Anidar. Un lugar donde
protagonista de refranes y de la imagen infantil de los nacimientos, la cigüeña blanca es una de las especies más conocidas y queridas y, desde hace más de 25 años, se asienta de forma definitiva en la Ribera donde ha encontrado comida y un lugar donde vivir. A esta imagen de ave urbana y apreciada ha contribuido su característica figura y el que haya elegido desde tiempos inmemoriales las edificaciones humanas para ubicar sus nidos. Consecuencia de ello es que las cigüeñas forman parte de la cultura humana, estando presentes en cuentos, canciones y leyendas.
los números Como viene siendo habitual desde que en 1994 el colectivo ecologista Gurelur comenzara a realizar censos de cigüeñas en Navarra, el número de nidos y parejas de estas aves ha vuelto a aumentar en la Ribera hasta los 561 (por los 507 que había en 2015) mientras que en el conjunto de la Comunidad Foral su número desciende en 6, hasta los 946. Es la segunda ocasión (sólo sucedió en 2011) en que la cifra total ha disminuido desde que existen registros. Con este desequilibrio entre la Ribera y el resto de Navarra, esta merindad acoge ya más del 59% de los ejemplares.
Este desajuste podría tener una explicación en las razones que se aportan desde Gurelur, que ven en el descenso del número de cigüeñas una falta de la reproducción por la falta de alimentos. “Se ha pasado del crecimiento cero de los últimos 3 años, al descenso de las parejas que está siendo causado principalmente por la baja tasa reproductiva debido a la escasez de alimento, por la muerte de ejemplares en tendidos eléctricos y por la indiscriminada eliminación de sus nidos durante la época de reproducción”.
Tras el liderazgo de la Ribera se encuentra la merindad de Estella que acoge a 187 parejas, que supone el 19,77%, la de Olite con 180 parejas (19,03%), la merindad de Sangüesa con 11 (1,16%) y en último lugar se encuentra la merindad de Pamplona con 7 parejas (0,74%), nidos que corresponden a la pareja de Pamplona, a la de Ororbia, y a las 5 parejas de Puente la Reina/Gares.
En lo que respecta a la cantidad de nidos por localidades, a la cabeza se encuentra Funes con 90 parejas, ubicadas en los sotos de Gil y Ramal Hondo. Le siguen Corella con 87 parejas, Lodosa con 79 ubicadas en los sotos de Ebro, Cortes con 72, Castejón con 66, Tudela y Milagro con 46 y Buñuel con 44 nidos, ubicados todos ellos en distintos parajes junto al Ebro. Estas ocho localidades soportan más de la mitad de la población reproductora y hay que tener en cuenta que el 61% de las parejas navarras ya utilizan los enclaves naturales para ubicar sus nidos, lo que también representa un cambio de tendencia en los últimos años, en que buscaban edificios.
Precisamente, si se tienen en cuenta las acumulaciones de nidos en edificios, las mayores concentraciones se encuentran de nuevo este año en el viejo edificio de la azucarera de Cortes con 53 y la catedral de Tudela con 16 nidos. La conocida como Raperie de Cortes es el lugar ideal, abandonada desde hace varias décadas, la colocación de nidos se multiplicó en poco tiempo y pasó de los 27 con que contaba en 2005 a los 58 de 2011, aunque luego, en años sucesivos, ha ido perdiendo ejemplares.
En enclaves naturales destacan la colonia existente en los Sotos de Gil y Ramal Hondo en Funes, que tiene 87 parejas, las orillas del Ebro en Lodosa, con 78 nidos, y los sotos del Alhama en Corella, con 34, son los principales. Le siguen, fuera de los ríos, los cortados de Falces, Milagro y Azagra que acogen 40, 38 y 34 nidos respectivamente.
El estudio del número de parejas de cigüeñas en Navarra demuestra una evolución que, especialmente, a comienzos de los años 2000 se multiplicó de forma desorbitada. Así, si en el año 1990 estaban censados 49 nidos estables en Navarra, la cifra en una década se disparó hasta los 339 y 10 años después (en 2010) ya había alcanzado los 855. El mayor incremento desde que se han registrado los datos se produjo entre 2002 y 2003, cuando se pasó de 460 nidos a 629 en solo 12 meses.
difusión Para conseguir la sensibilidad de los ciudadanos, el colectivo ecologista Gurelur realiza diversas actuaciones encaminadas a dar a conocer a las cigüeñas y sus problemas. Todos los años celebran su bienvenida con actividades tanto en Pamplona como en Tudela y en todos los pueblos que lo solicitan. En estos actos se reparte material didáctico y se pone a disposición de los visitantes material práctico para la observación de las cigüeñas. Para la realización de éstos y otros actos de educación ambiental relacionados con las cigüeñas contamos con cartillas escolares, carteles, folletos y paneles didácticos.
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