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¿Cómo va a cambiar la covid la arquitectura, la vivienda y la ciudad de Pamplona?

Aboga por reinventar la ciudad, redefinir el concepto de manzana y que los arquitectos tengan más voz en las decisiones de la ciudad

¿Cómo va a cambiar la covid la arquitectura, la vivienda y la ciudad de Pamplona?

- ¿Cómo va a cambiar el covid la Arquitectura, la vivienda, la ciudad...?

-La pandemia del coronavirus nos ha hecho ver que es el momento para reivindicar la transformación profunda que precisan viviendas, edificios, ciudades y territorios para ser más saludables y para contribuir al bienestar generalizado de la población. El debate actual en torno al nuevo Decreto de Habitabilidad debería enriquecer el modo de entender nuestro espacio más íntimo, el mismo al que le hemos notado sus carencias y virtudes de un modo sorpresivo gracias al confinamiento. El tejido social ha cambiado, la variedad de estructuras familiares, el momento de la independencia juvenil, la oferta existente y el conocimiento del comprador. Existe suficiente creatividad para proponer viviendas flexibles con calidad espacial que se adapten al momento actual y puedan hacerlo en un futuro. Fuera de nuestras fronteras existen notables ejemplos que chocarían de frente con la normativa foral. Creo que ahora es el momento de adaptarse a esta nueva realidad.

¿Qué le parecen las torres de Salesianos ahora que se ven?

-Recientemente comenté, que a mí juicio, podrían haber sido más altas; una oportunidad perdida. Pero también podían no haber existido. Indudablemente va a cambiar la fisonomía de esa parte de la ciudad, pero tampoco podemos quedarnos anclados en el pasado, la ciudad está viva. Las torres en sí no son elementos buenos ni malos. La ordenación de la manzana fue el resultado de un proceso con múltiples críticas y cuestionamientos, fruto de intereses múltiples, como cada cambio en la ciudad. El concurso para la ordenación ofreció una propuesta ganadora entre muchas, elaboradas por equipos de arquitectos solventes y con gran experiencia. Es un buen resultado dentro de las premisas que ofrecía el contexto urbanístico que se estableció, y consigue liberar espacio público y dotacional. La posibilidad de contar con manzanas, en el centro de la ciudad, donde se pueda materializar edificabilidad residencial es una oportunidad que también constituye un servicio al ciudadano porque se le procura una ciudad compacta, que, a partir de ahora, será muy valorada y necesaria. La calidad de vida de los habitantes estará relacionada, más que con la superficie de sus viviendas o el número y dimensiones de sus estancias, con su flexibilidad y adaptabilidad en el tiempo, pero, sobre todo con la capacidad de ofrecerle acceso próximo a espacios libres, dotaciones, comercios... Será necesario desvincularnos de una movilidad que el propio planeamiento propuso en su día. Debemos deshacer el camino y replantear nuestras estrategias de crecimiento. Por ello, estas actuaciones de densificación de la ciudad, analizadas en conjunto son, desde el punto de vista de la calidad urbana, positivas. Estas actuaciones deben ir acompañadas del análisis de la proporción de espacios públicos. La legislación urbanística plantea estándares mínimos. Son necesarias propuestas novedosas en este sentido. Cabría la utilización de interiores de manzanas, cubiertas de edificios... y también una gestión controlada y productiva del espacio público existente. En todas las ciudades hay muchas zonas verdes donde el uso asignado es su mera existencia, ser zona de paso o recreo ocasional, en exceso. Mucha superficie que podría acoger usos que estamos trabajando para rediseñar para que sean destino de nuevas fórmulas de ocio o negocio. Hay mucho trabajo por hacer.

-¿Es interesante el plan especial previsto para impulsar barrios como la Milagrosa?

Es prioritario sin ninguna duda, es uno de los barrios de la ciudad más necesitados de intervención urgente e integral. Además, se está llevando a cabo recopilando un amplio consenso de la ciudadanía, con representación de todos los agentes con interés en el barrio y con un equipo redactor concienciado y sensible, al igual que con una especial dedicación de la administración municipal. Por lo que se refiere al ámbito del espacio público, la ordenación urbanística atiende, tanto al objetivo de crear un área central representativa, que viene a materializarse en una nueva plaza central y la creación de recorridos que vertebran el barrio en sentido Norte-Sur y Este- Oeste, articulando, al hacerlo, piezas y enclaves hoy inconexos, como a procurar una atención diferenciada a cada una de las partes constitutivas de la Milagrosa, que participarían de esta forma de cierta autonomía funcional. Se ha previsto un sistema integrado de equipamientos y áreas libres complementarias, tanto funcional como espacialmente, que contribuyen a resolver fracturas y barreras que en la actualidad ofrece la trama urbana, y mejorar la accesibillidad y seguridad del espacio público. Y, por supuesto, se ha tenido en cuenta la reforma del sistema viario, asociada a una jerarquía interior, y un nuevo régimen de ocupación y uso de las calles, que rescate para el peatón, bicicletas y transporte público, buena parte del espacio actualmente ocupado por el automóvil. En el plano privado atiende a la mejora de la eficiencia energética, habitabilidad y confort de las viviendas.

