egún recoge el investigador Joxepe Irigaray Gil en Antiguos rótulos de población en Navarra, el 8 de junio de 1918 se publica una instrucción del Ministerio de Fomento por la que se establece la obligación de colocar indicativos en las poblaciones, dando así, un paso más en el proceso de adaptación de las carreteras al tráfico de automóviles. Los diferentes ayuntamientos se ponen manos a la obra, y comienzan a instalar los primeros rótulos con el nombre de la localidad, acompañados del escudo de Navarra.

Al parecer, este primer decreto no caló lo suficiente, y hubo que esperar hasta la década de los 40, para que todas las poblaciones navarras pudieran contar, por fin, con sus bonitos rótulos indicativos cerámicos; eso sí, esta vez al escudo de Navarra se le añade, por imperativo gubernamental, la Cruz Laureada.Aunque se sabe que la dirección de Caminos de la Diputación Foral fue la responsable de colocar y mantener estas señales indicativas, y que el pago corrió por cuenta de los ayuntamientos, se desconoce de quién fue la feliz iniciativa de elegir el azulejo como soporte de estos elementos viarios. Y decimos feliz, porque salvo las que se convirtieron en diana de perdigonazos, disparos de posta y pedradas, son muchas las señales que todavía permanecen en perfecto estado de revista.

Por fortuna, estos conocidos rótulos no son los únicos representantes cerámicos que adornan pueblos y ciudades de nuestra geografía. Compartiendo ese mismo soporte, lucen las funcionales y decorativos placas que numeran edificios e indican el nombre de calles y plazas. Así mismo, pero más escasos, aparecen los rótulos y pequeños paneles que designan edificios tales como trujales (Sorlada), harineras (Etxauri), sociedades cooperativas (San Martin de Unx, Olite, Tafalla), mataderos públicos ((Lodosa, Lumbier), grupos escolares (Oderitz) u otros establecimientos públicos, como el antiguo Laboratorio y Granja Agrícola Provincial de Pamplona.

Harinera en Etxauri.

publicidad

Como broche de oro del patrimonio gráfico en azulejo en Navarra, los paneles cerámicos publicitarios. Marcas como Michelin, Pirelli, Nitrato de Chile, Philips, y otras muchas de carácter local, optaron desde las primeras décadas del pasado siglo por el soporte cerámico como herramienta comunicativa ideal para plasmar un tipo de publicidad elegante pensada a largo plazo. Esta elección surge en un momento en el que aparecen el Modernismo y Art Decó, movimientos, ambos, defensores de las artes aplicadas y de los oficios tradicionales: carpinteros, rotulistas, herreros, ceramistas... comienzan a diversificar sus producciones y, en algunos casos, llegan a situarlas en niveles desconocidos hasta entonces. Este es el caso de la industria alfarera de la península ibérica que comienza a producir e instalar gran cantidad de mosaicos publicitarios. Fachadas y comercios de los centros de las ciudades, fábricas, talleres, estaciones de ferrocarril y de metro, edificaciones ubicadas en las entradas de las pequeñas poblaciones, estaciones de servicio e incluso paredes de iglesias, se convierten en el lugar perfecto para publicitar una amplísima gama de marcas y productos.

Hoy en día, aún encontramos en Navarra representantes o herederos de aquella rompedora combinación de publicidad y soporte cerámico.

Comenzando por la capital y su entorno más cercano, la protagonista es, sin duda, la marca de neumáticos Michelin. En la calle Monasterio de Iratxe, 18-20, (Neumáticos Pacheco), está ubicado un magnífico mural cerámico con la imagen del icónico muñeco Bibendum que identifica esta marca francesa. Si bien han desaparecido varios azulejos, el estado en general de la publicidad, es bastante bueno. Instalado en 1967, está compuesto de 320 baldosas, y curiosamente, sus tonos son sensiblemente diferentes a los que identifican normalmente a la compañía. Cerca de Pamplona, en Burlada, luce de nuevo la imagen del Bibendum. En esta ocasión se encuentra en las cenefas de las baldosas que cubren parte del interior de un taller abierto en los últimos años 60 del siglo pasado; fiel al colorido de la marca, el estado de conservación de estos azulejos es excelente.

De Michelin a Pirelli. En dos localidades colindantes, Sesma y Lodosa, encontramos sendos murales cerámicos de grandes dimensiones de esta marca italiana. El mural de Sesma, se instaló en la gasolinera de la antigua carretera de Los Arcos y ocupa toda la superficie de la pared posterior de la vivienda colindante. Tanto esta publicidad de Pirelli como otro motivo publicitario de Firestone ya desaparecido, se colocaron en 1969, años después de abrirse al público la instalación. La publicidad en su lado izquierdo, reproduce un bonito mapa de carreteras donde se destacan, además de la propia Sesma, las ciudades más cercanas a esta localidad. En la parte derecha, aparece, en grandes dimensiones, el logotipo de la marca patrocinadora de esta fabulosa publicidad cerámica. El mural no está en muy buenas condiciones, y, además sufre la presencia de un totem de Petronor, instalado de tal manera, que le roba todo el protagonismo. Igualmente, el hecho de que la gasolinera esté actualmente cerrada no favorece demasiado a la correcta conservación de los azulejos.

Cartel publicitario de Pirelli con mapa de carreteras en Sesma.

En Lodosa, y muy cerca, casualmente, del azulejo indicativo de esta población, se ubica el otro gran panel de Pirelli. Situado en el antiguo garaje de Pepe Marrodan, se trata de un excelente conjunto cerámico, tanto por su calidad, como por sus vivos colores, dimensiones y estado de conservación. Se instaló en los últimos años de la década de los 60 del siglo pasado y es, con seguridad uno de los últimos supervivientes en la península de este tipo de publicidad.

Llegado a este punto recordar que estos tesoros publicitarios, ejemplos de buen diseño y testigos de otra forma de hacer las cosas, carecen de todo tipo de protección, por lo que sí todavía sobreviven es, en la mayoría de los casos, por pura casualidad. Así las cosas, es muy probable que el destino de estas piezas cerámicas sea desintegrarse poco a poco. Es el caso de la publicidad de Philips en Viana, que aún siendo la cerámica un soporte de gran durabilidad ha perdido ya bastantes azulejos y poco a poco se va volatilizando.

Para finalizar, citar el espléndido anuncio de Nitrato de Noruega en Marcilla. Situado en la NA-128, dirección a Peralta, su estado de conservación es inmejorable.

¿Y qué hay de la icónica publicidad de Nitrato de Chile? ¿Queda todavía alguna en Navarra? Pues parece que no. De todas las que presidieron las entradas de numerosas localidades, es muy probable que la última fuese la que adornaba la trasera de la antigua oficina de la Cooperativa Agrícola de Tafalla, y que desapareció hace ya unos años cuando la demolieron para construir viviendas

No obstante, siempre queda la opción de darse una vuelta por la vecina Álava y disfrutar del panel que luce en la pequeña localidad de Armiñón. O quién sabe, si el día menos pensado no reaparece alguno que hasta la fecha permanecía medio escondido o borrado. Todo es posible.