Don Carnaval reta a Doña Cuaresma
localidades del valle festejan ya o se preparan para celebrar la fiesta de los disfraces
Los mozos llegaban desde Francia por Santa Lucía, 13 de diciembre, vacaciones obligadas porque la nieve no permitía los trabajos forestales. El 17 de enero, San Antón, los de Ituren y Zubieta se reunían en la ermita del santo y de común acuerdo fijaban las fechas de sus “fiestas de buena vecindad”: iñauteriak o carnavales.
En Sunbilla, en carnaval (los jóvenes ya habían regresado a los bosques franceses), unas pocas chicas bailaban en la tarde de un húmedo y nublado domingo con un solitario acordeonista bajo el arkupe (arcos de la planta baja) de la casa consistorial. Pero eso era antes, ya hace años.
Ahora, los sunbildarras festejan su carnaval el último fin de semana de enero, el próximo domingo protagonizarán un desfile impensable para 675 vecinos y mostrarán toda su generosidad ofreciendo un sabroso aperitivo a sus cientos de visitantes. Y ese mismo día se empezará a escuchar la cencerrada más imponente y rotunda de Euskal Herria al pie del Mendaur, y joaldunak de Zubieta marcharán hasta Ituren el lunes para recibir amistosa devolución de visita al día siguiente.
En otras muchas localidades (Bera, Lesaka, Etxalar, Aran-tza, Igantzi, Doneztebe, Elizondo, Erratzu, Arizkun...) aunque este año llega casi como continuidad de la Navidad, esperarán hasta febrero -aviso a supersticiosos, carnaval cae en martes y 13- para festejarlo en las fechas clásicas. Aunque ya han pasado los de Uitzi en Larraun, que antaño solían ser los primeros junto con Almandoz en el Valle de Baztan (el mismo día de los Reyes Magos) y Belate arriba los han celebrado este fin de semana en Elgorriaga y en el pueblo baztandarra de Aniz.
A BOCAJARRO La cuestión es que el carnaval ha venido y ya se sabe como ha sido, en un año que todo nos llega de golpe, a bocajarro, y si ayer celebrábamos las navidades pasado mañana haremos lo propio con los Sanfermines, que hasta el calendario (también) parece haberse vuelto loco. La anual batalla entre Don Carnal y Doña Cuaresma está, por lo tanto, servida.
En el mundo rural seguirán conservando elementos tradicionales que les han dotado de alguna curiosa singularidad, y serán más generalistas y reflejo actual los urbanitas, el mundo al revés en cualquier caso. Hasta hace medio siglo, la víspera de la Epifanía iban joaldunak de Ituren hasta Doneztebe y antes de pasar por Elgorriaga preguntaban al alcalde si lo debían hacer respetuosamente y en silencio (isilik) si había algún vecino de cuerpo presente o si podían hacer sonar (joka) sus cencerros. Carnaval, aunque arqueología pura y dura.