Jozejota Girón y Elisabeta Palushaj cogieron la gestión del albergue de Villava en 2016, hace 5 años. Sin embargo, el establecimiento había comenzado su andadura en 2010 en la trasera de la calle Atarrabia, cuando se aprovechó una antigua fábrica de plásticos para poner en marcha el albergue. Tras un año y medio casi sin actividad por la pandemia, solo abierto para transeúntes, ahora señalan que se está empezando a notar “un poco más de movimiento” de peregrinos. Atarrabia, el refugio tranquilo.

Sobre los motivos que mueven a la gente a hacer el Camino de Santiago, afirman que “no hay un perfil concreto de persona”. “Hay de todo. Grupos de amigos, parejas y personas que van solas”, apunta Jozejota. Además, destacan las personas que empiezan a hacer solas la peregrinación y forman una amistad durante avanzan hacia Santiago de Compostela.

Los cuestiones religiosas, que antes predominaban a la hora de comenzar la peregrinación, ahora no son tan comunes. El gerente del albergue cuenta que se ha generalizado en los últimos años las personas que deciden hacer solamente una parte del Camino y reanudarlo al año siguiente. Es importante destacar que este albergue no lo es únicamente para peregrinos que estén haciendo el Camino de Santiago, sino que también reciben tanto a turistas, que pueden realizar su reserva con antelación como a personas que no tienen techo.

La vuelta a la normalidad

Ahora, poco a poco, van retomando parte de la actividad que tenían hace dos años. Actualmente, con las restricciones por la pandemia, tienen 27 plazas como máximo, el 50% de su capacidad. Cumpliendo con todas las medidas de seguridad, ya han empezado a llegar los primeros peregrinos internacionales, sobre todo franceses e irlandeses.

Especial reseña merecen los que provienen de Corea del Sur. “En Corea, poner en el curriculum que has hecho el Camino de Santiago da muchísimo prestigio”, asegura JozeJota.

Respecto a las diferencias con otros albergues de alrededores, cuentan que al ser un albergue de primera, da servicios que otros no pueden ofrecer. “Está totalmente adaptado para las personas con discapacidad, con ducha, baño y ascensor”, explica Jozejota.

Asimismo, Elisabeta dice que es un establecimiento en el que “se hace la cama a los peregrinos”, mientras que en otros albergues, los peregrinos tienen que dormir en el saco. Es algo que muchos agradecen, puesto que al llegar tan cansados, es más agradable.

También se ofrece a los peregrinos un precio reducido para entrar a las instalaciones de las piscinas, que están a dos minutos escasos. No es casualidad que el albergue esté equipado, puesto que trabaja con Telizsa, una empresa que emplea a personas con discapacidad física o mental y que se encarga tanto de la limpieza como de la recepción de la instalación, así como de atender el restaurante anexo al albergue. Diez personas son las que actualmente forman el equipo que mantiene el albergue.

Colaboración entre instituciones

Jozejota sostiene que colaboran activamente con otros albergues cercanos, como el de la Trinidad de Arre, a apenas 500 metros de distancia.

“Cuando nosotros no tenemos plazas, les llamamos a ellos para a ver si pueden hospedar a algunos peregrinos”, dice Elisabeta. Lo mismo ocurre con el restaurante, al que llegan peregrinos de la Trinidad y a los que también se les oferta el menú del peregrino si presentan la credencial.

Albergue y Ayuntamiento trabajan codo con codo, y es el consistorio el que se encarga de hacer todas las reformas, al tratarse de un edificio municipal.

Sin embargo, Girón manifiesta con pena que muchos villaveses desconocen la existencia del albergue municipal porque es “de todos los ciudadanos de Villava”.

Además, cree que Villava no se potencia como una ciudad del Camino porque al estar tan cerca de Pamplona, muchos peregrinos prefieren alcanzar la capital, aunque afirma que los que buscan tranquilidad se quedan en Villava.

Villava, primera urbe en el camino

Aunque admite que siempre ha sido una asignatura pendiente, el alcalde de Villava, Mikel Oteiza, afirma que desde el consistorio están trabajando para potenciar el paso del Camino de Santiago por el municipio. Prueba de ello es su reciente incorporación, hace un año, a la Asociación de Municipios del Camino de Santiago.

“Sabemos que Villava tiene sus limitaciones porque al estar tan cerca de Pamplona muchos peregrinos pasan de largo, pero hemos pensado en varias maneras de impulsar la imagen del pueblo, como postales o aplicaciones móviles”, apunta el primer edil. También afirma que la gran huella que dejan los peregrinos a su paso por Villava es en la hostelería: “Las terrazas de la calle Mayor están llenas de peregrinos muchos días”.

Sin embargo, quieren que el paso de los peregrinos por Villava no se reduzca a esta única calle y hace referencia al buen ritmo que ha cogido el albergue. “Estamos muy satisfechos con el funcionamiento del albergue municipal, es un establecimiento de primera y ofrece algunos servicios, como el acceso a la piscina, que hace miles de peregrinos pernocten cada año en Villava”, asegura el alcalde.