Raúl Jesús Pilar Garcés, biólogo y técnico de Educación Ambiental, desde sus inicios ha querido dedicarse a la educación ambiental. Por eso fundó con Pedro Azpiroz Gure Sustraiak en 2002. La evolución de esta cooperativa de iniciativa social situada en el Valle de Ollo ha sido enorme; de la educación ambiental a la sostenibilidad y de ahí a la innovación social y la ecología. Su último paso ha sido transformar los comedores, en los que dan 20.000 menús al año, implantando menús saludables y ecológicos de la mano de CPAEN/NNPEK.

“A día de hoy trabajamos con 22 personas con discapacidad en dos pisos y el centro ocupacional. Al menos una de las comidas del día la hacen aquí. A eso hay que sumar otras 22 personas que trabajan y comen aquí a diario, y además tenemos a los escolares. Veíamos que era el momento de transformar las cocinas para ir hacia una alimentación sostenible; teniendo en cuenta nuestros objetivos y nuestra trayectoria tiene todo el sentido”, explica. La transformación supone “un cambio que ya venimos trabajando desde hace tiempo y que ahora se va a concretar en estos nuevos menús. Antes era más para consumo de las personas socias trabajadoras, pero sin tenerlo marcado. Empezamos a trabajar y queríamos ponerlo todo en ecológico, ahí empezamos con CPAEN hace año y medio. Siguiendo esa lógica tocaba cambiar la alimentación y estamos en pleno proceso, haciendo una formación junto a las ikastolas”, dice.

Los menús saludables se dirigirán a las personas que viven en los pisos de Gure Sustraiak, el centro ocupacional y las personas trabajadoras. “Desde hace año y medio trabajamos también con las personas mayores del valle a través del Ayuntamiento. Llevamos menús a las casas, que también se verán beneficiados de la transformación”.

la transformación Cuenta Raúl que en el proceso “partíamos de algo que luego no es real, ese miedo a que lo ecológico fuera más caro. Teníamos un problema sobre todo por el tema escolar, porque todo el mundo tiene que poder acceder a nuestros servicios y por lo tanto los precios tienen que ser adecuados a esa realidad. Creíamos que no podíamos hacer una transformación por esa barrera. Pero al meter la parte productiva e implementar a través de Ekoalde las compras lo podemos hacer y además a precios razonables y justos para la producción”.

Para el biólogo, la apuesta por los alimentos ecológicos, locales, de temporada, frescos y abastecidos por la producción primaria era inevitable: “Desarrollamos todo nuestro proyecto en el ámbito rural porque entendemos que es donde tenemos que trabajar para aportar riqueza y empleo, apostamos por la producción de alimentos ecológicos y por su introducción en los menús. Supone una apuesta por lo local que tiene que ver con la sostenibilidad y con nuestros objetivos como empresa. Es algo inherente a Gure Sustraiak, un aspecto clave”, reconoce. Y ve el futuro “dando un paso más adelante. En tiempos normales damos 40.000 menús al año y de ellos vamos a implantar en esta primera fase los menús saludables a las personas que trabajan aquí y las que están en el centro ocupacional y los pisos. Cuando hagamos esa implantación lo trasladaremos al menú escolar, porque le damos un valor añadido y más sentido a nuestro servicio”.

“Partíamos de algo que no es real, el miedo a que lo ecológico fuera más caro”

Gure Sustraiak