Casa Urrutia es un lugar emblemático y parada obligatoria para las personas que llegan a Ujué, pero antes lo fue en Cáseda y también en Murillo el Fruto, donde los abuelos de José Manuel Urrutia asentaron este histórico obrador. Avatares de la guerra civil, como los recuerda él, el matrimonio regentaba panaderías-reposterías tradicionales conocidas en toda la zona, además de asar carnes y pescados a sus clientes en días festivos. Esos son los inicios de Pastas Urrutia, que hoy se prepara para el relevo de su negocio. 

José Manuel conoció a Juana María Rosauro, la que hoy es su mujer, durante el instituto en 1977 y tras casarse en 1986, cogieron las riendas de Casa Urrutia por la jubilación de su padre. “El nos ayudó los primeros años de nuestra andadura hacia el mercado regional y nacional. Primero en mercados semanales y luego en ferias de artesanía del País Vasco, después en todo el estado”, relata José Manuel. 

Tras aprender el oficio, el matrimonio realizó un curso de emprendedores en el año 1990 impartido por el CEIN sobre el asociacionismo empresarial y la creación de Alimentos Artesanos de Navarra y fue implantando el producto artesanal en grandes superficies y cadenas como Eroski, que empezaba a demandar productos de calidad y cercanía. 

“El trabajo con Eroski y otras cadenas como Caprabo o Ecoveritas y campañas puntuales con El Corte Inglés, nos ha dado una trayectoria llena de momentos de todo tipo, como en un matrimonio largo”, recuerda Urrutia. 

Sus productos se extendieron por todo el territorio nacional, llegando a una plantilla de 10 personas, pero la crisis del 2008 golpeó de pleno al negocio, siendo su punto de inflexión en 2013. “Ahí se cambió el rumbo del negocio, girando a algo mucho más local y sencillo. En la actualidad aún se mantienen algunas relaciones comerciales con este tipo de establecimientos, aunque en una escala regional”, explica Juana. 

De esta forma, el matrimonio fue amasando la forma de su negocio hasta convertirlo en lo que es hoy: un obrador histórico que apuesta por lo local y tradicional. 

Un entorno ideal

Tras reformar varias veces su local de Murillo el Fruto, en 2000 decidieron invertir en una gran instalación abandonada de Ujué que tuvieron que recuperar y adaptar a sus necesidades. Explica Juana que su marido “siempre ha sido un enamorado de Ujué” y un día cuando bajaba de vender pastas del municipio, vio el local. “Me decía que había una nave que le gustaba pero yo no le hacía caso. Como es bastante persistente, al final hablamos con el dueño. A mí se me hacía muy grande, porque había sido una fábrica de embutidos y llevaba abandonada 10 años. Me convenció”, relata. 

Exterior de Casa Urrutia, a la entrada de Ujué. Miriam Pascal

El entorno de Ujué, explican, es ideal para ellos por su filosofía “artesana, tradicional y de calidad”. Esta ubicación les ha permitido tener un punto de venta, exposición y expansión de sus actividades como transformadores de alimentos de su pasado, que han ido adaptando a los a los tiempos actuales, volviendo al pan rústico y panes de masa madre. “Vimos que aquí podíamos desarrollar todo nuestro potencial. Por un lado, la línea nueva que estábamos desarrollando y también elaborar todas las pastas que nos demandábamos y por otro una inquietud que teníamos: la del producto artesano”, asegura Juana. Así que en 2002 inauguraron una tienda con sus propios productos artesanos y también con los de otros productores, en un entorno que aúna la tradición gastronómica y cultural y el turismo.

Además, los productos que ofrecen tienen la distinción de Alimentos Artesanos de Navarra (Reyno Gourmet) y de elaboradores ecológicos. 

Su joya, las migas

Con la receta de pan de hogaza de masa madre heredada de los abuelos de José Manuel, el obrador comenzó a elaborar lo que hoy es una de las joyas del establecimiento: Sus migas de pastor. “Ofreciéndolo en la cafetería, se fue definiendo un menú que consiguió abrirse paso entre la oferta gastronómica local y comarcal”, explica José Manuel. Un plato emblemático de Ujué por el que muchos visitan el municipio solamente para probarlo. 

Ahora, el matrimonio busca a alguien que continúe con su legado familiar y para ello se ha apuntado en el programa Navarra Emprende, que ayuda a las empresas que buscan relevo a encontrar emprendedores que tengan interés en estos negocios. “Es el año en que cumplimos 60 años los dos y la jubilación no es algo que se haga de la noche a la mañana. Eso no significa que cerremos, sino que hemos empezado un proceso, un camino”, dice Juana, que añade que le gustaría encontrar a alguien “joven, emprendedora, dinámica y que tenga oficio”.

Casa Urrutia, un lugar donde José Manuel prosigue con la tradición gastronómica de su familia, es un obrador de tres generaciones que se prepara para recibir a la cuarta que siga ofreciendo ese sabor, sencillo, auténtico y rico, de la comida artesana.