La instalación en Lakuntza de la Cerrajería San Antonio en 1927 marcó un hito en esta localidad de Sakana, hasta entonces con una economía ligada al sector agropecuario. Fue el germen de varias empresas metalúrgicas surgidas en las décadas siguientes que convirtieron a Lakuntza en una localidad vinculada al metal. Casi un siglo después, la industria es el motor de este pueblo de 1.267 habitantes y más de 800 empleos. Situada en el centro de Sakana, comarca golpeada especialmente por la crisis, esta localidad le ha hecho frente. “La mayoría son empresas de marca local, vinculadas a Lakuntza”, destaca Josu Imaz, concejal y conocedor de la historia del valle.
Gracias a las gestiones realizadas por el ingeniero Luis Fuentes, lakuntzarra del que toma el nombre el colegio público de esta localidad, y las ayudas del Ayuntamiento, empresarios de Gipuzkoa, junto a personas de la localidad, se instalaron en Lakuntza. “El Ayuntamiento aportó 10.000 pesetas de entonces para su instalación. Además, un numeroso grupo de vecinos acarrearon madera del monte para construir la fábrica”, apunta Imaz.
Conocida popularmente como la Cerrajera, en los años 30 llegaron a trabajar más de 200 personas. Muchas eran mujeres, algunas en las secciones de machería y cerrajería, trabajos considerados masculinos tradicionalmente. “Se fabricaban sobre todo cocinas esmaltadas, de aquellas que se llamaban fogón, hornillos, cocinas de gas y calentadores, entre otros productos”, explica Imaz. “En laminaciones Orbegozo, que era una segunda empresa dependiente del mismo grupo, se realizaban también todo tipo de piezas”, observa.
Además de proporcionar empleos en la zona, esta empresa creó escuela. “Varios obreros de aquella fábrica acabaron montando talleres y empresas metalúrgicas. Aprendió mucha gente porque había de todo: fundición, soldadura, montaje, ajuste y mecánica”, apunta Imaz.
A los pocos años se creó otra fundición, Tot Garais, de donde saldría la actual marca Lacunza Kalor Group. Después, en los años 50, inició su andadura Industrial Barranquesa, entonces dedicada a la fabricación de bridas para tuberías y en la actualidad para aerogeneradores. Ya en los 70 se crearon Aceros Moldeados de Lakuntza, Barga, Galvanizados Lakunza y Sakana Coop, la mayor empresa de la comarca en cuanto a empleos en la actualidad.
Esta cooperativa inició su actividad en 1975, también en época de crisis. “Ante la situación que había, un grupo de personas se pusieron en contacto con el Grupo Mondragón para poner en marcha un proyecto para Lakuntza”, recuerda Imaz. Desde un principio se pensó en una fundición pesada para realizar piezas voluminosas. Si bien el Ayuntamiento propuso un emplazamiento, no se vio viable y los cooperativistas optaron por comprar terrenos y urbanizarlos. Asimismo, dos años antes los socios comenzaron a aportar una cuota mensual. Comenzó su actividad con 25 personas, la mayoría de Lakuntza, y al año siguiente eran 60. Pero no fue fácil. “Estuvieron casi diez años sin beneficios y teniendo que poner en dos ocasiones aportaciones de capital a nivel personal. A partir de lograr la estabilidad de empresa y control de las inversiones se convierte en una empresa referente en el mercado”, señala Imaz.
En la actualidad Sakana Group cuenta con cerca de 300 empleados. Por un lado, en la fundición son 218; y relacionados con ella, otros 41 trabajan en Lakber, empresa que se encarga de los mecanizados, y 26 en Goilak, que realiza la pintura.
SITUACIÓN ACTUAL Imaz pone el foco en la baja eventualidad del empleo existente en la localidad. De los 831 puestos de trabajo contabilizados, 578 son fijos y 153 eventuales. Los autónomos representan los 50 restantes. Así, el número de desempleados en Lakuntza es de 48 personas, 19 hombres y 29 mujeres, pleno empleo desde un punto de vista técnico, lo que le sitúa a la localidad en los niveles más altos de Europa.
No obstante, el Ayuntamiento de Lakuntza no quiere dormirse en los laureles. “Estamos en conexión con el Plan Estratégico de Sakana 2020”, señala Imaz, quien destaca que les preocupa el futuro de los jóvenes y la importancia de diversificar la economía, muy ligada a la metalurgia. Al respecto, apunta que una de las apuestas de su grupo es potenciar el ecoturismo, con la creación de rutas o caminos verdes.
“Sería conveniente materializar a corto plazo en toda Sakana un planteamiento más planificado y organizativo para que la gente que nos visita, que es mucha, se quede más tiempo”, señala. “Debemos ser mucho más atractivos y facilitar los desplazamientos entre los pueblos. La marca Sakana además de sugerente tiene que ser práctica, con circuitos y puntos de interés bien definidos”, apunta. También alerta de la amenaza que puede suponer la línea de alta tensión Dicastillo-Ezkio-Itsaso.