En un giro inesperado en el Pleno del Ayuntamiento de Pamplona, su alcalde Enrique Maya no ha podido evitar este jueves su tercera reprobación de la legislatura.

La socialista Maite Esporrín, que había abierto el debate para anunciar que retiraba la propuesta de su grupo para reprobar al alcalde, cambió de parecer al conocer que el pacto del PSOE con UPN no se había cumplido porque los dos diputados regionalistas, Sergio Sayas y Carlos García Adanero, votaron finalmente en contra de la reforma laboral en el Congreso.

Al conocer lo sucedido, Esporrín intervino para afirmar que en UPN “no son de palabra” y anunció visiblemente enfadada que apoyaría la reprobación del alcalde. “Nos arrepentimos de creer en su palabra. ¿Hasta dónde van a llegar, señores de UPN? Se merecen cualquier cosa. ¿Cómo se puede engañar de esta manera? No le íbamos a reprobar porque ese era el compromiso, no podemos hacer más señales de lealtad, ya basta de tomar el pelo, se les tenía que caer la cara de vergüenza. Nos ha dejado en situación vergonzosa”, indicó la portavoz socialista.

Maya se ha mostrado “tremendamente enfadado” porque los dos diputados de UPN en el Congreso no han acatado la decisión del partido.

Ha dicho a Esporrín que entiende “perfectamente bien su tremendo enfado y yo también estoy tremendamente enfadado. El compromiso político que teníamos la dirección del partido era apoyar esa reforma laboral y ha habido dos personas en el Parlamento que han desobedecido las instrucciones de la dirección, eso es lo que ha ocurrido, señora Esporrín, y tiene usted toda la razón en estar así, y se lo admito, admito todo lo que me quiera usted decir, pero ha sido en contra de las directrices de la dirección del partido y evidentemente eso tendrá consecuencias, no lo duden”, ha indicado.

Para la mayoría progresista del Ayuntamiento de Pamplona, el discurso que empleó el alcalde fue xenófobo, similar al de la ultraderecha, y además no se ajusta a los datos existentes.

El primero en intervenir ha sido el portavoz de EH Bildu Joseba Asiron, que ha acusasado al alcalde de utilizar un “discurso xenófobo contra una parte muy vulnerable de nuestra población”.

Según Asiron, Maya “manipuló” el contenido de esos datos al “sustentarse en lecturas parciales y sesgadas”, al mismo tiempo que los “filtraba” a medios de comunicación afines y denegaba el acceso a dicha información a los grupos municipales.

Patxi Leuza, de Geroa Bai, ha exigido a Maya una rectificación ya que sus comentarios “suponen criminalizar a unas personas menores de edad por una simple circunstancia, como es la de su origen”. Leuza ha calificado de “inaceptables” las actitudes xenófobas porque “abren un peligroso camino a romper la convivencia cimentada en el respeto al diferente y a que Navarra siga siendo una comunidad acogedora”.

Con la de hoy, Maya lleva tres reprobaciones en lo que va de leguslatura. La primera fue a finales de 2020, por el expediente de la encuesta sobre perfiles lingüísticos en escuelas infantiles; y la segunda el año pasado, por la reiterada falta de información los grupos de la oposición.

El mismo destino han corrido otros 5 representantes del equipo de Gobierno de Navarra Suma. Fermín Alonso, concejal de Movilidad y Proyectos Estratégicos, ha sido reprobado en dos ocasiones (por los problemas en la calle Amaya y la suspensión de la reforma del Paseo de Sarasate; Fernando Sesma, concejal de Educación, también fue reprobado por la encuesta sobre las escuelas infantiles; Javier Labairu, edil de Seguridad Ciudadana, por el episodio de la grúa; María García-Barberena, concejala de Cultura, por el torneo de ajedrez del año pasado; y María Caballero, por el concurso de hípica en la Ciudadela.