ace unos meses, el Ayuntamiento de Villava instaló un control de acceso de vehículos en la calle Mayor, su arteria principal, para facilitar y asegurar el tránsito de las personas y su convivencia con los turismos en una calle que tiene la consideración de zona residencial, además de evitar la acumulación de coches, furgonetas, y otro tipo de vehículos. Con horarios, entrada en un único sentido y salida por Esteban Armendáriz o Irigoyen, se trata de un sistema de cámaras que controla los vehículos autorizados y tiempos de carga y descarga que tal y como explica el alcalde, Mikel Oteiza (EH Bildu), "está todavía en fase de prueba pero está funcionando porque la gente se está mentalizando. La idea es que haya un control, el poco tráfico que hay que esté regulado en una calle en la que se convive con el vehículo y hay que tener cuidado. Antes se estaba desmadrando", valora.

También en la calle Andreszar se repintaron las plazas de aparcamiento, antes en línea, por aparcamientos en batería en espiga, en sentido contrario a la circulación, pasando de 89 plazas a alrededor de 150-160 y eliminando un carril de la calle (la única con dos carriles que cruza el interior del pueblo), para conseguir además que los vehículos aminoren su velocidad a su paso por esta vía. Y se elevaron los pasos de cebra para mejorar la seguridad.

Por su parte, se reconvirtió la avenida Pamplona en una calle a 30, la misma limitación de velocidad que la permitida en el casco urbano, en un proyecto que arañó al coche un carril de ida (dirección Arre) y otro de vuelta (dirección Pamplona), y ha permitido ganar hasta cien plazas de aparcamiento junto a a la mediana central, acondicionada como paso de peatones.

La creación de nuevas plazas de aparcamiento ha servido para paliar la pérdida en calles como Ricardo Bel, Ohianpea, Esteban Armendariz y Fermín Tirapu (en Ohainpea se recuperaron 20 plazas en bateria) en las que se eliminaron para llevar a cabo la ampliación de espacios peatonales. Ahora, la última actuación se está llevando a cabo en Bidaburua, donde las excavadoras están trabajando para convertir la zona en un espacio peatonal gracias a la reurbanización del cruce con la Plaza Ardantzea, en el que actualmente no existe paso de peatones.

Y es que el Consistorio viene realizando en los últimos años toda una labor en términos de movilidad que pasa por poner primero al peatón, por cuidarlo, por hacer un municipio más accesible y conseguir, así, mejorar la calidad de vida de sus vecinos y vecinas. A futuro trabajarán también en los pasos de cebra. "En algunos casos se elevarán y en otros se eliminarán los baches, se harán más accesibles también para las personas invidentes, que vayan en silla de ruedas y para quienes lleven silleta", explica el alcalde.

Se trata de un municipio en el que conviven personas mayores "y la idea es hacer una Villava peatonal y más accesible. Tenemos partida presupuestaria de accesibilidad de calles y edificios, y vamos abrir también las puertas de las piscinas, en septiembre, que están viejas, se va a hacer una apertura automática y ancha para facilitar el acceso", avanza.

Además, se ha aprobado la red de calor con más de 300 viviendas y se llevará a cabo la envolvente térmica de hasta 5 edificios. Se rehabilitarán las viviendas del denominado polígono 46 (calles Ricardo Bel, Agustin García, Joaquín Puy, Las Eras y Kapanaburua) ya para el año que viene.

Y cuando eso llegue, la urbanización se consolidará manteniendo el espacio peatonal que se conformó durante el confinamiento (cuando se pudo salir en franjas horarias y hubo que hacer más anchas las aceras), una medida que llevó a pintar la acera, poner pivotes y algún banco. El espacio se mantendrá y se convertirá, mejorado, en algo permanente.