Las altas temperaturas que empiezan a registrarse en esta inusual primavera disparan los avisos de vecinos alarmados por la presencia de culebras en sus casas o jardines.

Es el caso de Noáin donde esta semana han aparecido varios ejemplares de culebras en pocos días en las huertas de ocio. Una de ellas incluso llegó a picar a uno de los hortelanos y, según los testigos, podía tratarse de una víbora.

La última vista fue una culebra bastarda, recogida por uno de los vecinos que cultivan las huertas ecológicas cerca de una charca donde estos reptiles acuden a la caza de sapos y ranas.

La de la foto mide casi metro y medio, y es una culebra bastarda que, según los expertos consultados, resultan inofensivas para el ser humano. "La bastarda puede inocular algo de veneno que tiene en unos dientes en la parte de atrás de la boca pero es el que utiliza para paralizar a sus presas como ratas y anfibios", explica una bióloga. "Ahora es más normal ver a los reptiles que salen a coger temperatura en zonas sin vegetación", subraya. "En Pamplona tenemos la culebra viperina que imita a las víboras, la bastarda, la lisa meridional, la de escalera o la víbora aspid", señala.

La culebra bastarda es la mayor de la Península y de Europa. Puede llegar a medir 240 cm, si bien las hembras son más pequeñas. Su cabeza es alargada y tiene el hocico puntiagudo, con una depresión entre los ojos y los orificios nasales.

A las serpientes les gusta el calor. Disfrutan del buen tiempo y aprovechan el verano para moverse, salir de su escondite, y buscar el sol. Es su ritmo habitual, en invierno apenas tienen actividad y cuando pasa el frío, salen de su letargo. Y es que los reptiles son animales ectotérmicos, es decir, son incapaces de generar su propio calor y tienen que depender de fuentes externas para regular la temperatura corporal.

En verano es más habitual encontrarse con este tipo de reptiles en otros espacios cercanos a la ciudad como es el paseo del Arga. Los días de mucho calor salen por las orillas de los ríos y, en alguna ocasión, han llegado a atacar a perrosque intentaban manipularlas o incluso jugar con ellas de manera inofensiva. Un border collie tuvo que ser operado con urgencia para extraerle el veneno de una mordedura en el cuello de la que casi se desangra.

Seguramente el cambio climático propiciará en Navarra que sea cada vez más habitual encontrarse una culebra en entornos más urbanos.