elizondo- Dicen que de una boda sale otra boda. En el caso de la elizondarra Maite Redondo, podemos actualizar el dicho: de un escape room sale otro escape room. Y es que hace un par de años, Maite, con su cuadrilla, participó en una sala de escape por primera vez, y le encantó. Fue un amor a primera vista, un flechazo. Nada más salir de ella lo vio claro: tenía que hacer algo así en Elizondo. Contrariamente a lo que pensaba su marido Aitor, no fue un amor de verano, algo pasajero, no. La idea caló hondo, y desde aquel día Maite empezó a trabajar en el proyecto. Le costó un poco convencer a su pareja, pero como lo tenía tan claro, fueron para adelante. ¿Qué?¿Cómo?¿Dónde? Tenían muchas preguntas por responder, pero antes de nada, acudieron a Cederna-Garalur a explicar su idea y los técnicos les hicieron un proyecto de viabilidad. Tras estudiarlo y hacer sus números, decidieron apostar por ello.

EL JUEGO Maite fue profundizando en la materia, conociendo más salas de escape, tomando ideas de aquí y de allí mientras, paralelamente, buscaron en local donde implantarlo. El tema lo tuvo bastante claro desde el principio. Quería hacer algo relacionado con la mitología vasca, y aprovechando el boom de la Trilogía del Baztan, fue creando una historia y unas pruebas para su escape.

El proyecto estaba naciendo ya en su cabeza, y tras trabajar en la historia y acondicionar el local, fue perfeccionando las pruebas a realizar y midiendo bien los tiempos del juego. Hace poco más de año y medio, Baztan Escape Room abrió sus puertas al público.

Lo que más le costó ajustar fue el tiempo necesario para realizar las pruebas y lograr salir. No debía ser demasiado largo, y tampoco demasiado corto. Después de abrir el local también ha hecho ajustes, viendo cómo se desenvuelve la gente.

Desde entonces, poco a poco, se está haciendo camino. Como comenta Maite, “aquí, en Baztan y en la comarca, es la primera sala de escape que existe, y la gente no sabe bien lo que es, pero cada son más los que se acerca y aunque al principio no saben a lo que vienen, la mayoría salen encantados. También viene mucha gente de fuera, y muchos ya saben de qué va, porque han conocido antes otras salas”.

El escape room es un juego originario de Japón que los últimos años se está poniendo de moda en Europa, y sobre todo en las ciudades están proliferando las salas. Es un juego que se desarrolla dentro de un local (conociendo Baztan, y lo que llueve, es perfecto). Antes de empezar, Maite explica al grupo (de 2 a 6 personas) en qué consiste el juego, tras lo cual, se cierra la puerta y se pone en marcha el cronómetro. A partir de entonces, el trabajo en equipo es crucial. En una hora, como máximo, tienen que encontrar la salida, utilizando la lógica, la habilidad, la asociación de ideas? Basándose en la mitología vasca, el grupo debe encontrar en casa de Maritxu las pruebas que guarda que demuestran la existencia de Basajaun, que es de lo que trata el escape room de Maite. El juego es ideal para hacer grupo, trabajar en equipo, un juego divertido, a la vez que didáctico, apto para todos los públicos y que fomenta la colaboración.

Maite está contenta con el devenir de su proyecto, al fin y al cabo, antes de embarcarse en esto, tenía muchas dudas, era algo novedoso en la zona, no sabía a ciencia cierta si iba a funcionar...

Pero tras año y medio, está satisfecha, y la gente también, a juzgar por los comentarios que los usuarios han escrito en Tripadvisor o Facebook. Para muchos, es una nueva experiencia, aunque el mundo del escape tiene muchos seguidores, cada vez más, y según Maite, engancha (ella se confiesa enganchada). Para muestra, una pareja que pasó por Elizondo, que iba recorriendo la península de escape en escape, según comenta, ya habían conocido 760 salas diferentes en todo el mundo. Unos expertos en la materia.

Muchas cuadrillas, empresas, familias o parejas vienen a Elizondo a participar en Baztan Escape Room, y en Navidad, por ejemplo, Olentzero y los Reyes Magos han pasado por ahí, pues, también se pueden regalar sesiones. Cuando abrió la sala la mayoría de la gente que acudía a Baztan Escape Room era de entre 20 y 30 años, pero ahora, conforme la gente va cocociéndolo, el tramo de edad a variado mucho.

EL FUTURO Todavía es pronto, pero Maite es consciente de que llegará el momento de cambiar de historia, pues la gente, una vez conocido el juego, no suele repetir. Renovarse o morir, dicen. En ese aspecto no hay ningún problema, porque Maite ya tiene en mente la próxima historia y la próxima caracterización del local. No ha querido dar pistas. Habrá que esperar un poco hasta entonces; de momento, a disfrutar y ¡que escape quien pueda!