-¿Alguna idea para ese paraje llamado Guenduláin?

-Los 2000 fueron un momento en que Pamplona crece con expansiones del tipo de la Ecociudad de Sarriguren, pero hoy en día (y más con la rápida concienciación que hemos experimentado en poco tiempo) no es coherente con los objetivos internacionales de desarrollo sostenible ODS. La mirada actual es de cierta involución, pero basada en la sensatez y la optimización de recursos bajo el paraguas de la regeneración urbana, que se apoya necesariamente en la rehabilitación, en el entendimiento de que, ahora más que nunca, la ciudad preexistente constituye un capital fijo que no es posible desdeñar. Las consecuencias relacionadas con el cambio climático que, además de intuir como hace unos años, estamos ya experimentando, son de tal gravedad que es obligado adaptarse urgentemente. No parece razonable activar Guenduláin a medio plazo. Es un modelo medioambientalmente insostenible. Hoy tenemos claro el coste que supone dotar de servicios a asentamientos de ese tipo.

¿Donde debe crecer la ciudad, en la zona del futuro TAV?

-El ámbito del TAV es la última bolsa de suelo de gran escala que queda en Pamplona. En necesario que se desarrolle el PSIS porque estas zonas residenciales harán viable el coste de la implantación de todas las actuaciones asociadas a este desarrollo. Que existan ajustes por realizar no puede ser impedimento para que no salga adelante. La llegada del TAV generará un salto cualitativo para la ciudad. A diferencia de Guenduláin, se encuentra más integrado en la malla urbana y sirve para cohesionar núcleos de la Comarca.

¿Cómo ve en su conjunto los proyectos de amabilización que se han llevado a cabo en Pamplona?

-Creo que la apuesta de movilidad y las actuaciones deben converger; si se potencia el uso de la bicicleta, hágase con decisión, como se hizo con el bidegorri donostiarra. En su momento también se cuestionó; visto hoy, el resultado es impecable. Para implantar un sistema de transporte público que funcione es necesaria la inversión en infraestructuras, como aparcamientos disuasorios. Hemos llegado a un punto en que la verdadera necesidad es el replanteo de las necesidades de movilidad y el reparto homogéneo de los servicios en el territorio, para no requerir demasiados desplazamientos rodados. Si tenemos acceso a todos los servicios de manera inmediata, deja de ser necesario tener varios coches en propiedad por familia u ocupar con aparcamientos el espacio público y además reduciríamos las emisiones de CO2, la contaminación acústica y otras molestias y riesgos que se generan. El Plan de Movilidad Urbana Sostenible PMUS de la Comarca de Pamplona ha analizado estas cuestiones, que tendrán su reflejo en las propuestas urbanísticas de un futuro inmediato. Entre otros, se trata el tema de las “células urbanas” que constituyen ámbitos en la ciudad en cuyo interior no hay desplazamientos con vehículos, salvo residentes o servicios. Ello conlleva una inversión elevada para ofrecer un servicio de transporte público a la altura. Comenzará a ser eficiente cuando dejemos de necesitar desplazarnos en vehículo privado, en la proporción en que lo hacemos ahora, y cuando nos concienciemos que no es solidario, eficiente, ni más cómodo, acudir al centro de la ciudad con nuestro vehículo.

¿Cree que los procesos de industrialización puede agilizar la creación de vivienda?

-Hay que tener cuidado con el mensaje. A corto plazo no va a reducir el coste ni los plazos del proceso constructivo. Sí tiene ventajas respecto al control de ejecución, el acceso de mano de obra más especializada, incorporación real de la mujer dentro del sector, mejora de las condiciones laborales y de la siniestralidad, menor producción de residuos... supondrá un cambio de paradigma, un enfoque más profesional y un control de la calidad mayor. Permitirá una investigación en materiales más intensa y efectiva, que es donde tiene más recorrido, si bien queda mucho desarrollo por delante e inversiones cuantiosas. La mejora de plazos no está tan afectada por el hecho constructivo; la capacidad de financiación de las promociones, la disponibilidad de suelo y la falta de agilidad en los trámites son los factores principales que determinan el ritmo de la oferta.

¿Qué aporta el COAVN ante el problema de la despoblación rural?

-Queremos estar presentes y participar en revisión de la Estrategia Territorial de Navarra porque será marco para todos los instrumentos urbanísticos que se redacten durante su vigencia.

“El plan de Milagrosa permitirá crear una nueva plaza central y recorridos que vertebran el barrio”

“Crear zonas en la ciudad donde no se pueda desplazar en coche exige inversión en transporte público”

“La llegada del TAV generará un salto cualitativo para la ciudad y es la zona donde puede crecer”