“Téntere nublo, tente tú. Los ángeles van con tú; si eres agua ven aquí, si eres piedra tente allí”. Esta sencilla y antiquísima canción tradicional que se usaba en Tudela usando las campanas para amansar las tormentas, que trajeran agua y no granizo y así proteger los cultivos, es el hilo sobre el que la artista multimedia y polifacética Merche Blasco ha realizado en Tudela una perfomance dentro del ciclo Panorama 20 de la Fundación María Forcada.

Junto a las tradiciones, en las que ha investigado Blasco, ha unido los sonidos de la ciudad, su cultura, flora, fauna, urbanismo y un homenaje a la mujer tudelana del pasado y del presente que ha sido la verdadera protagonista del evento y cuya voz ha centrado el espectáculo en el que han tomado parte, como público activo, más de 300 personas por distintas calles de la ciudad. La asistencia y participación ha sobrepasado todas las previsiones de la artista y colaboradores, por lo que al finalizar la interpretación, Merche Blasco y Maitane Beaumont han asegurado sentirse “abrumadas, emocionadas y muy contentas” por cómo Tudela se había echado a la calle.

La performance Téntere nublo ha partido de entre los campos de La Mejana y tras dividirse en dos pasacalles de personas guiadas por dos bombardinos (Paula Adrián y Sandra Serrano, que imitaban sonidos de pájaros), dos ríos humanos llegaron por distintas calles desde la iglesia de La Magdalena a la plaza Vieja. Allí, junto a la catedral, otras dos mujeres (Eliana Beltrán y Rocío Campaña), actuando como cigüeñas que, a su vez, conjugaban las palabras claves que unen al campo y a las tormentas (viento, agua, truenos, rayos, piedra) convirtiéndose en las guías de la marea humana que llevadas por estas aves, cuyo sonido habitualmente inunda el casco viejo de Tudela, han ido haciendo paradas en distintos balcones.

De esa forma, han aparecido de entre las ventanas de varios edificios, al paso del pasacalles, María Herrera, Susana Fernández, Laura Con Samo, Sandra Miranda, Susana Fernández, Ndey Fatou, María Eneva, Rosita Atanasov y Melodía Jiménez cuyas voces han llenado la Plaza San Jaime, Carnicerías, Mercadal y la Rúa. Con sus canciones se ha rendido homenaje al folklore de la ciudad en sus distintas lenguas y acentos (aunque se ha echado en falta el euskera y el árabe) y también a las mujeres que han dejado su huella en la historia de Tudela. De entre sus versos se han podido oír palabras a los labradores o alabanzas a Tudela (qué bonita es mi Tudela / no tiene comparación / yo le canto a mi patrona Santanica /, a su gente, sus colores, su alegría, es su gente tan amable, tan bonita). Así, las voces de estas mismas mujeres han servido para rendir homenaje a sus antecesoras como Anunciación Alfaro, La Gamellera (acusada de bruja), Antonia Caparroso (heroína en la Francesada), Adriana de Egüés y Beaumont (mecenas del arte y de la cultura) y María Forcada (mecenas, propulsora de la Fundación que lleva su nombre y propietaria de la Casa del Almirante) que ha estado presente al final del pasacalles.

Finalmente, todos los asistentes se han unido en el patio de la Casa del Almirante donde la artista Merche Blasco ha tocado un sintetizador realizado con alcachofas que, a través de la electricidad, producían sonidos al estar Merche Blasco conectada a la corriente con una pulsera. Según explicó en la presentación “construyo instrumentos con materiales electrónicos. Las alcachofas, al tener agua, permiten conducir la electricidad. Cuando yo toco la alcachofa, entre ella y yo cerramos un circuito, yo leo esos datos y lo proceso a través del ordenador que genera diferentes instrumentos inspirados en los ruidos de las tormentas y en mi propia estética electrónica”. Así, estos sonidos emulaban las tormentas, las campanas, los pájaros, la tormenta y la lluvia, los elementos del Téntere nublo y en su recreación también ha participado el público con el ruido que hacía sus abanicos, bien dando aire o bien golpeándolos.

La performance, que por participación y actuación se considera todo un éxito, concluyó con la unión de todas las mujeres que habían hecho posible la actuación cantando y bailando Téntere nublo, cerrando el círculo de homenajes, de corriente eléctrica y de buena sintonía que se sintió desde el inicio.