No aparecía en el programa oficial, pero estaba más que afianzado en el calendario festivo. Con la vieja normalidad la pasada madrugada se hubieran cumplido 40 años de Pobre de Mí alternativo. Una despedida que surgió de pura casualidad. El 14 de julio de 1980 la cuadrilla de El Chanclazo se dirigía al Pobre de Mí de verdad. Pero había tanta gente que se quedaron en la plaza del Consejo, a medio camino. Desde entonces Francisco Javier Gutiérrez, El Guti, acompañado por los instrumentos de otra cuadrilla, la de El Pocico, ejerció de maestro de ceremonias subido en la fuente. Con chaqueta, gorro, pajarita y batuta. Hasta que la Cofradía de San Saturnino recogió el testigo.

"Eran gentes variopintas de diferentes cuadrillas. En 2015 El Guti se puso a cantar con nosotros y nos dijo que había pensado en la Cofradía para continuar con el Pobre de Mí alternativo. Fue un orgullo", recuerda Pablo de la Fuente sobre el agitador de esta tradición, fallecido en 2016. "Es muy emotivo. Nosotros acompañamos las canciones, pero se trata de que la gente cante temas de Navarra, alguno tradicional... eso es lo más bonito", añade. Con ese fin reparten 1.000 hojas con las letras, y a él le toca subirse a la fuente para dirigir el cotarro. Como El Guti, con chaqueta, gorro, pajarita y batuta. "Realmente no hago nada. No me oye nadie, ni grito ni canto". Aún así le siguen. "Todavía me sorprende que la gente me haga caso", se ríe.

"Teníamos relación con uno de los hijos de El Guti, y de ahí surgió la complicidad", explica Rafa Iribarren. "El acto lo creó su cuadrilla. Nosotros lo hemos heredado y teníamos que seguir con lo que instituyó", opina Iñaki Lacunza sobre un Pobre de Mí que, para no solaparse con el oficial, comienza un pelín más tarde de las doce y se prolonga unos 20 minutos. Como los músicos del Titanic, en la fiesta son los últimos en abandonar el barco. Con un repertorio "clavado" al de siempre. La jota de Madurga, la Aurora de San Fermín, No te vayas de Navarra, Pamplona es la perla del norte, a veces Palomica palomica, Pobre de Mí y Adiós con el corazón para cerrar la función.

esencia sanferminera La Cofradía de San Saturnino se fundó en 2010, debe su nombre al patrón de la ciudad celebra en noviembre su acto central llenando de música el burgo de San Cernin. Cuál si no. Pero despliega todo su arsenal festivo con el copatrón de Navarra: "Nuestra esencia es puramente sanferminera", reconoce Rafa. Participan en la Procesión con un tema de Iñaki Lacunza, Momento a San Fermín, que cantan desde el altar mayor de San Lorenzo. Y también han convertido en tradición la canción de El negro José que bailan en la Procesión los gigantes Braulia y Toko toko e inspiró el cartel de fiestas de 2018. Por lo demás, acuden "donde nos llamen", sobre todo amenizando almuerzos aquí y allá. No paran.

Precisamente por eso, han vivido estos días con "una nostalgia terrible", comenta Iñaki. El 24 de junio, "con la mayor de las tristezas", la cofradía anunció que no organizaría ningún acto en los no Sanfermines. "Pensamos que no era oportuno. Porque hablamos de hacer dos o tres cosas, pero luego recapacitamos y vimos que no era recomendable", dice Rafa. "Fundamentalmente porque nos conocemos...", cuenta Iñaki. "Y si te tomas tres cervezas te da igual la distancia de seguridad. Además, eres foco mediático mundial, y no puede haber un repunte por una gracia de estas", completa Rafa. Pablo pensaba que en Pamplona seríamos noticia "por lo malo, y ha sido al contrario. Me tengo que descubrir". Y opina que "2021 tiene que ser un año normal. No vamos a celebrar Sanfermines por dos, nos conformamos con celebrar Sanfermines por uno", dice. "Como han sido toda la vida", finaliza Iñaki.