a situación generada por el covid-19 no ha impedido que este verano los arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi continúen investigando en el yacimiento de Zaldua, un importante asentamiento de época romana de unas 4,5 hectáreas emplazado entre Auritz-Burguete y Aurizberri-Espinal.

A pesar de que este año no cuentan con la ayuda del equipo de arqueólogos del MOLA de Londres debido a la situación sanitaria, un total de 16 voluntarios de Aranzadi venidos de Navarra, Euskadi, Sevilla y Madrid, están colaborando en esta novena campaña que comenzó el 13 de julio y finalizará el 28 de julio. El propósito de esta excavación es intentar esclarecer nuevas pistas en torno a un edificio público de 800 metros cuadrados, del cual se sabe que fue usado entre los siglos I dC y IV dC y que albergó, al menos en el siglo IV, unas termas o baños públicos. “Sabemos que son unas termas pero todavía no hemos encontrado la entrada ni sabemos a ciencia cierta la distribución, Nuestro objetivo es ir completando el puzzle para poder entender cómo quedó todo organizado”, subraya Oihane Mendizabal, que junto a Ekhine García, Juantxo Agirre y Julian Hill forman el equipo directivo.

Así, con el apoyo del Gobierno de Navarra, Ayuntamiento de Auritz-Burguete, varios concejos del Pirineo y la Fundación Eusko Kultur, este año los arqueólogos se han centrado en excavar 80 metros cuadrados del complejo termal hacia el lado oeste. Hasta ahora, han hallado diversas paredes y muros y han identificado una estancia de 5,3 metros x 8,60 metros, que se ajusta a las mismas dimensiones que otras habitaciones excavadas en 2019 y en 2017. “Algunas salas serían calientes, otras templadas, otras serían el vestuario, incluso en el exterior podría haber un espacio para hacer deporte. Podría ser más o menos como un polideportivo de hoy en día”, confiesa.

Sin embargo, la novedad de este año es el hallazgo de abundantes restos de metal y escoria en un horno circular, lo cual indica que, en una fase tardía, el edificio de las termas se destinó a actividades relacionadas con la industria metalúrgica. “Una vez que se abandonaron las termas, pusieron un horno de reducción de mineral, en el cual fundían el mineral de unas minas situadas no muy lejos de aquí. Después, colaban ese mineral más puro y transportaban sólo lo que les interesaba, quedando así las escorias que hemos encontrado, es decir, las sobras de ese horno”, añade la arqueóloga.

Además de materiales metálicos encontrados en este horno y el hallazgo de una moneda del siglo IV que evidencia una vez más el uso tardío de este horno, en el resto de la excavación se han encontrado abundantes restos de cerámica, vidrios o restos de construcción como ladrillos, baldosas o tégulas (tejas).

Aparte de la repercusión de este proyecto en cuanto a investigación científica y formación de voluntarios arqueólogos, Aranzadi siempre se ha mostrado muy sensibilizado con la divulgación al público en general. De ahí que para este mismo sábado por la tarde hayan organizado unas visitas guiadas en castellano y en euskara con aforo limitado. Asimismo, desde diciembre han puesto a disposición la página web www.es.zaldua.pyrena.eus con toda la información completa del yacimiento, incluyendo planos en 3D y fotografías del material encontrado.

Pero, sin duda, uno de los progresos más importantes ha sido la intervención del Departamento de Patrimonio Histórico del Gobierno de Navarra en dos estancias contiguas a la calzada romana del Pirineo, con el fin de poder proteger los restos para poder ser visitables, junto a unos paneles informativos, durante todos los meses del año. “El objetivo a largo plazo es poder compartir las conclusiones e investigaciones que vamos haciendo tanto con la gente de la zona como con los visitantes”, reconoce Mendizabal.

Sábado 25 julio. Habrá visitas guiadas a las 17 (euskara) y a las 18 horas. Aforo limitado. Se visitará la excavación y se enseñarán los materiales hallados. Para sacar el ticket, consultar la página ‘bibe.me’.