Paciencia, mimo, cuidado y destreza son algunas de las cualidades que definen a un grupo de lodosanos y lodosanas que, desde hace al menos dos décadas, alegran, en la medida de lo posible, la Navidad a sus vecinos. Se trata de los belenistas del municipio que, en la actualidad, lo conforman Juani Morentin, Eli Romero, Pili Martínez, Jesús Campo, Antonio Chamorro, José Esparza, Jesús Ángel Martínez, Víctor Campo y Rosa Marrodán.

Todos ellos, después de mucho esfuerzo y trabajo, han vuelto a presentar un novedoso Belén que lucirá en la parroquia de San Miguel de Lodosa hasta mediados de enero

Se trata, explican, de una recreación de 3.30 por 6 metros que todos los años varían, nunca es el mismo escenario. “Aunque recuperamos piezas y reciclamos elementos, siempre presentamos cambios y novedades”. De hecho, esta vez la principal sorpresa es la incorporación de luz y sonido. 

Principales novedades

La iluminación, desvelan, es cíclica; hay noche, amanecer, día y atardecer. Además, todas las casas tienen una luz que simula un fogón. “Desde hace tiempo queríamos un Belén con luces led por el ahorro que supone y porque las bombillas se calentaban mucho y podían suponer un peligro”. 

Además, y en cuanto al audio, han grabado la historia del nacimiento de Jesús con diálogos; ahí se pueden reconocer las voces de Héctor y Candy Viedma, de Isabelle y Victoria Alonso, de Felipe, Asier e Irene Martínez, de Francis Offiong, Ángel Burgos y Javier Sádaba. La historia, apuntan, comienza con una conversación entre familiares hablando sobre el nacimiento de Jesús y de ahí se pasa a otras escenas como la de Herodes con los Reyes, la Anunciación, y el alumbramiento con el llanto del bebé en medio del conocido villancico El Tamborilero. También hay efectos especiales de agua y de animales. “Programar el audio y luces para que vayan a la vez es lo que más nos ha costado. Además, hay escenas que se van iluminando al mismo tiempo que suceden, y hay figuras en constante movimiento”.

Parte del escenario del belén de este año. Maria San Gil

Este año, también como novedad, han construido un pueblo amurallado. “Se trata de ir cambiando, de no estancarnos y de ofrecer siempre cosas nuevas para ver. A veces cambiamos localizaciones, a veces hay escenas que no están, y otras veces ponemos motivos lodosanos como una vez que recreamos el barrio San Juan. Las figuras las compramos y muchas veces las pintamos para adecuarlas. Después, sobre todo, utilizamos poliespán, espuma de poliuretano, piedras, ramas y pintura”, cuentan estos vecinos, “muchas veces en función del dinero que tenemos, claro”. Y es que, además de la subvención del Ayuntamiento, subsisten gracias a las donaciones que los vecinos hacen cuando van a verlo.

Aprendiendo día a día

Todos ellos, comentan, disfrutan con este hobby. Algunos, hace años, para empezar, hicieron un curso en Pamplona y después, y gracias a las nuevas tecnologías, han ido cogiendo ideas y técnicas de Internet. Además, aseguran, “muchas veces vamos a ver otras creaciones y cogemos ideas. Así, poco a poco vas aprendiendo, pero está claro que tienes que tener mano”. 

Su sede, su taller, está en la propia parroquia, arriba, junto al coro. Desde octubre, sobre todo, es como su segunda casa, y es que son muchas, muchísimas, las horas de trabajo. “Hay que construir casas, decorar, pintar y luego montar, que se hace desde dentro para afuera, y que aunque puede parecer fácil, es muy costoso. Además, la espuma crece y hay que ir moldeándola. Aunque es mucho esfuerzo, lo cierto es que para nosotros supone una gran satisfacción. Si no mereciese la pena, no estaríamos aquí. Estamos porque nos gusta”, apuntan. Y es que “al ver el trabajo bien hecho te da mucha alegría, y es que nosotros intentamos hacerlo lo mejor posible. Además no te puedes hacer una idea la armonía y la amistad que tenemos; ves que la gente viene y que lo disfruta, y es increíble”.

“Para nosotros es gratificante y muy satisfactorio el resultado final y ver que a la gente, cuando viene, le gusta”

Pili Martínez y Jesús Ángel Martínez - Dos de los belenistas de Lodosa

Ellos, aunque no están en la iglesia de continuo para explicarle los detalles a la gente que día a día acude a verlo (ahora, recuerdan, con mejor accesibilidad puesto que han arreglado la entrada al templo), siempre que pasan por allí entran para ver si hace falta algún retoque y, si coincide que hay alguien viéndolo, aprovechan para detallarles lo que precisen.

Disfrutando ahora mismo con el resultado del Belén de este año, concluyen los integrantes de esta asociación local, “en cuanto recojamos todo después de Navidad ya nos pondremos a pensar en el siguiente, en el del próximo año. Y es que, aunque la historia es la que es, siempre se puede mejorar, innovar y cambiar”.