Con el fin de facilitar el acceso a la vivienda de alquiler en Arakil, municipio con grandes casonas y poca oferta, el Ayuntamiento de Arakil adquirió el pasado año un inmueble en Ihabar, Eskribarena etxea, dónde se prevé habilitar 5 viviendas. Para ello, mediante un acuerdo presupuestario de EH Bildu, el Ayuntamiento recibirá una partida de 300.000 euros. La próxima semana se prevé la firma de un convenio con el Gobierno de Navarra, según adelanta la alcaldesa, Oihana Olaberria, quien confía en que las obras comiencen este verano.

La inversión estimada ronda el millón de euros. “El año pasado se declaró Arakil Área de Rehabilitación Preferente, que abre las puertas a diferentes ayudas en función de las opciones de las viviendas”, apunta Olaberria, al tiempo que recuerda que el Ayuntamiento también tiene sobre la mesa otro proyecto para la construcción de vivienda en propiedad en Hiriberri, cuya tipología está aún sin definir. “Se enmarcan en un proyecto piloto a nivel de Sakana que se pueda repicar en la comarca y también en otras zonas de Navarra para dar soluciones al problema de la vivienda en los pueblos pequeños. Estamos trabajando en un informe con todas posibilidades jurídicas existentes para llevarlo a cabo. Estaría finalizado para marzo”, señala.

Al respecto, destaca la dificultad de los y las vecinas, sobre todo la juventud, de acceder a una vivienda en Arakil. “El 30% de las casas están vacías, grandes casonas que exigen una gran inversión y la mayoría no puede permitírselo. Desde el Ayuntamiento entendemos que debemos ayudar a la población a que pueda adquirir a una vivienda digna”, incide.

ESKRIBARENA ETXEA

Precisamente Eskribarena etxea, es una de estas grandes casonas de los pueblos de Arakil, con 345 metros construidos por planta, con un total de 1.035 metros cuadrados. Asimismo, cuenta con un terreno adyacente de 1.349 metros cuadrados. Se contempla habilitar dos viviendas de unos 90 metros cuadrados y otras tres más pequeñas para dar respuesta a la distinta demanda existente. Además, la planta baja del edificio se quedará diáfana para decidir su uso más adelante a través de un proceso participativo. “Diferentes colectivos han reclamado un espacio pero será el propio valle el que decida su uso”, observa Olaberria.

Lo cierto es que la necesidad de vivienda y una sala polivalente para el valle fueron dos de las cuestiones destacadas en el proyecto participativo puesto en marcha por el Ayuntamiento de Arakil el 2021 para identificar las posibles necesidades e identificar los retos de los 12 pueblos que conforman el valle con un horizonte de 10 años. Para ello, se envió a todos los hogares de Arakil un cuestionario en el que se preguntaba a la ciudadanía sobre los servicios que se echan de menos en Arakil entre otras cuestiones. Así, a la vista de los resultados, se comenzó a trabajar el tema de la vivienda, con sesiones informativas sobre diferentes modelos de vivienda y la creación de un grupo motor.