gual que en la guerra, la gente del medio más rural soporta mejor las crisis, el confinamiento”, manifiesta Benedicto (Bene) Aguirre Echeverria, médico de Urdax y Zugarramurdi, en Xareta, donde lleva 35 de los 39 años desde que en 1981 consiguió su doctorado por la Universidad de Navarra. En los dos municipios que atiende, junto a la frontera con Francia donde han establecido rigurosos controles, “por fortuna no se ha registrado ningún fallecimiento provocado por el coronavirus”.

Bene Aguirre añade que “el confinamiento en los pueblos se sufre menos, y aún menos en los caseríos, en eso tenemos alguna ventaja; aquí la población pasa los días casi con normalidad, ocupados en su rutina diaria, cuidando del ganado y de los campos, más aislados pero a cambio con más posibilidades de expansión y se tolera mejor que en los núcleos urbanos”. Por otra parte, conviene en que “en los pueblos las afecciones se perciben más porque la gente se conoce y se trata de forma habitual y no es anónima como en las ciudades”.

En su ámbito de responsabilidad, el doctor Aguirre afirma que se sienten “tranquilos pero vigilantes, atentos en todo momento”. De hecho, “nosotros estamos desinfectando continuamente nuestro consultorio, es lo primero que hacemos al entrar cada mañana y lo hacemos a conciencia y de forma continua cada vez que pasamos una consulta”, explica.

El COVID-19 provoca una enfermedad respiratoria, con sus síntomas de tos seca, fiebre y cansancio, “en definitiva es similar a una gripe aunque más fuerte, porque este virus tiene un caparazón más duro pero en circunstancias normales ocho de cada diez casos se curan solos, con seguimiento en casa y sin necesidad hospitalaria, a salvo de que existan patologías o insuficiencias anteriores”. Bene Aguirre considera la conveniencia de los análisis o test pero señala que “cuando una persona se infecta con el virus, los síntomas tardan en aparecer por término medio unos 5 o 6 días, pero puede hacerlo hasta los 14 días” por lo que no resultan tan decisivos. “Haces una prueba y da negativo, pero lo mismo puede ocurrir que la enfermedad se manifieste unos días después”, comenta.

El doctor Aguirre, que tuvo que esforzarse en tranquilizar a sus pacientes en pasadas ocasiones , cuando se dieron la gripe aviar o la porcina (gripe A), observa que en la situación actual se advierte que “la gente está recelosa, preocupada, con temor, lo que supone una fuerte carga psicológica por el bombardeo de las noticias y los bulos que circulan”.

“Hay una clara sensación de alarma pero no hay que olvidar, que por la oleada anual de gripe hace dos años fallecieron 17.000 personas y el año pasado murieron 7.000, pero claro eso ocurrió a lo largo de seis meses y no en dos como en este caso por la extrema virulencia de la enfermedad, por eso resulta tan agobiante”, recuerda.

Aguirre es un defensor absoluto de la Atención Primaria, en su opinión “fundamental al ser la más cercana y la que atiende a mucha gente, aunque disponemos de unos medios relativos y entiendo que debería ser más resolutiva”. “Lo más importante es la prevención y funcionamos como un filtro, antes de derivar a pacientes y provocar aglomeraciones cuando en realidad no precisan hospitalización”, sostiene.

“Aquí, nosotros insistimos en que se adopten las máximas medidas de higiene y asumimos el confinamiento como medida preventiva, si bien lo que decididamente a mí no me agradan nada son los politiqueos y algunos tics autoritarios que se advierten”, manifiesta. Y en su opinión, a partir de ahora “es posible que artículos como las mascarillas pasen a formar parte de los botiquines familiares”.

Los municipios de Urdax y Zugarramurdi, que forman parte de la Zona Básica de Elizondo, tienen 349 y 210 habitantes respectivamente y una privilegiada ausencia de desempleo, la segunda con importante potencial turístico gracias a sus cuevas, su historia y leyendas de brujería y las mayores cifras de visitantes de la comarca, y la primera con el complejo comercial fronterizo de Dantzarinea que atrae cada año a millares de visitantes. Aunque ahora mismo, todo esté paralizado por la brutal pandemia.

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Médico rural