pamplona - Tudela abrió la veda en 2012 y por primera vez la Comunidad Foral descubrió a la Policía Municipal montada sobre dos ruedas. En la Comarca de Pamplona el Valle de Egüés recogió el guante y se sumó a esta iniciativa en 2013. Después llegaron Villava -compró una bicicleta como un vehículo más, aunque no es una patrulla propiamente dicha-, y más tarde Barañáin y Zizur Mayor, ambas de forma casi simultánea en abril de 2016.

Desde entonces, siempre de forma voluntaria, en función de la disponibilidad de la plantilla y cuando el tiempo acompaña, no es extraño ver polibicis, bicipolis o patrullas ciclistas, como se quieran llamar, pedaleando por la Comarca de Pamplona. En todos los casos la experiencia es positiva.

valle de egüés

Servicio “complementario”

Bicicletas eléctricas

El seis de julio el Ayuntamiento presentó dos nuevas bicicletas eléctricas que se añaden a las otras dos -de las de pedalear normal- con las que cuenta el valle. Un servicio que cuenta y ha contado con la aceptación de la plantilla: en 2013 se apuntaron voluntarios 7-8 de sus 15 agentes. Ahora la nómina ha aumentado a 21 y 15 de ellos, además del jefe de Policía Íñigo de Carlos, están por la labor de patrullar sentados sobre un sillín. “No se obliga a nadie. El que quiere se apunta, se le da el casco, los guantes, etc...”, dice De Carlos.

“Sarriguren tiene más de 12 kilómetros de calles peatonales, y nos viene muy bien”. De hecho, en la ecociudad a veces los tiempos de respuesta son menores sobre dos ruedas que sobre cuatro. Esta patrulla, en un valle con 60 km2, no sustituye al coche, siempre en danza entre otras cosas porque lleva un desfibrilador. “Es complementario y se realiza en Sarriguren, Erripagaña, Olaz, Badostáin y Gorraiz”, relata.

Normalmente patrullan dos personas, pero a veces va uno solo. Y no salen todos los días. “La semana pasada salieron seis días, algunos en dos turnos, un par de horas por turno”, explica sobre esta patrulla, que empezó en abril y se prolongará más o menos hasta octubre. “Desde luego la experiencia es positiva”, finaliza.

villava

“Más llevadero que andar”

Un vehículo más

Explica Pedro Zúñiga, jefe de Policía de Villava, que se hicieron con una bicicleta “como un vehículo más” sin indumentaria especial más allá del casco. Cuatro de los 17 integrantes de la plantilla la utilizan, sobre todo uno de los veteranos, bien para patrullar por el paseo fluvial o por la zona del polígono. “Y está encantado. Se hace fácil y más llevado que andar”. También concreta, realidad común al resto de ayuntamientos, que “no podemos hacer una patrulla ciclista porque no tenemos medios humanos”. Y detalla las bonanzas de las dos ruedas. “Villava se presta. Tiene un kilómetro cuadrado y sin cuestas. De un salto llegamos a cualquier lado y la bicicleta es fácil de utilizar cuando el tiempo lo permite, rápida, etc...”.

A Zúñiga le gusta que los agentes “vayan andando, porque así es como te enteras de las cosas, los vecinos te paran para hablar. Y en el coche está demostrado que no. Si estás más cerca te ven más cercano, si estás lejos te ven lejano. No hemos descubierto nada”. Con la bicicleta “se va despacio y prácticamente es como caminar. Yo estoy a favor. Vemos una serie de Estados Unidos con policías en bicicleta y nos parece la bomba, pero luego aquí parece una ridiculez. ¿Y por qué no?” se pregunta.

barañáin

Cercanía y proximidad

“Muy útil”

Pese a que no se utilizan todo lo que le gustaría (presenta algo más de 20 patrullajes en bici en sus memorias anuales), el jefe de Policía de Barañáin Daniel Cano no duda de la idoneidad de este transporte y considera un “éxito” su puesta en marcha.

“Quería una herramienta más que acercara claramente la Policía al ciudadano. Es muy útil y me gustaría que en fechas determinadas el servicio fuera constante. Pero es impensable. Tendría que ir al doble de plantilla, y no se justificaría”. En cualquier caso, está “satisfecho. Fue un acierto y es algo que las policías locales deberían ofrecer, es un ejemplo de cara a esa movilidad sostenible que queremos todos”. En Barañáin cuentan con tres bicicletas, y de los 21 agentes que patrullan por las calles -sin contar al personal de oficinas-, siete se han apuntado a la bici. “Y están encantados. Para ellos es una gozada, siempre que pueden la sacan y lo disfrutan. Pero es cierto que ni mucho menos es una presencia habitual porque coinciden las fechas más lógicas del uso de la bicicleta con la menor disponibilidad de agentes. La realidad choca con la voluntad”.

También concreta la utilidad del servicio, por ejemplo en los patrullajes por el lago, “que suelen resultar casi siempre en denuncias por perros sueltos o por no recogida de excrementos, porque la gente no se espera encontrarse a los agentes ahí y cuando los ven ya los tienen encima. El éxito no es la denuncia, sino que en esas zonas donde la gente se puede sentir más impune sepan que se pueden encontrar con los agentes, porque el miedo guarda la viña”.

zizur mayor

Llegar donde no te ven

“Me encanta”

Por último, Xabier Martínez, jefe de Policía de Zizur Mayor, dice sentir “envidia” la capacidad de Pamplona, por dimensión de la plantilla, para implantar este servicio. En Zizur, la mitad de sus 20 agentes está apuntada a la bici, “pero tienen que coincidir en el turno, y con las vacaciones de por medio estamos en mínimos”, razón por la que en lo que va de año las patrullas en bici no llegan a la decena. “Pero a mí me encanta -y eso que se pegó un buen leñazo en una plaza abarrotada-. Sales con el fresquito de par de mañana, le das los buenos días a la gente... Esa sensación de normalidad te acerca a los vecinos, y llegas a sitios en los que habitualmente no te ven”, confiesa. “Y que sean voluntarios es importante, porque obviamente requiere de un esfuerzo por parte del agente”. Por ponerle un pero, explica que en la bici no caben conos, señales, etilómetros o el equipo de seguridad. Y al igual que sus compañeros, reconoce que “es muy positivo... pero mejor con una plantilla más amplia”.