Mikel Oteiza, alcalde de Atarrabia, ha comentado que “en estas fiestas queremos que siempre haya un hueco para todos”. Y así ha sido. Entre los gigantes, los kilikis y la Banda de Música de Burlada, Atarrabia ha celebrado, con mucho entusiasmo, uno de los días más importantes de sus fiesta: el Día Grande.

Como es costumbre, los más fieles se han acercado a la Iglesia de San Andrés, donde tuvo lugar la misa tradicional. Muchos de los vecinos han esperado la salida de la Virgen del Rosario, patrona de Villava, a quien algunos de los más devotos le cantaban: “’¡Reina del Rosario, reina de Villava!”. Por su parte, los kilikis han hecho más amena la espera jugando con los niños, una tradición de toda la vida.

Procesión con la imagen de la Virgen del Rosario por las calles Jon Urriza Guillen

Música. Los gigantes han abierto paso por las calles. La Virgen les seguía con la Coral de San Andrés cantando Viva María y Ave de Fátima y ha cerrado el paso la Banda de Música de Burlada, con un ritmo muy acompasado; izquierda, derecha. De pronto, los gritos de los niños también han sonado con la música: ¡eh, Diablo, que no me vas a pillar!”. Los kilikis se han escondido entre la gente para asustar a los más pequeños, que siempre han respondido con gritos y carcajadas.

Los kilikis y los niños juegan juntos. Jon Urriza Guillen

Pedro Del Burgo, miembro de la Coral de San Andrés desde hace 32 años, ha explicado que “vengo cada vez que puedo porque trabajo y no es siempre tan fácil. Es muy bonito poder formar parte de una tradición que reúne al pueblo. Sea para lo que sea”. Después de la procesión, ha habido un concierto en la Iglesia de San Andrés: “Es algo muy típico. En su día se hizo una votación sobre cuál era el momento favorito de estos días de fiesta y salió que era nuestro concierto. El espacio se llena. Es algo muy bonito de ver”, ha confesado. Este año la Coral cumple 92 años y, al igual que Pedro, formará parte de este día siempre que pueda.

De esta manera, los gigantes se han colocado frente a la Iglesia y los kilikis, que se han colocado en los extremos de la Iglesia, han dejado paso a la Virgen. Una vez colocada para entrar, el turno ha sido para la Comparsa de Gigantes, que ha comenzado a bailar la jota La pilindros. Después de un par de bailes populares y, una vez más, la calle Mayor de Atarrabia a rebosar de gente, el turno ha sido para la txaranga EZK que ha dado comienzo a la salida de las Comparsas de Gigantes y Kilikis, Gaiteros y Txistularis por la calle Mayor y el barrio Ultzama. “Mi favorita es María, baila de una forma muy bonita”, ha señalado Ane, de 8 años. Su madre, Laura, ha contado que desde que su hija era pequeña, cuando todavía no andaba, “veníamos a ver los en familia a los gigantes. Luego nos mudamos a Zizur Mayor, pero días como estos siempre te dan un motivo para volver a tu antigua casa”.

Tanto la música como los gigantes y kilikis han sido un espectáculo para todas las edades que, un año más, repiten en el Día Grande de su pueblo. Un año más, Atarrabia se convierte en el escenario perfecto para todos sus vecinos.