Estella-Lizarra

– Las dudas sobre el futuro del cenador modernista de Estella-Lizarra no se disiparon ayer, al ser rechazada la aprobación del convenio urbanístico que permitía la modificación por la que el edificio podría ser trasladado hasta una nueva ubicación en la urbanización a cambio de un incremento en la edificabilidad del proyecto.

Tras un largo debate de casi hora y media, la modificación no prosperó. Para empezar porque Geroa Bai se desentendió de la propuesta de sus socios de Gobierno, una negativa que contó también con los siete votos de Navarra Suma; la del único representante del PSN, que ni siquiera consiguió que el punto se quedara por segunda vez sobre la mesa y la abstención de los dos concejales no adscritos pertenecientes al equipo de Gobierno.

Y es que la decisión de mantener; derruir o trasladar o no, este obra de comienzos del siglo XX, no está nada clara. Sobre todo para los ediles de Navarra Suma que ayer defendieron ya el valor histórico y artístico del edificio que le negaron la semana pasada y matizaron sus acusaciones de que se había gestionado “un convenio con irregularidades”, como señaló la concejal Ana Duarte: “es un edificio que en este momento debería tener un expediente de protección” le sugirió Duarte ayer al concejal de Cultura y Patrimonio, Etxabe.

El debate contó con posiciones claras como las del concejal de Geroa Bai, para quien siguiendo un informe técnico “gastar 700.000 euros parece una operación desproporcionada” y apostó por “su conservación virtual con la que se pueda mantener o recrear en el futuro”. Algo en lo que chocó con el representante de EH Bildu, Regino Etxabe que defendió su mantenimiento “existen formas de salvarlo y es en lo que estamos trabajando”, afirmó: “es un edificio singular con valor arquitectónico y pictórico. Queremos trabajar para que se conserve no para que se derribe”. l

En corto

l Discrepancias. El cenador modernista era un secreto escondido que ha salido a la luz conforme avanzaban los trabajos de urbanización de la UE-21. Ahora es una patata caliente entre quienes apuestan por mantenerlo en su ubicación, trasladarlos o derruirlo.