A pesar de los 8 años como edil y los casi 12 como alcalde, Emilio Cigudosa asegura que ha sido muy difícil lidiar estos años con los problemas que se han ido sucediendo uno tras otro. Precisamente, y por todo ello, ahora anima a los vecinos a que disfruten de estos días de distracción, desasosiego y diversión.

¿Qué supone volver a celebrar y vivir las fiestas?

– Lo primero, una ilusión muy grande, y la consiguiente preocupación de que las cosas se desarrollen y funcionen como todos queremos; que lo que hemos preparado sea del agrado de todos y todas.

Ha decidido ceder el chupinazo a una persona, en este caso Isabel Sola, que no pertenece a la corporación. ¿Por qué ahora y por qué a ella?

– Considero que es un año excepcional y hay que tomar decisiones excepcionales. Isabel Sola es una adrianesa que está teniendo mucha repercusión debido a la labor que realiza y siempre propaga el nombre de San Adrián; creo que es un argumento más que suficiente para cederle el cohete.

¿Cómo cree que van a ser estos días?

– La gente, entre los que me incluyo, los vamos a coger con unas ganas impresionantes. Estamos a deseo de salir, de relacionarnos, de agarrarnos, de besarnos...

Queda algo menos de un año para que concluya la legislatura, la tercera en la que ha estado al frente del Ayuntamiento, ¿qué balance hace de estos tres años?

– Han sido muy duros; empezando con la pandemia en marzo del 2020 y siguiendo con las inundaciones de diciembre de 2021; han sido situaciones muy complicadas que creo, gracias a la experiencia adquirida, hemos podido ir solucionando intentando no dejar a nadie atrás.

¿Cómo ha sido gestionar, a nivel local, una pandemia mundial?

– Pudimos hacerlo gracias a la comprensión y a la paciencia de los vecinos. Gracias a su actitud y a esa responsabilidad vas llevándolo. Echas la vista para atrás y ves que no podías salir de casa, y eso era muy difícil de entender; creo que no sabemos todavía lo que pasamos en cuanto a privación de libertades, pero está claro que era muy necesario y la gente fue muy responsable. Todo nos venía marcado y lo importante era cumplirlo para poder salir adelante.

¿Con qué retos se van a encontrar los que estén en la corporación a partir del próximo año?

- El primer reto que yo me pondría sería buscar suelo industrial porque es algo que, pese a que hemos tenido muchas reuniones, se ha quedado en el tintero, Además, habrá que seguir con el arreglo de calles sin olvidar la cosas del día. También está en mente un tema bonito pero difícil de realizar como es el auditorio.

¿Qué valoración hace de su paso por el Ayuntamiento?

– Hace muchos años te dije que iba a pasar a la historia sin pena ni gloria porque no hacía más que reducir la deuda, ¿te acuerdas? Pues la historia te dice que se han hecho más cosas. Me siento muy orgulloso, por supuesto, de la reducción de la deuda; estamos en 2,5 millones y cuando entré estaba en más de 7. Creo que económicamente no nos podrá decir nadie nada. Además, hemos arreglado varias calles, comprado Las Señoritas, y tratado de solucionar los problemas de los vecinos, que eso tiene un valor muy importante. Hemos apostado por el deporte y la cultura y hemos adjudicado el cambio del alumbrado público. Solo se me queda la pena del suelo industrial.

Precisamente esa falta de suelo, ¿cree que puede lastrar en el futuro a la localidad?

– Yo no digo lastrar, pero si no creas industria y no propones suelo para que vengan, con lo que hay, evidentemente es suficiente, pero tengo claro que si te paras, irás a menos. La meta tiene que ser siempre ir a más. Tenemos el cien por cien del suelo ocupado pero si alguna firma quiere expandirse, ahora mismo no puede, y eso puede provocar que se vaya. Está muy bien lo que tenemos, qué más quisieran muchos, pero hay que seguir buscando suelo para posibles ampliaciones y para que nuevas firmas se consoliden aquí.

Están gobernando con mayoría absoluta, ¿cómo es la relación con la oposición?

– La relación es buena; no tengo ningún problema ni a nivel personal, ni a nivel político. Empecé la legislatura con el deseo de que participasen en los presupuestos, de que tuviesen su concejalía, pero vi cosas que no me gustaron. Aún así, están en la Junta de Gobierno, que es donde se toman las decisiones importantes.

¿En qué se parecen y en qué difieren los tres mandatos?

– Al principio entras con una fuerza tremenda; estábamos en minoría y sacar las cosas sin experiencia me costó muchos rompimientos de cabeza, y fue duro. La segunda legislatura, ya con mayoría y con experiencia, mejoras, trabajas y llegas a los sitios mucho mejor. Y esta última habría sido muy, muy, muy buena porque tienes todo de cara y controlado, pero la pandemia nos ha paralizado y retrasado muchas cosas.

