Como haría cualquier productora en un casting para buscar gente que participara en una gran superproducción, ayer desde la concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Tudela se colgó un anuncio en Twitter que tenía como objetivo encontrar a jóvenes que quisieran enfundarse un cabezudo para las próximas fiestas de Tudela. El origen de tal solicitud se encontraba en la Comparsa de Gigantes de la capital ribera que se ha encontrado como de la noche a la mañana los jóvenes que se metían debajo de los cabezudos y empuñaban su arma mortífera con la que golpean a los más pequeños (o persiguen a los adultos) se han hecho mayores y ya no tienen edad para hacerlo.

En el anuncio se puede leer: “La Comparsa de Gigantes nos ha remitido una petición de colaboración, y es que necesitan al menos a 4 personas de entre 16 y 20 años para llevar los cabezudos y zaldikos de la comparsa los días 25 a 30 de julio en horario de 11.30 a 14.15 horas. La remuneración sería de 180 euros más la cotización a la Seguridad Social”.

Desde la comparsa, uno de sus responsables, Íñigo Castellano, explicó que el límite de edad que ponen es porque con menos de 16 años es más complicado, y con más de 20 los jóvenes tienen otras inquietudes. “Buscamos a partir de 16 años porque se les da de alta en la seguridad social y tienen que tener más de esa edad o se necesita un permiso de los padres y es más complicado. Que tengan a partir de 18 años es mejor porque son más serios para quedar, son más estables y tienen más responsabilidad, se supone”, explicó. Para Castellano, se trata de una edad complicada para un chaval, ya que “hay que levantarse para llevar el cabezudo durante todos los días de fiestas”. Los que lo dejan ahora han estado durante cuatro años. “Hemos estado encantados con ellos, pero claro tienen 21 ó 22 años y otras obligaciones”, añadió.

siete cabezudos La Comparsa de Tudela tiene en total siete cabezudos, dos zaldikos y cinco figuras. Los cabezudos pesan, aproximadamente, 15 kilos cada uno. Castellano reconoció ayer que “es complicado porque sabemos que la labor del cabezudo es ingrata” y más en la capital de la Ribera donde toda la atención de los tudelanos se la llevan los cuatro gigantes y los cabezudos no gozan de tanta tradición. “Es una labor dura. Yo llevé una mañana un cabezudo y es tremendo. Pasas un calor insoportable, no te puedes quitar la cabeza y pesa mucho”.

En este sentido, reconocen que “lo que nos gustaría es que hubiera un paso natural de los cabezudos a los gigantes, eso sería lo ideal, pero hasta ahora no se ha producido. Hasta el momento miembros de la comparsa somos los que bailamos los gigantes. Los cabezudos son más gente que se contrata para fiestas y que igual un día no nos aparecen. Es difícil que haya esa responsabilidad y en Tudela hasta ahora no habíamos conseguido esa continuidad”. Sin embargo, los responsables de la Comparsa de Gigantes de Tudela, que el año que viene cumple 30 años de existencia, matizan que si las figuras fueran de más calidad y artesanales, “podríamos plantearnos un baile con ellos o una forma en la que se les pudiera sacar más valor”.

Otra de las curiosidades es que, por tradición, los cabezudos nunca salen el 24 de julio, día del cohete, y por eso el anuncio hace referencia a las mañanas del 25 al 30 de julio. “Es un día complicado para un cabezudo porque la gente está un poco mal. En tiempos íbamos por la calle Verjas y pasar por San Jaime con un cabezudo es un riesgo y es seguro que te pasará algo. Luego hemos hecho un recorrido más acorde para niños. Antes no salían el 24 y hemos seguido esa norma”, concluyó Castellano.

Origen de las figuras. Los cabezudos de la Comparsa de Gigantes se compraron en Zaragoza por catálogo y su precio varió dependiendo del diámetro de las cabezas. Costaron entre 27.000 y 68.000 pesetas, aunque se desconoce el año exacto en que se encargaron. No son obra de creadores artesanos sino que se hicieron con máquinas.

Los personajes. Los cabezudos iniciales que llegaron a la capital ribera son una navarrica, un agricultor, un arlequín y un guardia real con sombrero de dos picos. Posteriomente lo haría un zaldiko y un navarrico donado por la Orden del Volatín. El último en llegar fue otro zaldiko.

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Kilos, es el peso aproximado de cada una de las cabezas que tendrán que portar los jóvenes que se presenten a este casting para portar las figuras.