tudela - Un biólogo de Ablitas ha puesto en marcha un innovador sistema robótico para reducir al mínimo la mortalidad de aves en parques eólicos, una cifra que en 2012, en el I Congreso Ibérico sobre Energía Eólica y Conservación de la Fauna, se estimó entre 6 y 12 millones de aves al año, como consecuencia de los 18.000 aerogeneradores que había entonces en España. El ablitero Roberto Antón Aguirre, junto al valenciano Ramón Dolz, ha conseguido, después de 15 años de investigaciones, pruebas y ensayos, implantarlo con éxito en Aragón y que empresas de parques eólicos de California y del Mar del Norte (Escocia) estén estudiando su implantación. A fecha de hoy se ha concretado la puesta en marcha del sistema anticolisión en la totalidad de los aerogeneradores de tres parques ubicados en Navarra y propiedad de ENHOL (Eólica Navarra).
Juntos crearon la firma 3D Observer, una empresa de biotecnología que nació “de la inquietud por la conservación de la biodiversidad”, a la que se incorporó como CEO (director ejecutivo) Vicente Campos. El sistema crea una red con varias cámaras que sirve no sólo para alertar de la presencia de aves, sino para reconocerlas, realizar el seguimiento e identificarlas según su forma de volar para después poner en marcha un sistema de alarma que les hace alejarse de las palas y del aerogenerador, evitando así la colisión y su muerte.
Como explica Roberto Antón, “es un innovador sistema de visión artificial, que trabajando en tiempo real desde el amanecer hasta el anochecer, es capaz de detectar y posicionar con gran precisión y fiabilidad, las aves que se aproximan a un aerogenerador ubicándolas en el espacio tridimensional con el fin de determinar su trayectoria de vuelo mediante inteligencia artificial. Finalmente, una vez discriminadas las trayectorias de vuelo por especie, el sistema es capaz de minimizar en más de un 95% las colisiones de aves en cualquier parque eólico”. Las cámaras realizan una serie de fotografías que van situando al ave cada centésima de segundo hasta que se completan el vuelo de uno o dos minutos y entonces “podemos ya inferir una trayectoria y modelizar un vuelo para identificar la especie. Podemos seguir, por ejemplo, a un buitre con total fiabilidad a una distancia de 1 ó 2 kilómetros”. En el momento que el sistema detecta que el ave puede colisionar, el propio sistema de manera autónoma genera una alarma y se toma la decisión de ahuyentar el ave, pero en ningún momento actuamos sobre el aerogenerador deteniéndolo (lo que originaba pérdidas a las empresas), sino sobre el elemento a disuadir, aunque sin afectarlo. La alarma es una combinación entre sonora y visual que consigue erradicar la mortalidad en más de un 95% de los casos cuando colisionaban con los aerogeneradores.
Antón Aguirre, conservacionista convencido, asegura que hasta ahora las administraciones y empresas tenían pocas opciones para minimizar la mortalidad en los parques eólicos pero que a partir de ahora la mortalidad de aves en parques eólicos se puede eliminar en mas del 95% de los casos . En este sentido, explicó que hasta el momento las empresas desconocían esta opción pero que ahora ya se pueden reducir las cifras de la muerte de la fauna, lo que para especies en peligro como el cóndor de California, águila imperial o alimoche puede ser vital para su conservación.“
el origen La idea surgió hace 15 años cuando Roberto Antón Aguirre se presentó a un concurso de innovación en Arnedillo (La Rioja). Allí ganaron el premio Europar por la instalación de cámaras telecomandadas para el estudio de aves. “En todo este tiempo la sociedad 3D Observer ha trabajado sin recibir nada de dinero publico y esto solo es posible por el empeño y por el hecho de haberme encontrado con Ramón una persona extraordinaria con lo que hemos solventado todas las dificultades, basándonos siempre en la amistad y buen humor”.
Antón, que en la actualidad tiene una consultora ambiental (Naturiker), cursó sus estudios en la escuela de Ablitas, y en horario nocturno en el instituto Benjamín de Tudela y después en la Universidad Pública del país Vasco. “Aquí en Ablitas es donde vamos a instalar un centro de control biológico, desde donde se estudiarán los parques eólicos de todo el mundo”. El departamento de biología estará comandado por Roberto Antón mientras, en Valencia, al frente de la ingeniería se encontrará Ramón Dolz. “Entre Valencia, Zaragoza y Ablitas podrían estar trabajando unas 40 personas”, concluyó Antón. “El objetivo es minimizar la muerte de aves. La implantación de este sistema (cuenta con 4 cámaras 3D para vigilar cada aerogenerador y siempre orientadas al Norte) se podría traducir en la supervivencia de miles de aves solo en España, millones en todo el mundo”.