¿De qué proyecto se siente más orgulloso?

– Te diría que de todos. Me siento igual de orgulloso de comprar Las Señoritas, que de hacer 16 calles; me siento igual de orgulloso de reducir la deuda, que de cambiar un banco roto en el Paseo del Ebro. Estoy muy orgulloso de todo lo que hemos impulsado, con mis defectos y fallos, que seguro que los he tenido.

La riada de diciembre fue catastrófica, ¿cómo vivió aquella situación? ¿Qué cree que podría hacerse en un futuro para evitarlo?

– Con una impotencia que no puedo describir, y eso que quiero agradecer la movilización que hubo para hacernos la vida más llevadera. En el momento no se puede hacer nada más allá de estar avisados y preparados, como estábamos, pero el agua no se puede dominar.

En lo que a nosotros atañe, hemos puesto unas compuertas en 12 ó 14 acequias para que, cuando venga otra avenida, podamos cerrarlas y que el agua no se cuele por ahí. Lo que el Ayuntamiento podía hacer, ya está hecho. Y después está la CHE, que sí que nos podemos quejar un poco en cuanto al tema de la limpieza de ríos y de los motarrones, porque no te dejan actuar en tu tramo, y es una empresa a la que no es fácil llegar.

Sin embargo, también tengo que decir que ahora estamos en contacto con ellos y están trabajando en algunas propuestas para modificar el motarrón y ver si con eso podríamos evitar el cuello de botella que se prepara entre el Ega y el Ebro.

¿Qué atractivos tiene San Adrián para quedarse a vivir ahí?

– Tenemos infraestructuras de educación, salud, servicios sociales, oficinas bancarias e industria, lo que conlleva empleo. San Adrián no es una ciudad pero tienes todo lo que hace falta; no creo que podamos decir que faltan cosas como para que los jóvenes se quieran ir de aquí.

¿Les beneficia tener un Gobierno socialista en Navarra?

– Entiendo que no. No hemos sido perjudicados, pero tampoco beneficiados. Siempre he dicho, y la hemeroteca no me dejará por mentiroso, que cuando estaban los Gobiernos de UPN y el cuatripartito estábamos en contacto y siempre nos trataron con respeto. Ahora bien, con el Gobierno socialista, ¿hemos conseguido más cosas? Nos han aprobado una enmienda para las luminarias, que es una necesidad, y la rotonda, un proyecto que viene de atrás. Lo que sí que mejora exponencialmente es la interlocución, que ahora es mucho más fácil.

¿Cómo le gustaría, en su rol como alcalde, que le recordasen los vecinos?

– Como un tío que era alcalde y vecino. Un tipo normal que trabajó por San Adrián y que siempre pensó en el interés general; que cumplí con mi trabajo para lograr el bienestar de todos y todas.

De su paso por la Alcaldía, ¿qué has sido lo más y lo menos gratificante?

– El momento bueno, bueno, es el resultado de las últimas elecciones. Ese día fue memorable porque fue el reconocimiento del pueblo de San Adrián hacia mi trabajo durante 8 años; no me lo podía esperar ni en mis mejores sueños. Otro momento memorable fue lanzar el cohete. Después, todo lo malo viene de lo que le haya podido afectar a la gente de San Adrián: la pandemia, la riada...porque te sientes impotente.

Quieres tomar decisiones pero no sabes, no puedes, no llegas, y no tienes capacidad para ayudar; y de eso, esta legislatura, ha habido mucho. Sin embargo, a pesar de los sinsabores, me siento muy realizado. Yo era fontanero y estaba muy, muy orgulloso y contento de lo que hacía, pero este cambio en la Alcaldía y la Mancomunidad me ha llenado de conocimientos y he crecido como persona una barbaridad. Esto me ha hecho muy, muy, muy grande en todos los sentidos.

Estos años ha compaginado el cargo en la Alcaldía con la presidencia de la Mancomunidad de Montejurra, ¿cómo lo ha llevado?

– Al principio fue difícil porque ibas allí y no tenías ni idea de cómo funcionaba. Con el paso del tiempo, y sobre todo, con la ayuda de los técnicos de la Mancomunidad que me ayudaron mucho, ahora tengo una visión totalmente diferente; de lo que se hace, de las competencias, etc. Ahora mismo estoy muy a gusto. Tengo que destacar lo bien organizada que está la entidad y la profesionalidad de los trabajadores.

Y para terminar, la pregunta del millón. ¿Optará a un cuarto mandato?

– Estoy valorándolo. Tengo que poner muchas cosas encima de la mesa; esa es la verdad.