ras la crisis por la covid-19 son muchos los negocios que han tenido que reinventarse y buscar formas de poder funcionar en esta "nueva normalidad". Geles desinfectantes y mascarillas han pasado a estar a la orden del día y a ser necesarios cada vez que se sale de casa. En esta situación y fechas, y con el sentimiento tudelano a flor de piel, comercios como Mare Complementos, tienda dedicada a los complementos, han decidido crear mascarillas para lucir durante esta semana de no fiestas. "Con todo el tema de la covid-19 decidimos hablar con nuestros proveedores porque lo que muchos han hecho ha sido reciclarse. Uno de ellos, de Arnedo, paró la producción de calzado y comenzó a hacer batas sanitarias y mascarillas. Nos pusimos en contacto con ellos y empezamos a trabajar en este tema. Nosotros entendemos que aunque no haya fiestas el sentimiento festivo lo tienes que tener", explica Dolores Remacha, dueña del establecimiento. Sus mascarillas cuentan con filtro incluido, dos gomas en el cuello y son de fabricación española y diseño propio. Además cuentan con diferentes tallas, para niño, mujer y caballero y numerosos modelos. Su precio es de 11 euros, aportando 1 euro por mascarilla al hospital tudelano, "hablamos con el Hospital Reina Sofía y se acordó que con todas nuestras mascarillas que fueran blancas y rojas donaríamos 1 euro a la tercera planta, la de medicina interna", aclara. Además de las mascarillas para las fiestas, el negocio se ha animado a personalizar a todo tipo de empresas, "hemos producido 500 unidades para el Aspil. El propio equipo nos las ha encargado. Si van a ir al campo de fútbol a defender al equipo tudelano tienen que ir protegidos".

En el caso de Eva Antón y Maite Blanco Royo su ayuda comenzó durante la cuarentena. Junto con dos personas más, Mar y Elena, montaron el grupo de 115 voluntarias Proyecto solidario Tudela que se encargó de ayudar cosiendo 7.000 batas para residencias y hospitales. Pero no se conformaron con eso y decidieron dar un paso más diseñando mascarillas ergonómicas, "todas nuestras mascarillas llevan siempre un botón para poder llevar las gomas por debajo de las orejas y que así no moleste", explica Maite Blanco, dueña de El duende del hilo. Sus mascarillas cuentan con este modelo, 3 capas de polipropileno, 5 tallas diferentes y nueve diseños diferentes entre los que se incluye uno especial para los más pequeños. Y aunque admiten que tuvieron que adaptarse a la situación, "ha sido otra actividad totalmente diferente a la nuestra, nosotras nos dedicamos a dar clases de costura y a la joyería y hemos tenido que adaptarnos un poco al medio, a la situación" reconocen que la acogida a su producto ha sido muy buena, "hay gente que quería tener un recuerdo de este atípico año y sus fiestas. Personas mayores que se las están regalando a sus hijos para que dentro de un tiempo tengan un recuerdo de lo que pasó y supuso este año", explica Eva Antón, dueña de la joyería Eva Antón.

Carolina Laínez, joven tudelana de 17 años, sustituyó hace tiempo sus clases de pintura por el atletismo, durante la cuarentena, a falta de una, recurrió a la otra. "En el confinamiento no tenía muchas cosas que hacer. Un día me dijo mi madre: '¿Y si me pintas una Santa Ana?'. Le gustó tanto que me preguntó si podía pintarle un par de mascarillas para poner en el escaparate", explica la joven admitiendo que o estaban perfectas, o no salían a la venta ya que le gusta que estén todos los detalles perfectos. "Un día el alcalde de Tudela pasó por la tienda y las vio. Le gustaron tanto que se la compraron él y toda la comitiva del Ayuntamiento", aclara. En total ha pintado una a una y a mano alzada más de 30 mascarillas, cuya acogida por parte de los tudelanos ha sido espectacular. "No solo he pintado a Santa Ana. También escudos de tudela e incluso me han pedido escudos de equipos de fútbol como el Barca o el Real Madrid". Las pintadas a mano tuvieron tanto éxito que tras la cuarentena su diseño se pasó al bordado (y al pañuelico), y se venden en la tienda Novedades Álava por un precio de 15 euros.