El Ayuntamiento de Pamplona ya tiene en su poder el informe donde se detallan las responsabilidades directas de los autores del diseño y construcción de la pasarela del Labrit, que permanece cerrada desde 2016 por el desprendimiento de varias placas, un percance que puso al descubierto las graves deficiencias que presenta la estructura construida en 2010.

El informe determina que el total de la reclamación a la que deben hacer frente los responsables del proyecto asciende a 675.500 euros y confirma como principales culpables de los “vicios ocultos” hallados en la pasarela al equipo formado por Boreas Nuevas Tecnologías SL y los arquitectos Óscar Pérez Silanes, Carlos Pereda Iglesias e Ignacio Olite Lumbreras.

Todos ellos participaron conjuntamente en su doble condición de redactores del proyecto y directores facultativos de la obra. Por detrás de la ingeniería y de los arquitectos, las responsabilidades señalan a los constructores de la pasarela, la UTE formada por las empresas Arian y Teusa.

El informe fue elaborado por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Navarra a instancias del propio Ayuntamiento y ha sido incorporado al expediente de depuración abierto para reclamar la indemnización.

Daños y gastos de arreglo

En él se establece la cuantificación de los daños encontrados en la estructura, el reparto de los mismos y de todos los gastos generados a las arcas municipales, así como una valoración del coste que supondrá la reparación de la pasarela, que se ha presupuestado en 459.000 euros. La ingeniería Boreas Nuevas Tecnologías SL es la que se lleva la peor parte. Según la valoración que ha realizado el Colegio de Ingenieros, se la considera responsable del 52,36% del total de los gastos, 353.000 euros.

En concreto, Boreas aparece detrás de los problemas detectados en la cimentación, que no son capaces de garantizar la rigidez y capacidad resistente para soportar las cargas de diseño de la pasarela; y por los fallos de cálculo, que aseguraban que no era posible que se moviera la estructura cuando los nuevos estudios han indicado sí es posible que suceda.

A los tres arquitectos mencionados se les considera responsables a partes iguales de los daños que ha sufrido la estructura y su posterior protección debido a las deficiencias de drenaje derivadas del cambio en obra de las chapas inferiores que no permitían la evacuación de las aguas. El equipo de arquitectos tendrá que hacer frente al coste de sustitución del pavimento existente por otro impermeable y la habilitación de un sistema de drenaje. También deberán asumir, junto a la constructora, todos los gastos derivados por los refuerzos contemplados en proyecto que no fueron colocados en obra y de la reparación de las soldaduras incorrectamente ejecutadas en obra.

En el informe, como se observa en el gráfico que ilustra esta información, se añaden otros cuantificables como resultado de la inversión realizada por el Ayuntamiento en las medidas de seguridad que debieron adoptarse cuando apareció el deterioro, de los informes técnicos diversos que se han ido encargando desde 2016 y de los trabajos que se realizaron para la retirada de las bandejas inferiores, cuyo desprendimiento parcial obligó al cierre de la pasarela.

El inicial reparto de responsabilidades determinado por el Colegio fue asumido por tres de los redactores del proyecto (Boreas Nuevas Tecnologías SL, Óscar Pérez Silanes y Carlos Pereda Iglesias), representados por la firma aseguradora Mapfre. En sus conclusiones, el informe del Colegio confirma que el grado de deterioro de la pasarela es muy importante, con una corrosión generalizada en toda la estructura y hay muchas soldaduras mal ejecutadas.

Aunque los daños son importantes y los problemas estructurales, de ejecución y conservación son evidentes, “pensamos que la pasarela se puede reparar y abrir al tráfico, lógicamente después de realizar las reparaciones y las pruebas de carga estáticas y dinámicas exigidas por la normativa”.