- Los hosteleros de Pamplona bajaron ayer las persianas de sus establecimientos durante 10 minutos para "reivindicar nuestros derechos" y para pedir el cese de la "criminalización" que, según ellos, está sufriendo el sector. La secretaria de Anapeh, Beatriz Huarte, aseguró que la movilización había sido un "parón testimonial" para apoyar la concentración que a la misma hora se producía en Madrid, pero avanzó a este periódico que "no descartamos movilizaciones de mayor impacto en Navarra".

Juan Carlos Oroz, dueño del Chez Belagua, aseguró que "no somos los culpables ni de lo que está sucediendo con los rebrotes ni de la situación que ahora mismo estamos viviendo con la covid-19". Juan Carlos defendió esa idea argumentando que "a pesar de las nuevas medidas que nos imponen, cada vez más restrictivas, el número de contagios y de rebrotes siguen en aumento".

La misma opinión expresaron el resto de hosteleros de la calle Estafeta: "Se nos está achacando mucha responsabilidad sobre lo que está ocurriendo", afirmó Alicia Colomo, trabajadora del Txirrintxa. "Que no nos echen tanto la culpa. Nos están persiguiendo mucho. Por ejemplo, el fin de semana pasado, los municipales pasaron otra vez a ver si estábamos cumpliendo la normativa", relató Ascensión Pastor, encargada del Chez Evaristo. Javier Vinacua, dueño del Fitero, expresó que "vigilar más el botellón y no a nuestro sector".

Según los hosteleros, las nuevas limitaciones les "coarta" y están teniendo consecuencias directas e indirectas. Entre las directas, Oroz señaló las restricciones de horarios y el cierre de algunos locales "simplemente por el tipo de licencia que tienen", en una clara referencia a los bares de copas y discotecas. "En otras comunidades autónomas al sector de noche se les ha dejado reinvertarse, trabajar en otras horas, con unas condiciones y unas medidas, aquí no ha sido posible", indicó.

Los hosteleros dijeron que la principal consecuencia indirecta de las restricciones es "la sensación de alarma, miedo y peligro que se traslada a la ciudadanía respecto a nuestros establecimientos". La secretaria de Anapeh comentó que "con estas medidas dan el mensaje de que no es seguro ir a un bar y nos va a costar mucho dar la vuelta a la situación".

En los últimos días, la curva de contagios se ha disparado en Navarra. Debido a las altas cifras, el Gobierno de Navarra anunciará nuevas restricciones al final de esta semana. Es posible que dichos límites afecten al número de personas que puedan reunirse y a limitaciones de aforo en determinados espacios. En el caso de los establecimientos de hostelería, el departamento de Salud baraja establecer grupos máximos de seis personas.

"Si nos ponen más restricciones, al final, nos van a obligar a cerrar a muchos. Nos van a hacer puré", confesó Alicia. "Estamos muy cerca de volver a la reducción de aforos, a la prohibición de servir en barra, volver a atender solo en mesa... porque la experiencia nos dice que todas las normas que se sacan afectan a la hostelería. Si imponen nuevas limitaciones sería una vuelta de tuerca más muy, muy difícil de soportar", aseveró Juan Carlos. La secretaria de Anapeh tenía claro que las nuevas limitaciones les iban a "afectar", pero quiso aclarar que "las reuniones sociales y familiares no se están dando en la hostelería".

En las próximas semanas las distintas asociaciones de hostelería de Navarra se reunirán con el consejero de Desarrollo Económico y Empresarial, Manu Ayerdi, y con la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite. "Si siguen las restricciones les pediremos que tienen que articular ya unas compensaciones económicas para el sector".

En esa reunión, las asociaciones pedirán conocer en qué condiciones se van a prorrogar los ERTEs, un nuevo marco normativo que permita negociar los contratos de arrendamiento y ayudas directas que "vayan en la línea de soportar el gasto", anunció Anapeh. "Si no existen esas ayudas, la ruina es inminente en algunos locales", afirmó Juan Carlos.