- La desesperación del alcalde de Puente La Reina lo decía todo. "Ahora mismo la situación es muy cambiante y estamos preparando todo", reconocía ayer por la noche a este periódico el primer edil de la localidad, Oihan Mendo, en una llamada apresurada y angustiosa. Puente La Reina es el pueblo más grande de esa zona y su situación fue una locura: toda la tarde estuvo cercada por el fuego que venía desde Obanos y que obligó a desalojar temporalmente a los vecinos de las urbanizaciones Otsabidea y Zabalzagain e incluso a los de algunas calles del pueblo, como el Crucifijo o Campochetas. Las llamas, muy virulentas y a merced de los cambios del potente viento sur, alcanzaron también el pinar de San Gregorio al final de la tarde, anticipando una noche en vilo. Por el momento, muchas de las personas desalojadas pudieron volver a sus casas con la recomendación de no abrir puertas ni ventanas y estar muy pendientes, y el Ayuntamiento no tenía constancia de daños humanos.

El fuego sigue y el panorama es malo. Lo primero que se vio afectado fue la entrada del pueblo, la zona de Jakue y las ventas para peregrinos y la urbanización Otsabidea, al sur, donde están las piscinas y donde pueden vivir sobre 250 o 300 personas. Son terrenos muy cercanos al monte, donde las llamas se vieron por la zona de la ermita de Arnótegi, cara Obanos, y San Guillermo, donde hay un fuerte de la época carlista donde también se vio fuego.

A eso de las seis, muchos vecinos de la urbanización Zabalzagain, cerca de la zona de peregrinos, tuvieron que dejar las casas avisados por la megafonía. Las afecciones también llegaron hasta el Señorío de Sarria. Y a partir de ahí fue un goteo: vecinos de calles del casco viejo, cercanas a la zona sur, como Crucifijo o Campochetas. El paseo central de la localidad, muy conocido, se llenó de vecinos a la expectativa, pendientes de cualquier información por parte de las autoridades, que no daban abasto. Muchos jóvenes del pueblo se ofrecieron para ir con rastrillos y útiles a preparar zanjas o lo que fuera, aunque el Ayuntamiento trató de contener un poco esas iniciativas porque tienen mucho peligro si se gestionan de cualquier manera. Y muchos vecinos con herramienta agrícola colaboraron en la rotura de campos, muchos de cereal y todavía sin cosechar, para tratar de frenar en lo posible la acometida del fuego.

El frontón del pueblo, en un primer momento posible zona de refugio, terminó como puesto médico y por la noche ya no tenía gente; el pabellón se reservó para la Unidad Militar de Emergencias (UME), a la que se activó al solicitar Navarra el escenario 2 a primer ahora de la tarde; y el colegio de los Padres Reparadores se preparó por si necesitara alguien pasar la noche, aunque muchos vecinos pudieron volver a sus casas avisados de que estuvieran atentos.

El panorama era muy cambiante y el alcalde no se atrevió a anticipar ningún escenario. "Estamos todo el rato hablando entre autoridades". Así que lo único que pudo Puente fue prepararse para lo que pueda llegar. l

l El pinar. El Ayuntamiento estaba especialmente preocupado de que las llamas alcanzaran el pinar de San Gregorio, una zona muy grande de bosque seco y donde no sería sencillo controlar el fuego, que terminó llegando por la tarde.

"La situación es muy cambiente y es difícil confirmar nada porque todo cambia a cada rato"

Alcalde de Puente La Reina