. Ya en 2011 las mediciones exteriores daban unos niveles superiores a 58 decibelios superándose en 2012 los 60, y por encima de 50 en 2013. El tema llegó a los tribunales y en 2014 el Juzgado de Primera Instancia de Aoiz determinó que no consideraba “justificada” la perpretación de un delito.