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Pueblos donde nadie quiere ser alcalde

Poblaciones atravesadas por la N-121 como las de Oláibar que miran más hacia Pamplona, pequeños núcleos del triángulo norte y zonas del Pirineo despobladas sufren la falta de candidatos a cargos locales. 10 municipios y 43 concejos tampoco celebrarán elecciones el 17 -N.

Pueblos donde nadie quiere ser alcalde

Oláibar parece tenerlo todo; tranquilidad, desconexión de la ciudad y rodeado de la naturaleza a tan solo 11 kilómetros de la capital navarra. Sin embargo, puede extrañar que apenas nadie en los pueblos que lo componen (Olave con 118 habitantes, Olaiz con 35 , Endériz con 113, Osacain, 58, y Zandio con 19) quiera ser alcalde. Aunque aún falten dos semanas, Endériz y Olaiz, no han presentado listas por lo que, en este segundo caso, crearán una comisión gestora que dirija el pueblo aunque con limitaciones. En Olaibar la vara de mando se mantiene gracias a la tenacidad de su alcaldesa, la independiente María Carmen Lizoáin.

¿Por qué nadie quiere presentarse? ¿Qué es lo que sucede? Se trata de pueblos que cada vez cuentan con menor población, en los que los habitantes han emigrado a la ciudad o trabajan en ella, y han perdido el sentido de permanencia y arraigo porque se han convertido de alguna manera en pueblos dormitorio. La alcaldesa del municipio desde hace 20 años, María Carmen Lizoáin Osinaga explica que la situación de antaño (oportunidades de trabajo) ha cambiado mucho: "Nadie puede labrarse un futuro aquí". Al hecho de ir perdiendo población se le une la falta de interés por parte de los vecinos, sobre todo, la escasa involucración de la gente joven, que no tiene el compromiso con el pueblo: "Nos hemos vuelto más comodones, casi nadie va a las reuniones", refuerza Ainhoa Trebol, vocal de Endériz.

Implicaciones del consejo Al final, quién realiza esas labores son vecinos que de manera voluntaria quieren sacar el mayor partido a su pueblo, pero que terminan recibiendo las críticas del resto de vecinos, descontentos. La concejala del Ayuntamiento de Oláibar, Yolanda Escudero natural de Tudela cuando llegó a Olaibar sintió que era el sitio donde le gustaría pertenecer. "Conocí a gente genial y decidí meterme en estas historias", explica. Sin embargo, el puesto requiere tomar decisiones y, reconoce, que "no siempre son a gusto de todos y llevarte mal con vecinos por algo que no merece la pena, tira para atrás a la hora de involucrarte en esas cosas porque desgasta". Una decisión sencilla como puede resultar la elección del quitanieves que comunicará al municipio con la urbe durante las nevadas, puede acarrear una odisea de discusiones los meses anteriores. Las críticas unidas a la falta de vocación y compromiso entre los vecinos dificulta las tareas y la toma de decisiones. "También llevamos muchos años intentando estar un representante de cada pueblo en el Ayuntamiento para conseguir una comunicación más directa", explica la alcaldesa de Oláibar.

Las competencias La única competencia del concejo es "gestionar el comunal", destacó Javier Ozcoidi, concejal del Ayuntamiento. Sergio Cobos, vocal de Osacáin, añade que "ya no hay gente del pueblo que se dedique a explotar el comunal. La gente que viene de fuera pierde interés en él y solo se preocupa del monte cuando llueve y se inunda la casa". Por otro lado, las fiestas aunque son competencia del consejo, en todos los pueblos existe una comisión que se encarga de organizarlas. Aunque Cobos reconoce que "la comisión y el consejo prácticamente son lo mismo" debido a "la falta de involucración de la gente joven".

Dificultades Estos pueblos sufren dificultades económicas además de políticas. "No podemos generar unos gastos fijos en servicios, porque no los podemos mantener", explica Lizoáin. La falta de recursos económicos, la escasa involucración popular y las condiciones que impone la Administración limitan los servicios que desde el concejo y el Ayuntamiento pueden desarrollar para mejorar el pueblo. El tráfico configura el problema principal del pueblo. La NA-121 que atraviesa el municipio impide totalmente el crecimiento de los pueblos: "La NA-121 condiciona el plan urbanístico en su totalidad", relata la alcaldesa.

Además, la NA-121 será una carretera de tres carriles a pesar de que no cuenta con el aislamiento acústico necesario para evitar interferir en la vida de los vecinos. La seguridad de la travesía también está en el punto de mira: "no han hecho nada para mejorar los puntos de entrada y de salida de los pueblos" . Otro de los grandes problemas son las telecomunicaciones: "Los gobiernos tiran la línea por la carretera pero las operadoras no instalan la línea óptica en los pueblos porque no consideran importante un pueblo con 15 habitantes", explicó Escudero. Ante estas dificultades, al no tener acceso a Internet los trabajadores autónomos no pueden trabajar. Ni el concejo ni el Ayuntamiento cuentan con el respaldo de los vecinos que critican la labor del concejo "hay que hacerles ver que sean más realistas", matizó la alcaldesa del Ayuntamiento.

Al final, "todos los que hemos elegido formar parte de esto es porque nos gusta vivir en este pueblo", apuntó Lizoáin, que reside y trabaja en Olabe. En estos pueblos mucho de lo que se consigue depende de los voluntarios.

Por ejemplo, mediante acciones que favorecen el inter-pueblos mediante actividades como el pintxo-pote en cada uno de los pueblos para que todos los vecinos del municipio se conozcan. Ozcoidi cree la solución es que los concejos vayan desapareciendo. "Para nosotros es la segunda legislatura y decidimos que era tiempo de renovación. Tras anunciar que no continuábamos nos llevamos la sorpresa de que nadie quería continuar con la gestión y coger el relevo", destaca el presidente de Enderiz, Ángel Melero Pérez. "Hacemos cosas para el pueblo cuando podemos, ponemos el tiempo libre al servicio de la comunidad, y sin embargo hay defensores y detractores como en todos los sitios", añade. El pueblo ha crecido pero la gestión pública sigue sin llamar la atención ya que, según Melero, "a la larga suscitan disputas entre todos". Los cinco miembros del concejo son los encargados de hacer "los recados" del día a día pero "el cansancio personal llega". "Los concejos tienen pocas competencias además". Añade que hay muchos pueblos situados en la N-121 no solo Olaibar que se han convertido en pueblos dormitorio; la gente trabaja en Pamplona pero "va y viene, y se ha perdido la vocación política, el sentimiento de pertenencia, de identidad...". La carretera sigue siendo además un problema importante.