"Me he quedado con la espina de no acabar. Lo volveré intentar", afirmaba Kepa Gordo después de subir, y bajar, a San Miguel de Aralar en ocho ocasiones. La novena se quedó a medio camino, muy cerca del reto que se había propuesto para recaudar fondos para la Asociación de Esclerosis Múltiple de Navarra. “Hasta la sexta subida iba muy bien pero comenzó a llover y nevar. El recorrido estaba resbaladizo y me hice un pequeño esguince. Daba un paso para adelante y dos para atrás. Unai Arretxe, que me acompañaba, me dijo que así no podía seguir, que había mucho riesgo de caerse”, recordaba. 

Lo cierto que en este desafío de 98 kilómetros y un desnivel de 6.000 metros no estuvo solo y numerosos corredores de la zona le acompañaron a lo largo de esta prueba en la que la txapela fue para la solidaridad. Por ello, este korrikalari de Arbizu fue recibido como un campeón, con txaranga, aurresku y trofeo además de las felicitaciones de las numerosas personas que se acercaron a la meta. “Fue muy emocionante, con los niños esperándome en el puente. Estoy muy contento porque se ha cumplido el principal objetivo, visibilizar esta enfermedad y ayudar en este proyecto tan bonito”.

Después del esfuerzo hubo un pequeño homenaje a Kepa Gordo. Cedida

Y es que el dinero recaudado se destinará a la compra de un oxoesqueleto para el servicio de neurorrehabilitación de esta asociación con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas con esclerosis múltiple. Era el sprint final de un proyecto que comenzó a gestarse en noviembre de 2020, cuando varios socios tuvieron la oportunidad de vivir en primera persona los beneficios de un oxoesqueleto; de volver a caminar por un rato y recuperar sensaciones. Desde entonces, a través de diferentes iniciativas, consiguieron reunir más de 100.000 euros.

Si bien todavía no se sabe la cantidad recaudada el sábado porque faltan algunas aportaciones de empresas, en el evento propiamente dicho fueron 3.500 euros conseguidos a través de sorteos, venta de dorsales solidarios y en el bar que habilitó la asociación. “Ha sido una experiencia muy positiva en la que se volcó mucha gente, tanto de Sakana como de Pamplona. Una gozada. Queremos agradecer esta oportunidad de visibilizar la enfermedad de una forma festiva. Una vez más se ha podido ver que la sociedad es generosa y solidaria. Ha sido muy esperanzador para la gente”, apuntó Sonia Alvárez de Eulate. En la actualidad en Navara hay 961 personas diagnosticadas con esta enfermedad, con mayor incidencia en mujeres de 20-40 años.

En relación al exoesqueleto, explicó que se trata de un espacio para la rehabilitación y la innovación. “Son trajes biónicos de tecnología avanzada. La esclerosis múltiple no tiene cura pero ayudan a sobrellevar la enfermedad desde una perspectiva diferente. Es un ansiado proyecto que será una realidad pronto”, adelantó. 

El reto también era recuerdo a su hermano Kintin, fallecido en diciembre. Cedida

En este desafío también acompañó a Kepa Gordo, de otra manera, su hermano Kintin, fallecido el pasado diciembre, cuya fotografía acariciaba cada vez que ascendía a San Miguel. “Me ha dado mucha fuerza. También era corredor de montaña y siempre me decía que hay ir a más”, recordaba el korrikalari. Por ello, se propuso superar el reto que se marcó el pasado año, subir y bajar a San Miguel ocho veces en doce horas. En aquella ocasión fueron para la Fundación Noelia, una entidad que representa y acoge a personas afectadas por distrofia muscular congénita por déficit de colágeno VI y sus familias