pamplona - En una jornada de expresión de fe y de religiosidad popular varios cientos de romeros procedentes de cinco localidades (Murillo el Fruto, Santacara, Pitillas, Beire y Tafalla) participaron en el día de ayer en la tradicional romería hasta el santuario de la Virgen de Ujué, abriendo de ese modo este año el ciclo de visitas oficiales a este lugar de peregrinación mariana y de concentración de devotos a la Patrona de la Ribera. Este tipo de romerías se irán sucediendo todos los domingos hasta mediados del mes de junio por parte de diferentes poblaciones de la Zona Media de Navarra.

De ese modo, se va renovando cada año una costumbre milenaria cuyos orígenes se remontan, al menos, hasta mediados del siglo XI y que a pesar de los cambios sociales que estamos viviendo se mantienen, en sus bases y principios, generación tras generación, por parte de devotos de la Madre de Ujué que acuden hasta los pies de su imagen entunicados, con las cabezas cubiertas con capillos y portando muchos de ellos pesadas cruces de madera. Quienes acuden caminando desde sus respectivas localidades de origen recorren un itinerario cercano a los 20 Km. La bonanza climatológica, con una mañana fresca y con un ligero viento del norte pero con la total ausencia de la lluvia, permitió que el desplazamiento se realizase de un modo más agradable. En el caso de los romeros de Tafalla, más de 400 personas tomaron la salida desde la iglesia de Santa María de Tafalla a las 5.30 de la madrugada para llegar a Ujué en un tiempo cercano a las cuatro horas. A las 9 de la mañana, los romeros de Murillo el Fruto, Santacara, Pitillas y Beire, iniciaron desde la conocida como Cruz del Saludo, distante a poco más de un kilómetro de la villa ujuetarra, la entrada en forma procesional hasta el interior de la basílica. Al llegar al interior del santuario los romeros de cada una de las localidades entonaron sus particulares cantos de salutación. Los romeros de Tafalla cerraron un año más esta procesión saliendo desde la Cruz del Saludo cuando eran las 9.40 de la mañana.

varas y misa Antes de llegar a la basílica se produjo el tradicional intercambio de las varas de mando entre los alcaldes de Ujué y Tafalla, Rubén Sánchez y Arturo Goldaracena y lo mismo hicieron con sus respectivas capas pluviales los párrocos de ambas localidades, José Luis García e Iñigo Beunza, respectivamente.

Una vez finalizada la procesión, a las 10,30 de la mañana dio comienzo en el interior del templo la Misa Mayor, oficiada por el arzobispo Francisco Pérez, acompañado en la celebración por otros cuatro sacerdotes de diferentes localidades. En el momento de la homilía, Francisco Pérez hizo alusión al Día de la Esperanza, que se celebraba en ese día y tras recordar los recientes atentados terroristas en Sri Lanka pidió a la Virgen “que nos conceda la gracia de la Paz”.

Al llegar las ofrendas, el concejal Jacinto Goñi, como representante de Tafalla, entregó el cirio “como signo de voto y tradición”; Beire presentó una cesta de espárragos como símbolo de amor y providencia; Santacara unas cadenas “como signo de penitencia y de la dureza de la vida”, Murillo el pan y Pitillas el vino “como verdadero alimento de la vida”. Finalizada la comunión se cantó con entusiasmo la popular jota dedicada a la Virgen de Ujué Es morenica y galana.

A las 12 del mediodía se ofició la Misa de los Auroros de Tafalla con sus cánticos emotivos y tradicionales. Tras las comidas y el rezo del Rosario, llegó el momento de la emotiva despedida a la Virgen cuando eran las cuatro de la tarde. Los romeros de Tafalla hicieron su entrada en la ciudad, hasta la iglesia de Santa María y de forma procesional cuando eran las nueve de la noche, protagonizando de nuevo uno de los momentos más emotivos de la jornada.