La nao San Juan va cogiendo forma en la factoría de Albaola en Pasajes de San Pedro. El armazón de este emblemático ballenero hundido en 1565 en aguas de Canadá es de roble de Sakana, 200 árboles donados por los pueblos de la comarca fruto de un acuerdo. Precisamente, y dentro de este convenio, todos los sakandarras, 20.504 personas empadronadas en las diferentes localidades de la comarca, tienen entrada gratuita para el museo de Albaola, donde se puede ver cómo se está llevando a cabo la construcción de la réplica del ballenero.

Las entradas se podrán recoger a partir del próximo lunes y durante todo este año en los ayuntamientos de la comarca. Para evitar duplicidades el personal municipal realizará un control de los receptores, que deberán estar empadronados.

Durante la visita al museo también se podrá conocer parte de la historia naval de Euskal Herria, la caza de la ballena. “Era una actividad de tal impacto económico que abarcaba a múltiples territorios, empezando desde nuestros bosques de Sakana hasta los carpinteros de ribera de la costa”, señala Iker Manterola, técnico de la Agencia de Desarrollo de Sakana.

La nao San Juan, cuya imagen representa el Patrimonio Cultural Subacuático de la Unesco, muestra el gran nivel técnico alcanzado por los barcos vascos en el siglo XVI, varias décadas en las que los vascos tuvieron el monopolio del mercado de grasa de ballena de Europa, un factor determinante en el desarrollo económico, social y cultural del territorio.

EL MUSEO Se divide en tres espacios. Por un lado, hay exposición permanente sobre la tradición marítima vasca en torno a la nao San Juan, desde los robledales de Sakana hasta llegar a los carpinteros de ribera de Pasajes. Y es que los bosques de Sakana han surtido históricamente a los astilleros vascos de la madera necesaria para construir barcos. Bosques enteros de robles, rectos para la tablazón y guiados para las formas curvas, eran cultivados y cuidados para conseguir la máxima calidad en la construcción de un barco.

Asimismo, para poner en valor esta gestión forestal, el pasado año se inauguró en Alsasua un itinerario interpretativo, enmarcado también en el acuerdo suscrito con Albaola. Hace un par de semanas visitó el robledal de Dantzaleku Robert Granier, el arqueólogo que halló los restos de la nao San Juan en la costa de Labrador en 1978. Grenier, que fue director del servicio de arqueología subacuática Parks Canada, trabajó durante ocho años debajo del agua y otros 30 de investigación. Según señaló, este barco “es un icono por su calidad y por el trabajo que se realizó”.

En la visita a la factoría Albaola también se entra en el taller, donde se puede ver trabajar en directo a los maestros carpinteros de ribera elaborando piezas del barco. Por último, está el astillero, donde se ofrece la oportunidad de ver la construcción de la nao utilizando las técnicas de la época. Se prevé que el ballenero esté finalizado para 2019-2020, según apuntó Raúl Pérez, director del proyecto.

La visita puede ser por libre o guiada para grupos, para lo cual es necesario reservar con dos días de antelación como mínimo. Para más información se puede llamar al teléfono 943 392426 o a través del correo electrónico bisitak@albaola.com.