in temor a equivocarse se podría decir que la Biblioteca de Ablitas es una de las que más actividades realiza en torno al fomento de la lectura, por lo que ya en 2017 recibió una mención especial en la categoría de localidades de hasta 5.000 habitantes en la 18 Campaña de Animación a la Lectura María Moliner. El galardón llegó en torno al proyecto de animación a la lectura Trazando senderos, que conectaba bibliotecas de Navarra.

Ahora, en una situación mucho más complicada su promoción y difusión de la lectura ha seguido animando a la localidad de Ablitas a sumergirse en las páginas de un libro, sea en papel o en digital. De hecho, la promoción de este tipo de libros, así como de películas o de revistas que se podían usar de la biblioteca a través de la red, ha disparado las cifras en Ablitas hasta alcanzar un incremento del 1.000 % en el préstamo de libros electrónicos con respecto al año pasado. “En lo primeros momentos fue más un trabajo interno o de difusión el que hacíamos, al estar cerradas. La gente no podía ir a ningún sitio y no podía usar los libros, así que se disparó el uso de este servicio”, comentó la bibliotecaria de Ablitas Estíbaliz Sáenz de Urturi.

Junto a esta iniciativa, también se puso en marcha antes del confinamiento Érase una vez 8 bibliotecas, un proyecto colectivo en el que “durante un mes, la biblioteca expone la historia que elegía y realiza actividades para el público infantil, como cuentacuentos, talleres u otras relacionadas. Pasado el mes las iniciativas pasaban a otra biblioteca donde se realizará la exposición, cuentacuentos, taller, etc., y así 8 cuentos rotan constantemente por la geografía navarra”. Lógicamente se tuvo que detener con el confinamiento.

También se puso en marcha un vídeo que realizaron entre las diferentes bibliotecas de la Ribera en el que aparecía cada una de las bibliotecarias para promover la lectura y que se difundió por las redes sociales.

También en Ablitas, este servicio ha colaborado con un club de lectura que lleva 15 años de existencia. Las reuniones se realizan una vez al año en la denominada placeta del Olmo, donde leen poesía y en el que han llegado a juntarse 150 personas. Así lo hicieron pero grabando y difundiendo las intervenciones

Por último, pusieron en marcha Lecturas de andar por casa, en la que se gravaban leyendo poemas, relatos breves o el fragmento de un libro y recomendaban clásicos que están en las redes y que podían ser descargados. “Cuando la gente aún no podía entrar en las bibliotecas y debían pedir cita comenzamos también a realizar recomendaciones ya que no podían elegir entre lo que había, lanzábamos recomendaciones por las redes y así directamente en la cita previa venían ya a recogerlas”, explicó Sáenz de Urturi.

“La gente no podía salir y solo podía usar los libros, se disparó este servicio”

Bibliotecaria de Ablitas